2

Eran ya casi las seis de la tarde cuando la hermosa, aun cuando no demasiado inteligente, cónsul Estrella Rodrigues, que tanto odiaba a los alemanes, agotada y excitada al mismo tiempo, regresaba a la rua do Marques da Fronteira. Para ello había utilizado un taxi.

«Le han encerrado. En la cárcel estará en seguridad ante sus perseguidores. Pero, ¿por qué motivo le persiguen? No me lo ha dicho; me ha besado y me ha dicho que tuviera toda la confianza en él.

»Ay, ¿qué puedo hacer ya? ¡Le amo tanto! Es un valiente francés. ¡Dios sabe qué misión tan peligrosa le han confiado en esta ciudad! Sí, quiero confiar en él y hacer todo lo que me ha dicho: guardaré la pulsera de oro en el escondrijo en la bodega, cada día iré al puerto para tratar de obtenerle un pasaje, y no hablaré con nadie de él. Cuando logre conseguir un pasaje para América, del Sur, iré a ver al juez de instrucción, le presentaré la pulsera, le diré que la he encontrado y retiraré la denuncia... Ay, qué terribles serán esos días y estas noches sin Jean, mi dulce amante.»

La cónsul pagó al chófer. Mientras se dirigía a la entrada de su finca salió de detrás de una palmera un hombre pálido, de expresión amargada, que llevaba un traje muy raído. Ese hombre se quitó su viejo sombrero ante Estrella y le habló en un portugués muy deficiente:

—Señora Rodrigues, solicito una urgente entrevista con usted.

—No, no -respondió la atractiva cónsul, retrocediendo un paso.

—Sí, sí -insistió el hombre, y, bajando el tono de su voz, añadió-: Se trata de Jean Leblanc.

—¿Quién es usted?

—Me llamo Walter Lewis y acabo de llegar de Londres -dijo el desconocido.

Era verdad que acababa de llegar de Londres. Su avión había aterrizado hacia una hora. Pero no era cierto que se llamara Walter Lewis. Se llamaba Peter Lovejoy, el mismo Lovejoy que había sido enviado por su jefe M 15 para poner fin, de una vez para siempre, a las andanzas de aquel miserable Thomas Lieven...

—¿Qué quiere usted de mí, señor Lewis?

—¿Sabe dónde está el señor Leblanc?

—¿Y eso qué le importa a usted?

El hombre que se hacía llamar Lewis intentó fascinar a Estrella con unos ojos enturbiados por una mala paga y mala alimentación y que tenían reflejos melancólicos.

—Me ha engañado, ha engañado a mi país. Es un miserable...

—¡Cállese usted!

—... Un individuo sin sentido del honor, sin moral, sin carácter...

—¡Lárguese de aquí o pido auxilio!

—¿Cómo puede usted ayudar a un alemán? ¿Quiere usted acaso que Hitler gane la guerra?

—Hit... -La palabra se quedó atragantada en el dulce cuello de cisne de aquella mujer tan aficionada a la ruleta y en la que tenía tan poca suerte-. ¡Miente usted!

—¡No miento! ¡Ese miserable fascista se llama Thomas Lieven!

Mientras se sentía a punto de perder el conocimiento, Estrella se dijo: «¿Jean, un alemán? Imposible. Después de todas las experiencias que he pasado con él... ¡No! Sus encantos, sus atenciones, su amabilidad... No, "es" francés.»

—¡Imposible! -gimió Estrella.

—Le ha engañado a usted, señora, lo mismo que me ha engañado a mí, nos ha engañado a todos. ¡Su Jean Leblanc es un agente alemán!

—¡Horrible!

—¡Hemos de aplastar a ese reptil, señora!

La cónsul echó la bonita cabeza hacia atrás.

—Sígame a la casa, señor Lewis. ¡Presénteme sus pruebas! Quiero ver hechos, hechos concretos y desnudos. Si me los proporciona usted, entonces...

—¿Entonces, señora, entonces...?

—¡Entonces me vengaré! ¡Nunca consentiré que un alemán se burle de Estrella Rodrigues, nunca, nunca...!

No sólo de caviar vive el hombre
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml
sec_0100.xhtml
sec_0101.xhtml
sec_0102.xhtml
sec_0103.xhtml
sec_0104.xhtml
sec_0105.xhtml
sec_0106.xhtml
sec_0107.xhtml
sec_0108.xhtml
sec_0109.xhtml
sec_0110.xhtml
sec_0111.xhtml
sec_0112.xhtml
sec_0113.xhtml
sec_0114.xhtml
sec_0115.xhtml
sec_0116.xhtml
sec_0117.xhtml
sec_0118.xhtml
sec_0119.xhtml
sec_0120.xhtml
sec_0121.xhtml
sec_0122.xhtml
sec_0123.xhtml
sec_0124.xhtml
sec_0125.xhtml
sec_0126.xhtml
sec_0127.xhtml
sec_0128.xhtml
sec_0129.xhtml
sec_0130.xhtml
sec_0131.xhtml
sec_0132.xhtml
sec_0133.xhtml
sec_0134.xhtml
sec_0135.xhtml
sec_0136.xhtml
sec_0137.xhtml
sec_0138.xhtml
sec_0139.xhtml
sec_0140.xhtml
sec_0141.xhtml
sec_0142.xhtml
sec_0143.xhtml
sec_0144.xhtml
sec_0145.xhtml
sec_0146.xhtml
sec_0147.xhtml
sec_0148.xhtml
sec_0149.xhtml
sec_0150.xhtml
sec_0151.xhtml
sec_0152.xhtml
sec_0153.xhtml
sec_0154.xhtml
sec_0155.xhtml
sec_0156.xhtml
sec_0157.xhtml
sec_0158.xhtml
sec_0159.xhtml
sec_0160.xhtml
sec_0161.xhtml
sec_0162.xhtml
sec_0163.xhtml
sec_0164.xhtml
sec_0165.xhtml
sec_0166.xhtml
sec_0167.xhtml
sec_0168.xhtml
sec_0169.xhtml
sec_0170.xhtml
sec_0171.xhtml
sec_0172.xhtml
sec_0173.xhtml
sec_0174.xhtml
sec_0175.xhtml
sec_0176.xhtml
sec_0177.xhtml
sec_0178.xhtml
sec_0179.xhtml
sec_0180.xhtml
sec_0181.xhtml
sec_0182.xhtml
sec_0183.xhtml
sec_0184.xhtml
sec_0185.xhtml
sec_0186.xhtml
sec_0187.xhtml
sec_0188.xhtml
sec_0189.xhtml
sec_0190.xhtml
sec_0191.xhtml
sec_0192.xhtml
sec_0193.xhtml
sec_0194.xhtml
sec_0195.xhtml
sec_0196.xhtml
sec_0197.xhtml
sec_0198.xhtml
sec_0199.xhtml
sec_0200.xhtml
sec_0201.xhtml
sec_0202.xhtml
sec_0203.xhtml
sec_0204.xhtml
sec_0205.xhtml
sec_0206.xhtml
sec_0207.xhtml
sec_0208.xhtml
sec_0209.xhtml
sec_0210.xhtml
sec_0211.xhtml
sec_0212.xhtml
sec_0213.xhtml
sec_0214.xhtml
sec_0215.xhtml
sec_0216.xhtml
sec_0217.xhtml
sec_0218.xhtml
sec_0219.xhtml
sec_0220.xhtml
sec_0221.xhtml
sec_0222.xhtml
sec_0223.xhtml