CAPITULO 50
Hacia casi una semana que Kate no sabía nada de Demian, desde que Clare intentara averiguar ha donde se había marchado, nadie le dio explicaciones de su paradero y ella tampoco las pidió. Lo extrañaba, quería verlo, pero a la vez la casa parecía cambiar drásticamente cuando Demian no se encontraba en la Isla.
Tenía un embarazo de casi cinco meses y un vientre prominente, esa mañana el sol resplandecía y el día estaba maravilloso, así que decidió salir a pasear por la playa. Sin tener rumbo fijo comenzó el paseo, el tiempo cuando solía ejercitarse diariamente había quedado atrás dando paso a días en los que solía sentirse exhausta incluso desfallecer. No era el embarazo quien la hacía sentir tan débil, sino toda la situación en sí. Estar alejada de su familia, en un lugar que en otro momento debía parecer el paraíso terrenal y con un marido que la creía de lo peor, eso era lo que en verdad le estaba causando tanta agonía y su pobre bebe era quien debía estar padeciendo tanto sufrimiento. Ella intentaba soportar estoicamente los ataques de ira que solían apoderarse de Demian cuando le echaba en cara su supuesto engaño. Eran esos momentos los que la acongojaba y martirizaban constantemente. Siguió caminando sin prisa, sin rumbo y sin percatarse de cómo el clima fue cambiando lentamente.
Jasón se alegro al ver que su intuición, de nuevo no le había fallado. Comprobó que lo dicho por Kate era totalmente verdad. El día que Demian la encontró en el The Royal manteniendo un supuesto romance con el conde de Dupont, Lady Nicole de Chevalier también se encontraba ahí.
— Fue la Señorita Chevalier quien hizo la reservación para una supuesta tertulia entre señoras, pero la única dama que se presento fue Lady Lemacks — explicaba una de las mucamas que trabajaba en el hotel y que Jasón sedujo.
— ¿Y tu como es que lo sabes? — pregunto cómo no queriendo, debía conseguir más información.
— Bueno… lo sé porque Diane, la chica que informo a Lady Chevalier que había un problema aquel día en que el Conde Lemacks encontró a su esposa, es mi amiga y ella me lo ha contado, la pobrecita no sabía qué hacer, estaba preocupada por la reacción del Conde contra su esposa, temía que este le hiciera daño, pero aun así, la señorita Nicole la amenazo, le dijo que si abría la boca lograría que la echaran del hotel y que no conseguiría trabajo en todo Londres y Diane no tuvo más remedio que callar.
— ¿Y sabrás de casualidad donde puedo encontrar a Diane?
— ¿Pues sí, pero a ti eso que te interesa?
— Solo sé que tal vez pueda ganarme unas monedas que gustoso compartiré contigo.
— Mmm… esa idea me gusta — se volvió hacia Jasón y comenzó a besarlo, una vez resuelta parte del embrollo, se podía permitir disfrutar del placer que la chica le proporcionaba, así que se abandono a él.
En la isla un fuerte viento comenzó a azotar, el cielo se puso negro en un momento, Kate había caminado demasiado, adentrándose en los riscos cerca del faro. Demian había llegado a la mansión hacia casi un par de horas y al preguntar por Caitlyn le informaron que salió a dar un paseo por la playa.
— ¿Sola? — quiso saber
— Si señor —
— No puedo esperar más a que vuelva — la angustia era evidente en el timbre de su voz. Y entonces la llovizna que anunciaba la tormenta se cernió sobre la mansión, decidió que fue demasiado el tiempo de espera y salió tomando el rumbo por el que le indicaron ella partió. Finalmente la encontró. Caitlyn estaba hecha un ovillo, con el vestido empapado y trepada sobre unas rocas, pues la marea había subido de manera considerable en poco tiempo.
— Si serás cabezota, — apremio — crees que la muerte es la salida más fácil
— Yo…. No… — le castañearon los dientes y le resulto imposible proseguir.
—Venga apóyate en mi — La tomo por la cintura y Kate lo tomo por los hombro, intento bajar de los riscos pero el vestido se le enredaba en las piernas y le hacía casi imposible el caminar. Demian la coloco de nuevo sobre la roca y de un tirón arranco la parte baja de la falda. No pudo evitar mirarle las bien torneadas piernas, hacia tanto que no estaba con ella. La extrañaba, le hacía falta. Su respiración se agito sin poderlo evitarlo y sintió como el deseo cumulado en esos meses se agolpaba en su entrepierna.
No era un santo estuvo con otras mujeres, pero solo para olvidar a Kate, para satisfacer sus instintos, pero con ella se sintió como estuviera famélico desde hacía mucho, mucho tiempo.
La ayudo a bajar de la roca y Kate resbalo, Demian logro sujetarla fuerte contra su pecho y deseo besarla. Con mucho esfuerzo logro controlarse pero aun así, no la soltó. Una vez que estuvo en tierra la tomo en brazos e inicio el camino de regreso a la mansión. La lluvia arreciaba y pronto los empapo.
— ¿Puedes bajarme? — Demian no contesto y tampoco la bajo — Puedo caminar Demian, estoy bien — Demian la miro directo a los ojos. Los de él, muy negros estaban incendiados por el fuego de la pasión. Kate se lamio los labios y le acaricio la mejilla. Demian continuaba sin decir palabra, pero la excitación comenzaba a agitarse en su interior. Una vez que llegaron a la mansión la llevo directo a su habitación.
— ¿Se puede saber qué demonios intentabas hacer? — Bramo — estás loca pudiste morir ¿o acaso eso es lo que intentabas? — en sus ojos se podía ver la mezcla de furia y deseo que se debatían en su interior. La tomo de la mano y la llevo hasta la cama. Estaba como loco. Comenzó a romperle el vestido.
— ¿Qué pretendías, he? Reunirte con tu amante — la acuso
— ¡No!
— Lastimarte entonces y provocar mí lastima, pues bueno eso es lo último que una mujerzuela puede provocar en mí. —continuo desgarrándole las ropas hasta que se quedo solo con el fondo.
— Demian por favor — lloro — Yo te amo… tu eres el único hombre que he tenido, por favor tienes que creerme — el nudo en su garganta le impidió proseguir. Tomo aire antes de volver a hablar — Estoy embarazada — le recordó — y te juro por mi vida que el niño es tuyo…
— Te voy a enseñar lo que es un verdadero hombre — sonrió y por primera vez desde que se casaron, Kate tuvo miedo — no como ese patán de Chevalier que te abandonó sin más — la miro de arriba abajo. La acaricio con la mirada pues el fondo se le pegaba al cuerpo debido a la lluvia. En el vientre de Kate se hacía evidente los signos del embarazo y sin más algo dentro de el exploto. De un movimiento rasgo la tela dejándola desnuda y la comenzó a tocar. Kate sentía sus manos por todo el cuerpo, ella también lo deseaba pero no de esa manera. Recordó la última vez que estuvieron juntos. Las horribles cosas que había dicho después de hacerle el amor. Lo deseaba pero no de esa manera.
— No por favor — rogo Kate — así no, ¡por favor! — grito antes de romper en llanto. Demian seguía tocándola de manera invasiva. Estaba trastornado, había perdido la razón, La besaba con furia y la tocaba en lugares muy íntimos, pero con tanto coraje que solo fue consciente de ello hasta que Kate, chillo de dolor por la manera tan brusca como la acariciaba. La miro a los ojos y vio en ellos temor y odio. Eso le dolió aun mas que el engaño y sin decir nada se aparto se aparto de ella. Se coloco los pantalones y la miro con arrogancia, acto seguido salió de la recamara.
Kate lloro como nunca. La humillación y el dolor que le acababa de hacer pasar, habían sido la gota que derramo el vaso. Ella no lo había engañado así que no tenía por qué continuar soportando sus abusos, groserías y malos tratos. De ahora en adelante Demian tendría que respetarla, ella no había hecho nada que la obligase a bajar la cabeza, por el contrario, estaba embarazada de su hijo.
Después del terrible episodio, Demian se encerró en la biblioteca. No quería saber de ella y mucho menos verla. Esa mujer lo trastornaba he iba a volverlo loco. De hecho ya se sentía loco. Como podía odiarla y amarla a la vez. La deseaba pero a la vez deseaba también hacerla pagar por su engaño. Le hacia ilusión ese hijo pero a su vez le recordaba que podría no ser suyo. Lanzo la copa de Coñac que estaba bebiendo y apoyo la cabeza entre las manos. Quiso gritar.
Las peleas se hicieron más fuertes y mas continuas, hasta el mínimo detalle era pretexto para agredirse mutuamente, después de aquella noche Kate no volvió a permitir que Demian la insultase y ella quedarse callada sin decir nada.
— Porque Kate — le dijo cierto día — porque tenias que engañarme y herirme, éramos felices o por lo menos yo lo era, hasta que tu decidiste terminar con todo.
— Todas y cada una de tus palabras me causan una herida tan grande y tan honda en el corazón… me estas desgarrando el alma Demian, estas matando el amor que aun siento por ti… se está extinguiendo.
— No tienes idea de lo arrepentido que estoy de haberte conocido desearía no haberte visto nunca y no entrometerme en tus locuras cuando estabas decidida a robarle el novio a tu hermana como la mujerzuela que eres, como pude ser tan ciego y tan idiota de enamórame de una frívola coqueta como tu…
— Si eso es lo que piensas de mi…— Kate apretó los puños y la boca debía controlarse tanto coraje le hacía daño al bebe, además sus palabras la atravesaron como puñales en su corazón — por favor déjame ir — suplico una y otra vez — déjame regresar a casa con mi familia.
— A tu casa, — se rio — ¿con tu familia? — Se burlo — no será acaso que vas a reunirte con el cobarde de tu amante que no fue siquiera capaz de dar la cara por ti y por el bastardo que llevas en tus entrañas.
El golpe contra la mejilla de Demian fue certero — Te prohíbo — dijo muy seria — que hables así de mí y de mi hijo, te prohíbo — repitió en el mismo tono tranquilo — que me trates como si yo fuera lo peor, te he jurado por mi vida y por la vida de nuestro hijo que llevo en mi vientre que todo es un engaño, una calumnia, una mentira.
Demian se echo a reír
— Por favor ya cállate… — pidió — estoy harta qué no lo vez, estoy verdaderamente cansada de tus reproches de que me señales y de que no me creas si tanto me detestas déjame en paz y permite que me vaya — decía todo esto mientras corría al interior de la casa.
— Caitlyn. Caitlyn con un demonio detente. — Kate siguió corriendo — Obedéceme maldita sea — grito. Apenas había subido unos cuantos escalones y al escuchar que Demian venia tras ella se volvió contra él.
— Si lo que querías era obediencia inmediata cariño, no te hubieras buscado una esposa — dijo burlona — mejor hubieras comprado un perro que se echara a tus pies nada mas le tronaras los dedos — se giro bruscamente. Apenas había subido unos cuantos peldaños cuando en uno de escalones no apoyo el pie correctamente y cayó de bruces, golpeándose las rodillas al caer. Profirió un grito desgarrador y de inmediato se llevo una las manos al vientre para protegerse de pero aun así no consiguió evitar el duro golpe.
Demian corrió a levantarla y ella se deshizo de la mano que le extendía, se dejo caer de lado sentándose en la amplia escalinata de mármol y se cubrió el rosto con ambas manos y comenzó a llorar. Demian estaba débil sin poder hacer nada, cuando la vio caer y golpearse, toda su ira y amargura desapareció de pronto y solo le importo el bienestar de Caitlyn. En su estado era sumamente peligroso y delicado cualquier tipo de golpe.
Kate intento levantarse y Demian quiso ayudarla — Déjame — susurro. A él le pareció que estaba a punto de perder el conocimiento cuando noto lo apagado de su voz y la palidez de su cara, estaba blanca como la leche. Pese a los reproches de Kate la tomo en sus brazos y la llevó hasta la recamara mando llamar al Dr.
Más tarde el médico le indicaba que debía descansar su embarazo era delicado y de no guardar el reposo necesario podría perderlo
— No por favor Dr. Sálvelo. Mi bebe — murmuro tiernamente mientras se acariciaba el vientre — tu eres el más inocente de todos — Kate no era consciente de que Demian la observaba embelesado, estaba tan bonita embarazada. Tenía el rostro resplandeciente y los ojos con cierto brillo. Nunca estuvo más hermosa que ahora. Demian deseo que todo aquello fuese una pesadilla, un mal sueño del cual pudiera despertar.
Que el niño en las entrañas de Kate fuera suyo en verdad, pero siempre tendría la duda y no se sentía capaz de poder vivir con eso. Así que se alejo. Verla le producía un terrible dolor y ya no se sentía capaz de soportarlo.
— Como pude ser tan estúpida de creer en la amistad de esa farsante de Nicole y del patán, arrogante de Chevalier... Debí contar todo a Demian pero tuve celos y miedo de que... el ya no me encontrase atractiva con el embarazo, se que la muy meretriz de Nicole estaba a la caza e la primera oportunidad con Demian, y yo fui una tonta al proporcionársela. Pero te juro bebe — continuo acariciándose el vientre — que voy a ser capaz de recordar y descubrir lo que paso en realidad, y solo entonces antes de marcharnos tu padre sabrá que nunca debió llamarte bastardo.
Había pasado casi un mes del accidente y Kate estaba completamente recuperada. Se le veía feliz disfrutando de la belleza de la isla, salía a pasear, casi a diario, leía e incluso estaba aprendiendo a tejer. Demian la miraba y cada vez se volvía más sombrío. El recuerdo de sus padres lo martirizaba cada vez más. Ya no era el hombre que ella conoció.
— ¿Que le sucede? — quiso saber Kate.
— Bueno hija, es todo. Los problemas contigo, estar encerrado aquí y verte tan linda sin poder tocarte lo esta convirtiendo en un lunático — Lady Amélie sonrió ante sus propias palabras — además — callo como si no supiera muy bien si contar lo que estuvo a punto de decir — Ho qué diantres — maldijo antes de proseguir — creo que debes saber por qué todo este lio lo tiene así, tienes derecho.
— Por favor abuela, no se guarde nada — después de todo ese tiempo compartido el cariño entre Lady Amélie y Kate iba en aumento. La condesa viuda le había dicho a Kate que le dijese abuela y ella acepto encantada.
— Mira lo que te voy a contar es lo que paso entre los padres de mi Demian, el era apenas un chico pero se vio afectado con todo lo que sucedió. Mi hijo Vincent conoció a la madre de Demian. Cristin era muy hermosa, sus ojos negros y la piel tan blanca le daban cierto aire misterioso, siempre lucia muy elegante, de buena familia y sobre todo muy coqueta. Vincent, digamos que se enamoro nada más verla, la cortejo como todo el sequito de pretendientes que ella tenía, pero Vincent — sonrió al recordar a su hijo — era un seductor y tan encantador que era complicado mostrarse difícil con él, tú me entiendes — le guiño un ojo — Vincent solía ser el cazador tanto como la presa y eso fue lo que al final le hizo obtener, de entre todos, el corazón de Cristin. A su modo ellos se amaron, pero no era esa la base de su matrimonio, sino el deseo y la pasión. Cuando Cristin se quedo embarazada las cosas se pusieron mal, después nació Demian y agua volvió a su cauce. Transcurridos unos años la pasión se acabo y dio paso a la frialdad, a la hostilidad. Comenzaron a pelear, igual que tu y mi nieto.
En el octavo aniversario de Demian, para variar ellos pelearon. Vincent la encontró coqueteando con uno de sus amigos y eso fue la gota que derramo el vaso, el ya sospechaba que Cristin tenía un amante, pero de eso a confirmarlo. — Lady Amélie se levanto y camino hasta el ventanal, dándole la espalda a Kate. Al perecer recordar aquello aun le dolía — Claro que el también tenia amantes, no era ningún santo pero lo que más le dolió fue darse cuenta que el amante de Cristin era uno de sus mejores amigos.
Se puso como loco, se dijeron de todo, fue entonces cuando Cristin impulsiva como era, salió corriendo hasta las caballerizas y monto su yegua. Vincent salió tras ella y como si todo se confabulara, el cielo se puso negro y comenzó a llover. La tormenta arrecio y… bueno nadie supo cómo pero terminaron muertos. Cuando encontraron sus cuerpos estaban bajo la tierra y el lodo. Mi Vincent la mantenía abrazada, parece que al final si se amaron en verdad.
Lo importante de todo esto Kate, es como afecto a Demian, sus continuas peleas y el enterarse del engaño lo convirtió en un chico duro y desconfiado, hasta que te conoció.
Kate estaba llorando, el sufrimiento de Demian le dolía. Además de recordar la manera en cómo se conocieron ella creía estar enamorada de Robert y las cosas que había echo por ese supuesto amor, y ahora después de que el la encontrara en la cama con Patrick, era lógico pensar que no le creyera.
De pronto Kate dejo de llorar y abrió los ojos de manera exorbitante. Iban por el mismo camino que los padres de Demian. Las peleas, el bebe. Claro que ella jamás tendría amantes pero tampoco permitirá sus malos tratos. Debía salir de ahí, antes de que ocurriese alguna tragedia.
Kate pensó que debía marcharse se ahí a como diera lugar, no podía permitirse que las cosas llegaran tan lejos, debía huir y pronto.