CAPITULO 31

Ya había anochecido cuando llegaron a la finca de los Staverley. Andrew acompañado de Robert y Demian se habían adelantado para informar que la familia estaba por llegar y que se les preparara una cena ligera y se pusiera a calentar agua para quienes desearan tomar un baño caliente.

Los tres hombres, ya habían comido y se habían lavado. Estaban parados en la escalera de la entrada principal, cuando los carruajes hicieron su arribo. Andrew y Robert se acercaron con prisa al carruaje de las jóvenes para ayudar a descender a Margo y Lizzy respectivamente y una vez que las muchachas estuvieron es sus brazos se olvidar de que Kate venia con ellas. Esta puso los ojos en blanco al percatase de que ni su hermano  ni su futuro cuñado habían parado en ella. De pronto vio una mano firme que se extendía hacia ella, alzo la vista y en su rostro se reflejo al desilusión al darse cuenta de que Patrick era quien le estaba ofreciendo su ayuda.

No permitió que gesto algún se reflejara en su hermoso rostro, solo sus ojos azules fueron los únicos que si delataron su decepción, esperaba que Demian viniera a su encuentro pero al parecer el estaba más entretenido en otra cosa.

— Gracias, Conde

— Por favor llámame Patrick

Sonrió muy a su pesar — Esta bien Patrick — y con prisa se dirigió a la casa

Una vez dentro se les informo que la cena estaba servida, todo sin excepción se dirigió al salón y cenaron amenamente comentando los pormenores del viaje recién realizado. Kate estaba muy seria y por primera vez no abrió la boca, excepto cuando se le preguntaba algo y aun así contestaba con monosílabos.

— Te encuentras bien, querida — Pregunto Victoria con el ceño fruncido por la curiosidad

— Si tía —  esbozo lo que parecía una sonrisa

— ¿Entonces? — pregunto insistente. Todos estaban pendientes de ella, de su respuesta,  y por primera vez no le agrado ser el centro de atención. Su padre con la ceja ligeramente levantada y su madre que la miraba dubitativa, se encogió de hombros al contestar — solo estoy cansada Tía, gracias por preocuparte. Padre si no le molesta me gustaría retirarme a mi habitación, por favor. —  sentía una angustia terrible, un dolor en el pecho que apenas la dejaba respirar, necesitaba salir de la habitación se ahogaba, el estar cerca de Demian y ver que este no le prestaba la menor de las atenciones la estaba matando y era tan cobarde por no reconocerlo ni si quiera para sí misma.

— ¿segura que solo es cansancio, querida? — insistió su padre

— Si — estaba terriblemente consciente de la mirada de Demian sobre ella y evito mirarlo, no podía, la aterraba que al mirarlo sus ojos no reflejaran más que curiosidad y no la preocupación que reflejaban las miradas de los demás ante ese comportamiento de ella tan extraño.

— Entonces, está bien, te puedes retirar

— Gracias papá. A todos os pido por favor me disculpen y les deseo que pasen una agradable cena y buenas noches — y acto seguido se retiro.

Antes de dirigirse a su habitación, pasó por la cocina y les pidió que le subieran unos cubos de agua caliente. Meterse en la tina y quedarse hasta que el agua se enfriara siempre conseguía relajarla. Momentos después de que ella entrara en su recamara, ya le tenían preparado el baño. Se desnudo y se sumergió en esa sensación de bienestar que el agua le provocaba. Salió y se coloco una bata de satén color purpura de corte sencillo, tenía un escote en V en la parte de enfrente al igual que en la espalda, solo que en esta ultima el escote era más pronunciado, Madame Michelle Sainte—Maure, le había dicho que tenía una espalda muy bonita y es por eso que la mayoría de sus vestidos y ropas de dormir estaban más descubiertas de esta parte. Se cepillo el largo cabello y los risos naturales pronto hicieron su aparición. No estaba cansada por el contrario, solo había mentido para salir del salón y dejar de estar pendiente de ese hombre que le estaba poniendo su mundo de cabeza.

La mullida alfombra ya se notaba desgastada de tanto dar vueltas en la habitación, era tarde y no escuchaba un solo ruido en toda la casa. Deseaba estar con alguien que la escuchara sin juzgarla y que ele tuviera verdadero aprecio así que decidió dirigirse a las cuadras a visitar a su querido Altanero, lo extrañaba y sabía que el caballo estaría tan feliz como ella volverse a ver. Se puso el salto de cama que era del mismo color y camino hasta las caballerizas con una vela en la mano. Cuando la vio el animal se puso tan contento que relincho de pura felicidad, la había extrañado tanto como ella a él.

— Hola bonito, yo también te extrañe. Me hiciste mucha falta sabes — decía mientras acariciaba al caballo por el cuello y el lomo. Empezó a contarle todo lo que sucedió en su estadía en Londres, de las cosas que había hecho y de lo mal que habían salido sus planes para conquistar a Robert. Altanero parecía entenderla pues había guardado completo silencio y solo se limitaba a dejarse acariciar por su dueña.

— Sabes  — continuo — hay un hombre que conocí en la ciudad, que me inquieta y me pone nerviosa y sabes que reacciono mal cuando me pongo así pero no lo puedo evitar. — erea evidente el tono de angustia que denotaba su voz — Es muy guapo y tiene mucha personalidad, pero es un arrogante que está acostumbrado a hacer lo que se le viene en gana y a salirse con la suya… Si ya sé lo que estas pensando, que me estoy describiendo pero a diferencia de él yo no soy para nada arrogante — se rio y continuo acariciando al animal — sabes amigo lo más importante de todo  es que ese hombre me gusta Altanero, me gusta mucho. — ahora el timbre de su voz era triste y se escuchaba desesperada —  A ti si te lo puedo confesar, me siento muy conf… — se calló pues de pronto escucho ruido a sus espaldas y se giro en el momento en que altanero se quedo parado con las orejas orientadas y completamente tiesas en dirección de donde provenía el ruido y relincho en señal de protección a su ama por la presencia del desconocido.

— ¿Quien está ahí? — pregunto y al no obtener respuesta se tenso aun mas. Altanero continuaba inquieto, y a Kate se le pusieron los nervios a flor de piel, rápidamente abrió la puerta y se disponía a montarlo al pelo cuando escucho una profunda voz masculina a sus espaldas.

— Hola

— Hombre por dios, — exhaló sacando el aire contenido — ¿Que pretendías?, si era asustarnos déjame que te diga que lo has logrado — estaba molesta

— Claro que no era esa mi intención — dijo indignado

— ¿Entonces, cual es? — pregunto poniendo los ojos en blanco, comenzaba a desesperarse

— Nada solo escuche voces, vi luz y me imagine que alguien entro queriendo atracar

Kate soltó una carcajada al escucharlo — atracar — repitió — estás loco, la finca es MUY segura y nadie se atrevería a hacernos daño, todos en mi familia tratamos muy bien a las personas que trabajan para nosotros, nadie tiene motivos para perjudicarnos — explico más serena.

— Tal vez tengas razón pero yo eso no lo sé, estás de acuerdo

— Bueno si, debo reconocer que tienes razón.  ¿Y que haces por aquí a estas horas?

— Te puedo preguntar lo mismo

— Si pero yo pregunte primero

—  Tramposa — sonrió

Estaba hablando sobre la finca cuando nuevamente escucharon ruidos, de entre las sombras apareció Demian, su semblante era serio y no reflejaba ninguna emoción. Kate sintió que un escalofrió que le recorrió el cuerpo y se puso tensa de nuevo.

— Demian — la voz le salió nerviosa y sorprendida

— ¿Caitlyn, no te parece que no son horas y que no estás propiamente vestida como para estar charlando con el Conde?

— ¿Qué insinúas, Lemacks? — lo encaro Patrick

— Demian tiene razón, no es el lugar ni el momento. — Decía todo esto sin dejar de ver a Demian directo a los ojos — Patrick mañana con gusto te muestro la finca, ahora si me disculpan preparare a Altanero el pobre está muy nervioso y…

— Te espero entonces — le dijo sin más

— Si tú te quedas Lemacks yo también

— No es competencia Dupont, yo me quedo porque soy amigo de la familia y no puedo decir lo mismo de ti

— Basta los dos, nadie se queda solo yo

— No — Demian fue tajante al responder, se acerco a Kate y le hablo casi en susurros, solo para que ella lo escuchara — Caitlyn tu sabes que tengo el derecho de estar aquí, de protegerte y ver que estés bien, así que despide a Dupont de una buena vez — Ella lo miro incrédula, como se atrevía a ponerla en esa situación, era consciente de que Demian tenía razón, pero con un demonio por que la exponía a que Patrick pensara que ella deseaba estar a solas con él

— Estoy esperando a que le pidas que se largue — algo debió ve Kate en los ojos del hombres porque aun cuando estaba dispuesta a no pedirle a Patrick que se marchara, si no por el contrario pensaba decirle al arrogante Conde de St. Albans que ya se podía ir yendo de paseo, no lo hizo. Se encogió de hombros y hablo

— Patrick por favor puedes hacer lo que Demian dice, tiene razón

— Pero Chérie — Patrick cerro fuerte los puños estaba furioso pero su semblante no le reflejo.  Chiquilla estúpida — pensó — de cuando acá era obediente y ese entrometido de Lemacks, tarde o temprano pagaría su intromisión

— Por favor — pidió

— il est bien, comme tu désires — dijo y sonrió de pronto, la voz le salió fría aparentando ser de lo mas cortes, cuando sentía todo lo contrario. Dio media vuelta y salió del establo rumbo a la casa.

— ¿Si sabes que no es para nada correcto lo que acabas de hacer?

— Si lo sé, no tienes que reprocharlo, además yo no lo invite a venir, el llego de pronto y — se cayó al ver la cara de incredulidad que Demian le ponía — ¿no me crees verdad?, perfecto, entonces para que me molesto en dar una explicación, si no quieres creerme perfecto no me importa — sin darse cuenta estaba gritándole. Estaba enojada ella no hizo nada más que hacerle caso y aun así el no le creyó. Está bien cría fama y échate a dormir, pensó.

Kate comenzó a caminar de regreso a la casa, Demian intento detenerla pero ella se zafó de su brazo, se volteo a verlo con los ojos llenos de lagrimas y la boca apretada por contenerlas, — ¡NO! — le grito y echó a correr. Demian sintió que se le encogió el pecho por verla así no le gustaba que ella estuviera triste. La prefería molesta, gritando peleando como la fiera que es. Quiso  explicarle que no era falta de confianza, solo que después de todo lo que había hecho era difícil creer que ella no tuviera alguna culpa, tal vez coqueteo de más con Dupont y él se sintió con libertades que no le corresponden o qué diablos, tal vez ella estuviera diciendo la verdad, pero como creerle.

Demian no quiso reconocer que los celos lo estaban consumiendo y lo cegaron, por primera vez vio a la verdadera Caitlyn, a la que escondía sus sentimientos por que le daba vergüenza sentirse frágil y sensible, no quera ser como esas mujeres que lloraban por todo y que dependían de su marido para todo.  A ella le gustaba ser libre así la habían creado dejando ser y hacer, y ella haría todo lo que estuviera en sus manos por conservar esa libertad que su padre le regalo. Fue por esa razón que se había empeñado en casarse con Robert, siempre supo que él le peritaría continuar siendo tan libre como hasta ahora.