Ab omni malo, libera nos, Domine. Ab omni pecato, libera.

Ab ira tua, libera. A subita nea et improvisa morte, libera.

Ab insidiis diaboli, libera.

Ab ira, et odio, et omni mala voluntate, libera.

A spiritu fornicationis, libera. A fulgure et tempestate, libera.

A flagello terraemotus, libera.

A peste, fame et bello, libera.

A morte perpetua, libera.

Liberame, Domine, de morte aeterna in die illa tremenda quando caeli movendi sunt et terra dum veneris judicare saeculum per ignem.

Dies illa, dies irae, calamitatis et miseriae dies magna et amara valde dum veneris judicare saeculum per ignem.

(Líbranos, Señor, de toda maldad, de todo pecado. Líbranos de Tu cólera. Líbranos de la muerte repentina y sin confesión, de las acechanzas del diablo, de la venganza, del odio, y de toda mala intención. Del ansia por fornicar, de los rayos y las tempestades; del azote de los terremotos, de la peste, del hambre y de la guerra. Líbranos de la muerte infinita.

Líbrame, Señor, de la muerte eterna en ese día terrible en el que el cielo y la tierra temblarán, en el que vendrás a juzgar con fuego nuestro siglo. Ese día terrible, el día de la ira, las calamidades y las miserias, el día señalado y acerbo en el que vendrás a juzgar con fuego nuestro siglo).

Libera me, reponsorio gregoriano del Officium defunctorum, anónimo.

Ut queam laxis, Resonare fibris Mira gestorum, Famuli tuorum Solve polluti, Labii reatum Sancte Iohannes

Himno a San Juan Bautista, anónimo, s. XI.