CODA

En aquel tiempo, durante la vida de este pueblo, los hados enviaron al gigante Mogoch en una misión. Caminó hacia el norte sin descansar durante cien días. Así llegó a los límites más lejanos del mundo conocido, y fue a dar con la puerta de fuego que guardaba Lavondyss.

En el punto más alto del valle había una piedra tan alta como diez hombres. Mogoch apoyó el pie izquierdo sobre la piedra, y se preguntó por qué motivo le habrían enviado los hados tan lejos de los territorios de su tribu.

Una voz le llamó:

—Quita el pie de esa piedra.

Mogoch miró a su alrededor y vio a un cazador de pie sobre un montículo de rocas. El cazador le observaba desde abajo.

—No lo haré —respondió Mogoch.

—Quita el pie de esa piedra —gritó el cazador—. Es la tumba de un valiente.

—Lo sé —asintió Mogoch sin mover el pie—. Yo mismo le enterré. Puse esta piedra sobre su cadáver con mis propias manos. Encontré la piedra en mi boca. ¡Mira!

Y Mogoch sonrió, mostrando al cazador un gran agujero entre sus dientes, allí donde había encontrado la lápida del valiente.

—Bien, sea —dijo el cazador—. Supongo que está bien.

—Gracias —respondió Mogoch, contento de no tener que pelear contra el hombre—. ¿Qué gran hazaña te trae a la frontera de Lavondyss?

—Estoy esperando a alguien —dijo el cazador.

—¡Ah! —asintió Mogoch—. Espero que no tarde mucho.

—Sé que ella llegará pronto —respondió el cazador. Y se alejó del gigante.

Mogoch cogió un roble para rascarse la espalda, y luego se comió un ciervo para cenar, preguntándose por qué habría sido enviado a aquel lugar. Después se marchó, pero llamó al valle ritha muireog, que significa «donde el cazador espera».

Más tarde, el valle fue llamado imam uklyss, que significa «donde la chica surgió a través del fuego».

Pero ésa es una historia para otros tiempos y para otras gentes.

{FIN}