CAPÍTULO XXIII

 

En la ría de Alvor, un año después,

mirando el pasado con confianza en el futuro

DÍA 8 DE MAYO DE 2008, RESTAURANTE ABABUJA

Hace algunos meses que no tenía el placer, ni la oportunidad de quedar, personalmente, con mi colega y amigo Tavares de Almeida. Después de algunos contactos telefónicos, decidimos venir a comer cualquier cosa al Ababuja, uno de los varios restaurantes de la zona ribereña de Alvor, enfrente del mercado del pescado. Este era uno de los lugares donde, hace cerca de un año, nos reuníamos alrededor de una mesa, para cenar o almorzar, con colegas de la policía inglesa que vinieron a nuestro Algarve, cooperando con nosotros en la investigación de la desaparición de Madeleine McCann. Aquí, a pesar de que la clientela es mayormente de origen británico, pasábamos desapercibidos y, por increíble que parezca, conseguíamos alguna privacidad y anonimato. Ahora, estábamos los dos solos, lejos de las luces del escenario y del follón de aquellos días en la terraza, admirando un atardecer deslumbrante, con un sol que todavía se reflejaba en las aguas tranquilas de esta ría que separa los dos concejos del Algarve en los cuales se desarrolló la investigación, Lagos y Portimão. A pesar de que a Tavares le gusta decir que se encuentra completamente alejado de la investigación, nunca intentando olvidar y sí avanzar hacia otros objetivos, nuestras conversaciones van, invariablemente, a dar al mismo lugar: la desaparición de Madeleine. Recordamos las miles de diligencias realizadas, los centenares de inquisiciones, los interrogatorios, los exámenes y pericias, pesquisas, análisis, en un tentativo de reconstituir y reconstruir los hechos, con la amargura de no haber conseguido encontrar a Madeleine.

- ¿Te acuerdas de los resultados que dejamos expresados en la indagación después de los interrogatorios de los McCann?

- ¡Oye! ¿por qué me preguntas eso? Ya pasó…, olvida…

- ¿Crees que es posible olvidar? El pasado no se debe olvidar sino aprender de él...

- ¡Mira compañero!... Benfica también ha pasado y hoy es lo que es.

- ¡Ahí está! No aprendieron con él...

- Se olvidaron deprisa...

- Entonces no nos olvidemos el pasado reciente ni de aquella niña.

- Cómo es posible olvidarse de la niña... Lo que quiero es olvidarme de las barbaridades de algunas personas.

- Volviendo a la cuestión inicial. Sabes, estoy convencido de que alguien va a pasar un mal trago para fundamentar algo en sentido contrario.

. No lo dudes, aquellos resultados están debidamente fundamentados, en hechos, indicios y prueba material.

- No fuimos sólo los dos los que llegamos a tales resultados, sino todo el equipo de investigación.

UNA DESAPARICIÓN, UNA VENTANA Y UN CADÁVER

Llegados aquí es necesario hacer una síntesis deductiva sobre este caso. O sea, rechazar lo que es falso; alejar lo que no se puede probar por insuficiente; dar por válido y adquirido aquello que se probó. Por consiguiente:

  1. La tesis del rapto es definida por los padres de Maddie desde el primer momento;
  2. En el seno del grupo, tan sólo sus progenitores declaran haber observado la ventana abierta en la habitación de la niña desaparecida; la mayoría no puede testimoniarlo fielmente por haber ido al apartamento ya después de haber sido dado la alarma;
  3. La única deposición externa al grupo que se refiere a la ventana abierta y a las persianas levantadas es la de Amy, una de las cuidadoras del Ocean Club, que se refiere a las 22/22:20 horas como momento de la observación aproximadamente, por lo tanto, bastante después de haber sido dada la alarma y no probando por lo tanto que la ventana estuviera abierta en el momento en que ocurrió el delito;
  4. El conjunto de deposiciones y testimonios ponen en evidencia un elevado número de imprecisiones, incongruencias y contradicciones –lo que podría ser tipificado, en algunos casos, como falsos testimonios. En particular, la deposición clave para la tesis del rapto, de Jane Tanner, pierde toda credibilidad por haber evolucionado a lo largo de varios momentos, volviéndose ambigua y descalificándose;
  5. Hay un cadáver no localizado, constatación validada por los perros ingleses EVRD y CSI y corroborada por los resultados preliminares de laboratorio.

Para mí y para los investigadores que conmigo trabajaron en el caso hasta octubre de 2007, los resultados a los que llegamos fueron los siguientes:

  1. La menor Madeleine McCann murió en el apartamento 5A del Ocean Club, de Vila da Luz, la noche del 3 de mayo de 2007;
  2. Ocurrió una simulación de rapto;
  3. Kate Healy y Gerald McCann son sospechosos de participar en la ocultación del cadáver de su hija;
  4. La muerte puede haber ocurrido como resultado de un trágico accidente;
  5. Existen indicios de negligencia en el cuidado y seguridad de los hijos.

El sol comienza a ponerse sobre el bello paisaje de esta ría. Los niños ingleses juegan en el paseo, bajo la mirada atenta de sus padres. Miro a Tavares, le veo en los ojos el brillo y la alegría con que en aquel día de noviembre de 1981 nos encontramos en la Escuela de Policía Judicial para iniciar el curso de agentes de investigación criminal. El pasado parece estar lejos, pero no olvidado, y el futuro es ya mañana.

Tenemos conciencia de haber dado lo mejor de nosotros para resolver el caso. Nuestras convicciones se asientan en la experiencia profesional, en hechos e indicios recogidos y en su interpretación a la luz del Derecho. Nuestro trabajo se desarrolló con el objetivo de llevar a cabo la justicia a través de la búsqueda de la verdad de los hechos, la única que debe prevalecer de cara a un universo en el que se vuelve común la verdad de la mentira.

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Gonçalo de Sousa Amaral nació el 2 de octubre de 1959 en el pueblo de Torredeita, cerca de Viseu. Cursó estudios de Ingeniería en el ESEL (Instituto Superior de Ingeniería de Lisboa) y en el IST (Instituto Superior Técnico de Lisboa). Durante el periodo de 1992/1997 asistió, en el turno de noche, a la Facultad de Derecho de Lisboa, licenciándose en Ciencias Jurídicas y Criminales.

Ingresó en la Administración Pública en 1973, con 14 años. En noviembre de 1981, inició el curso de formación de agentes de la Policía Judicial, ingresando en 1982 como Agente. En 1997/1998 asistió al curso de Subinspectores de la PJ, obteniendo la primera clasificación entre 100 alumnos. En 2000/2001 realizó el curso de Coordinadores de la PJ. Ejerció funciones en Lisboa, en el Algarve y en las Azores. Durante años persiguió, con eficacia, todo tipo de criminalidad violenta y organizada: hurtos, robos, homicidios, tráfico de estupefacientes. Tuvo una carrera profesional impecable, ampliamente reconocida por colegas y superiores jerárquicos, así como por magistrados judiciales y del Ministerio Público, por funcionarios judiciales y abogados, con quien tuvo el placer de trabajar durante muchos años. Su consigna es “la justicia se hace en silencio”. Fue Coordinador Operacional de las investigaciones del ‘caso Maddie’, entre el 3 de mayo y el2 de octubre de 2007, habiendo sido, en esta ocasión, apartado de la investigación en un acto sin precedentes en la historia de la Policía Judicial. Se retiró el 1 de julio de 20087, después de 27 años de carrera policial, con el objetivo de readquirir plena libertad de expresión sobre el caso que investigó, y de contribuir, en la medida de lo posible, al descubrimiento de la verdad de los hechos y a la realización de la justicia.

Se considera beirense de nacimiento, lisboeta por migración y algaravío por adopción.

Está casado en segundas nupcias y tiene tres hijas.