7

Era, en verdad, un pisito muy bonito y muy confortable. En tres de las habitaciones había unas manchas más claras en el papel de la pared. Hasta hacía poco habían colgado unos cuadros allí. Thomas sonrió al ver esas manchas más claras.

Fue una noche muy curiosa aquélla, puesto que, tanto Thomas como la princesa perseguían el mismo objetivo, es decir, tumbar de espaldas al otro... en el sentido simbólico, claro está.

A este fin Vera sacó a relucir una botella de whisky. Los dos tomaron un sorbito. Y otro. Vera se dijo: «Acabará por emborracharse». Y Thomas se decía: «Si seguimos así, pronto estará sin sentidos».

¡Y luego los dos la cogieron!

Vamos a dar un salto adelante, por amor a los niños. Bien..., tres horas más tarde...

Tres horas más tarde la princesa rubia estaba muy cariñosa. Y Thomas estaba un poco sentimental.

Thomas, que había bebido más de la cuenta, cometió un error fatal. Habló de sus planes futuros, y en relación con éstos mencionó su cuenta corriente en un Banco de Zurich, a nombre de Eugen Walterli.

—¿Y también usas el nombre de Eugen Walterli? -rióse Vera-. Ay, corazón mío... ¿Y... hay mucho dinero en esa cuenta corriente?

Esta pregunta hubiese debido hacerle volver a la realidad del momento. Pero no fue así.

—Oye tú, eso es ya patológico en ti. ¿Acaso siempre sólo piensas en el dinero?

La mujer se mordió el labio inferior.

—Neurosis grave. Trauma infantil. ¿Sabes que incluso he llegado a falsificar cheques? ¡No existe firma que yo no sea capaz de imitar!

—Te felicito -dijo el ingenuo estúpido.

—Además..., soy una verdadera cleptómana. En mi infancia fue algo muy grave. Los lápices de colores de mis compañeras eran mis lápices. Los portamonedas de mis amigas, mis portamonedas. Y, más tarde, los maridos de mis amigas eran mis..., ¿he de seguir hablando?

Bebieron algo más. Luego se quedaron dormidos.

A la mañana siguiente, Thomas estaba ya en la cocina cuando Vera despertó con intensos dolores de cabeza. Thomas le sirvió el desayuno en la cama.

—Bien -dijo-, ahora toma tranquilamente tu café. Luego el baño. Luego te vestirás y nos iremos...

—¿Adonde?

—A Baden-Baden.

La mujer palideció.

—¿Y qué vamos a hacer allí?

—Allí hablarás con tu amigo Valentine y harás que él devuelva las joyas. ¡Y si os hacéis responsables de algo más, los dos iréis a parar a la cárcel!

—Escucha tú, miserable, esta noche te habías olvidado de todo esto, ¿eh?

Thomas enarcó las cejas.

—La noche es la noche, y el deber, el deber.

Se volcó la bandeja con el servicio de café. La mujer se abalanzó sobre él, gritándole, enseñándole sus dientes y sus garras.

—¡Perro...,, te voy a matar!

Aquella noche, una noche triste y fría, llegó un sucio jeep a la ciudad de Baden-Baden. Thomas Lieven se sentaba al volante. Vera, princesa de C., se sentaba a su lado...

¡Y entonces cometió otro error! Se dirigió con Vera a su oficina en la Wilhelmstrasse, 1. Llamó al teniente Valentine. Valentine se estremeció de pies a cabeza cuando vio a Vera. Thomas fue el primero en hablar.

—No entiendo una sola palabra de todo eso -dijo el teniente, muy frío-. Presentaré quejas contra usted, mon capitaine, yo...

—Cierra el pico, Pierre -dijo la princesa-. Lo sabe todo.

—¿Y qué es lo que sabe?

Vera volvió su mirada hacia Thomas.

—¿Puedo hablar durante cinco minutos a solas con él?

—Conforme -asintió Thomas. ¡Otro error!

Abandonó su oficina y se sentó en el vestíbulo. Ni un solo instante perdió de vista la puerta de su oficina. «No soy ningún estúpido», se dijo.

Cuando terminó de fumar el cigarrillo comprendió, de pronto, que sí era un estúpido. Su oficina estaba en el entresuelo. Y la ventana no tenía rejas. Se precipitó dentro de la oficina. Estaba vacía. La ventana estaba abierta...

Diez minutos más tarde eran despachados teletipos y telegramas por todo el país:

20 horas, 14 minutos – 6 de noviembre de 1945 de: oficina investigación criminales de guerra b-b – a todas las unidades de policía militar – a todas las unidades cic y cid – busquen y detengan sin pérdida de tiempo...

A las 4.15 horas del 7 de noviembre, una patrulla de la policía militar francesa detenía a Pierre Valentine en la sala de espera de la estación de Nancy, cuando sacaba un billete para Basilea. No dieron, empero, con la princesa Vera de C.

El teniente fue llevado a la cárcel militar de París. El general Pierre König en persona, comandante en jefe de las Fuerzas armadas francesas en Alemania, solicitó de Thomas Lieven reuniera todo el material posible contra Valentine. Este sucio trabajo ocupó a nuestro amigo hasta principios de diciembre. Otros cuatro franceses fueron detenidos.

Nos adelantamos a los acontecimientos: el teniente Valentine y sus amigos fueron juzgados en París. El 15 de marzo de 1946 fueron degradados y condenados a elevadas penas de prisión.

No sólo de caviar vive el hombre
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml
sec_0100.xhtml
sec_0101.xhtml
sec_0102.xhtml
sec_0103.xhtml
sec_0104.xhtml
sec_0105.xhtml
sec_0106.xhtml
sec_0107.xhtml
sec_0108.xhtml
sec_0109.xhtml
sec_0110.xhtml
sec_0111.xhtml
sec_0112.xhtml
sec_0113.xhtml
sec_0114.xhtml
sec_0115.xhtml
sec_0116.xhtml
sec_0117.xhtml
sec_0118.xhtml
sec_0119.xhtml
sec_0120.xhtml
sec_0121.xhtml
sec_0122.xhtml
sec_0123.xhtml
sec_0124.xhtml
sec_0125.xhtml
sec_0126.xhtml
sec_0127.xhtml
sec_0128.xhtml
sec_0129.xhtml
sec_0130.xhtml
sec_0131.xhtml
sec_0132.xhtml
sec_0133.xhtml
sec_0134.xhtml
sec_0135.xhtml
sec_0136.xhtml
sec_0137.xhtml
sec_0138.xhtml
sec_0139.xhtml
sec_0140.xhtml
sec_0141.xhtml
sec_0142.xhtml
sec_0143.xhtml
sec_0144.xhtml
sec_0145.xhtml
sec_0146.xhtml
sec_0147.xhtml
sec_0148.xhtml
sec_0149.xhtml
sec_0150.xhtml
sec_0151.xhtml
sec_0152.xhtml
sec_0153.xhtml
sec_0154.xhtml
sec_0155.xhtml
sec_0156.xhtml
sec_0157.xhtml
sec_0158.xhtml
sec_0159.xhtml
sec_0160.xhtml
sec_0161.xhtml
sec_0162.xhtml
sec_0163.xhtml
sec_0164.xhtml
sec_0165.xhtml
sec_0166.xhtml
sec_0167.xhtml
sec_0168.xhtml
sec_0169.xhtml
sec_0170.xhtml
sec_0171.xhtml
sec_0172.xhtml
sec_0173.xhtml
sec_0174.xhtml
sec_0175.xhtml
sec_0176.xhtml
sec_0177.xhtml
sec_0178.xhtml
sec_0179.xhtml
sec_0180.xhtml
sec_0181.xhtml
sec_0182.xhtml
sec_0183.xhtml
sec_0184.xhtml
sec_0185.xhtml
sec_0186.xhtml
sec_0187.xhtml
sec_0188.xhtml
sec_0189.xhtml
sec_0190.xhtml
sec_0191.xhtml
sec_0192.xhtml
sec_0193.xhtml
sec_0194.xhtml
sec_0195.xhtml
sec_0196.xhtml
sec_0197.xhtml
sec_0198.xhtml
sec_0199.xhtml
sec_0200.xhtml
sec_0201.xhtml
sec_0202.xhtml
sec_0203.xhtml
sec_0204.xhtml
sec_0205.xhtml
sec_0206.xhtml
sec_0207.xhtml
sec_0208.xhtml
sec_0209.xhtml
sec_0210.xhtml
sec_0211.xhtml
sec_0212.xhtml
sec_0213.xhtml
sec_0214.xhtml
sec_0215.xhtml
sec_0216.xhtml
sec_0217.xhtml
sec_0218.xhtml
sec_0219.xhtml
sec_0220.xhtml
sec_0221.xhtml
sec_0222.xhtml
sec_0223.xhtml