Mi primer libro

No hacía mucho que había llegado a Tokio cuando Hōan Kosugi, el pintor, me invitó a escribir un libro de referencia sobre el Karate-dō. Este no iba a ser un trabajo fácil porque como ya expliqué, no había material disponible en Tokio y tampoco en Okinawa. Así que comencé escribiéndole a los maestros Azato e Itosu y a otros amigos y colegas en Okinawa para que me enviasen cualquier información e ideas que tuviesen sobre el Karate-dō. Pero por supuesto cuando comencé a escribir el libro tuve que confiar casi totalmente en mi experiencia personal durante los días en que me entrenaba y practicaba el arte en Okinawa.

Publicado por Bukyosha en 1922, el libro se tituló “Ryūkyū Kempo: Karate” y tuve el honor de incluir cortas palabras de introducción de varias personas eminentes. Entre ellas puedo mencionar los nombres del Marqués Hisamasa, el primer gobernador de Okinawa, del Almirante Rokurō Yashiro, del Vicealmirante Chosei Ogasawara, del Conde Shimpei Goto, del Teniente General Chiyomatsu Oka, del Almirante Real Norikazu Kanna, del Profesor Norihito Toonno y de Bakumonto Sueyoshi del “Okinawa Times”.

Cuando actualmente releo el libro me siento un poco avergonzado por la escritura de aficionado. Sin embargo para escribirlo le dediqué un gran esfuerzo y por eso entre mis publicaciones ésta permanece como mi favorita. El libro fue diseñado por el mismo Hoán Kosugi.

Los cinco capítulos son: “Que es el Karate”, “El valor del Karate”, “Entrenamiento y enseñanza del Karate”, “La organización del Karate” y “Fundamentos y Kata”. En el apéndice del libro discuto las precauciones que debe tener un karateca cuando practica el arte. Para darle una idea al lector de cómo sentía el karate en ese momento, les reproduciré aquí una breve introducción que escribí en ese primer libro mío:

“Dentro de la profundidad de las sombras de la cultura humana acecha la semilla de la destrucción así como la lluvia y el trueno siguen en el comienzo de una tormenta. La historia es la historia del levantamiento y caída de las naciones. El cambio es un mandato del cielo y de la tierra; la espada y la pluma son tan inseparables como las dos ruedas de un carro. Así, un hombre debe abarcar ambos campo si quiere ser considerado un hombre de talento. Si es demasiado complaciente, creyendo que durará siempre el tiempo bueno, puede un día ser sorprendido por terribles diluvios y tormentas. Así, es esencial para todos nosotros prepararnos cada día de cualquier emergencia inesperada”.

“Para recordar días difíciles en días pacíficos y entrenar constantemente el cuerpo y la mente está la guía espiritual y el carácter del pueblo japonés”.

“Actualmente gozamos de la paz y nuestro país está haciendo grandes avances en todos los campos. Espadas y lanzas, ahora virtualmente sin uso, han sido guardadas en nuestros armarios. Pero ahora, el sutil arte de la defensa propia llamado karate, se va haciendo cada vez más popular y la gente me pregunta constantemente si hay disponible un buen libro de referencia. Aún entusiastas de otros remotos lugares me escribieron preguntándome por algún libro. Por otra parte, la salud y la fuerza de nuestros jóvenes de acuerdo a los exámenes físicos para el servicio militar, parece deteriorarse año tras año. Teniendo todo esto en consideración, decidí escribir un libro de referencia sobre el karate con el propósito de que el deporte se extienda en todo el país y nuestra gente pueda entrenarse tanto la mente como el cuerpo. Esta primera humilde intención está, por supuesto, con muchos defectos”.

Este libro goza de amplia popularidad y fue editado nuevamente cuatro años después por Kobundo en una forma revisada, con el pequeño cambio de

“Renten Goshin Karate-jitsu” (Afirmación de la fuerza de la voluntad y de la defensa propia a traves de técnicas de karate). Mi siguiente libro, llamado “Karate Kiōhan”, fue publicado en 1935 y trata principalmente de los distintos tipos de kata (este libro fue diseñado por Hōan Kosugi).

Varias revistas semanales y mensuales también se empezaron a interesar por el karate y mientras que algunos escritores tratan de presentar la verdadera imagen del Karate-dō, otros prefieren hacerlo en forma sensacionalista.

En el apéndice de mi primer libro cito un artículo que apareció en un periódico de Tokio en el cual el autor dice:

“El propósito del karate es tener un cuerpo fuerte. Es también un arte de defensa propia. Un karateca bien entrenado es capaz de levantarse desde la posición de sentado y hacer pedazos el techo de una habitación con una patada, de romper un tronco de bambú con una mano, de romper dos o tres gruesas tablas con un solo golpe de puño, de romper una gruesa cuerda con un golpe o de destrozar una roca con sus puños o muchos otros hechos de fuerza sobrehumana. Ciertamente estos hechos están más allá de la capacidad humana. “Milagroso” es la única palabra que puede describirlo!”

Como hemos visto, no todos estos hechos están más allá de la capacidad humana y describirlos como “milagrosos” es absurdo. Lamento decir que esta es la forma en que mucha gente considera actualmente al karate.