6 Solo los locos...
Solo los locos, exactamente eso. Solo ellos han tenido la visión suficiente para hacer cosas que a los demás les hubieran parecido absurdas, carentes de lógica, arriesgadas y peligrosas.
A algunos de estos «locos» hoy en día se les conoce como grandes genios. Estos genios en algún momento dieron un paso más allá, como poseídos por una visión propia. Ellos dieron la espalda a lo que era comúnmente aceptado y se embarcaron en una aventura que era desaconsejada por todos.
Te vas a encontrar —como todos nos hemos encontrado— con muchos conocidos, amigos y familiares que, sencillamente, no van a comprender lo que haces, lo que deseas hacer, tus sueños... Los «cuerdos» no te permitirán alzarte, erguirte en toda tu estatura espiritual, mental y física. Ellos te dirán amablemente que no puedes conseguir lo que te propones. Te lo dirán menos amablemente o murmurarán por detrás. Algunos llegarán a insultarte o reírse de ti.
¿Son malos? No. ¿Tienen envidia o miedo de que demuestres que se puede llegar un punto más allá de lo que a ellos les limita? Son piedras en tu mochila de viaje.
No existe nada más desmotivador que tratar de compartir tus deseos, sueños y retos con personas que te miran como si fueses un estúpido y que te proyectan una sensación de conmiseración como diciendo: «Ya se dará cuenta cuando choque contra el muro de la realidad».
La realidad es algo subjetivo. Entre todos hemos llegado a acuerdos para denominar objetos, situaciones, sentimientos, colores, olores... ¿Pero realmente todos los percibimos igual?
La realidad, para tu círculo de amigos y familiares, es aquella en la que subsisten; la que conocen del día a día, con sus limitaciones, con sus cotidianidades y rutinas. Son personas que, tal vez, han intentado hacer algo para salir de ese círculo y alcanzar el siguiente. En algún momento de la aventura, tal vez han fracasado y creen que, si ellos no han conseguido su objetivo, nadie más puede hacerlo. A no ser que ese «nadie» tenga mucha suerte o que consiga «enchufes».
Han entrado en estados de rutina, dentro de lo que se denomina «zona de confort», y no quieren salir de ahí y arriesgarse a nada que les incomode, y eso es comprensible y entra dentro de la libertad para vivir como cada uno desee. Pero, en muchas ocasiones, estas personas desean «protegerte» de tus aspiraciones. Si consiguieras algo más que ellos, destrozarías su «zona de confort», poniendo en duda todas sus limitaciones o pretextos. No; lo más probable es que no te dejen.
Cuando empecé a escribir, lo hice con la intención de que mis alumnos pudieran tener al alcance de la mano material didáctico. Ya llevo algunos años impartiendo cursos y tengo un nutrido grupo que cada año crece mucho más que mengua. El caso es que, a veces, me descubro repitiendo cosas y me hago pesado a mí mismo. También ocurre que en alguna clase me muestro especialmente creativo y digo algo útil que después se me olvida. La verdad es que me produce mucha impotencia el hecho de que me recuerden cosas que ya había dicho ¡pero que no recuerdo haber dicho!
Así que empecé a escribir libros que condensaran esas enseñanzas que trato de compartir. Enseguida empecé a fantasear pensando que tal vez mis libros podían interesar a más personas. Un día, durante una comida entre amigos, bromeábamos sobre la posibilidad de que tal vez, un día, uno de mis libros pudiera ser un best seller. Uno de ellos me comentó que eso era algo muy difícil, que si no tienes «enchufe» en este país no se publica nada. Le dije que no me importaba, que podía colgar mis libros en una editorial en Internet. Entonces la respuesta fue: «Aún más difícil, no conseguirás llegar al público y, además, esa es una forma chapucera de publicar libros. Así cualquiera».
Reconozco que me desanimé un poco. Lo cierto es que me hubiera encantado tener mis libros expuestos en librerías y grandes superficies, y creía que disponer de una página en Internet no era la forma más adecuada de poder compartir mis ideas con un número mayor de personas, pero persistí en mi empeño.
Poco después, mi libro Método Sento, una obra sencilla, escrito en un lenguaje llano y lleno de ejercicios de desarrollo personal, estuvo en la lista de los best sellers del mes en la página www.lulu.com, donde lo había colgado.
Alguna de las personas con las que comentaba el tema del libro no entendían que mi noción de éxito no residía en la consecuencia económica, sino que se trata, más bien, de la posibilidad de ayudar a un solo lector que esté pasando un mal momento.
Para mí es algo mágico pensar que puedo aportar algo bueno a alguien en el momento que más lo necesita; a mi modo de ver en eso estriba el éxito, y es muy estimulante imaginar que ocurre, como de hecho ya ha ocurrido.