MISTERIO Y SOLEDAD EN TOPEKA
LA tarde se oscurece hasta convertirse en atardecer. Un hombre cae cada vez más hondo en la lenta espiral del sueño, en su corriente, su duración, a través de algo parecido a la niebla, y al fin llega a una puerta abierta que atraviesa sin saber por qué, y nuevamente sin saber por qué entra en una habitación donde se sienta y espera mientras la habitación parece ceñirse sobre él y la oscuridad es más negra que ninguna que haya conocido, y siente que algo se forma en su interior sin estar seguro de lo que es, algo que le atenaza cada vez más, como si una historia estuviese a punto de desencadenarse en la que dos personajes, Placer y Dolor, cometen el mismo crimen, el suyo, que confesará una y otra vez hasta que no signifique nada.