SIBERIANO
Sombra, arrastrada por lobos
y desmembrada, media vida más allá
de cada púa del alambre, ahora te veo,
magnética
delincuente polar, ahora comienzo
a hablar contigo
del jabalí salvaje
de los bosques del sur, del matorral
del roble y el abeto, del vaho de tomillo
y lavanda, llegando incluso
a la lava, escupida por las grietas del muro,
para que tú, a contravoz, perdida
en el frío
del más lejano asesinato, puedas
volver flotando
en tu balsa de hielo, transportando
el indecible cargamento
de indulgencias.