XXXIV

Tocaron la puerta del consultorio y cuando se levantó a abrir se encontró con la impresionante presencia de Mauro, la cabeza erguida y la mirada al aire y, junto a él, Rosa con una pequeña maleta sujetada con ambas manos.

—De parte del señor Wigge, dice que ahí tiene a su hija. Que no la quiere volver a ver, ni a saber de ella en los días su vida. Que a partir de hoy usted se hace totalmente responsable de su destino —dijo Mauro y salió dejando a Rosa de pie en la puerta de su consultorio. Ricardo la abrazó.

—Mi amor, ¿qué pasó? ¿Estás bien?

—Sí, pero mi papá me acaba de correr de la casa.

—¿Por qué?

—Estuvo tratando de convencerme de que te dejara y me casara de inmediato con el ingeniero Struck. Como no acepté, empezamos a discutir hasta que le tuve que confesar que estaba embarazada… Qué bueno que tú no se lo dijiste, porque si no quién sabe cómo hubiera reaccionado.

—¿Por qué?

—Se quedó demudado y lívido cuando se lo solté después de haberle dado todos mis argumentos para que me permitiera casarme contigo. «¿Y por qué no me lo dijo él?», me preguntó cuando se repuso de la sorpresa…

—¿Y qué le contestaste?

—Porque es un hombre de bien y quiso convencerte de sus buenas intenciones sin chantajes ni amenazas. Se quedó pensando un momento y me gritó: «¡Largo, largo de aquí! ¡No quiero volverte a ver en los días de mi vida!» «Prepara tus cosas para que Mauro te lleve con ese tu doctorzuelo de piernas de pelele y ojos de bola de hilo.» Y pues aquí estoy…

—Bienvenida, mi amor, no te preocupes, mi casa es muy modesta pero no te va a faltar nada, ya verás…

Ricardo vivía entonces en una pequeña y modesta casita con una recámara; en un cuartito anexo había instalado un lavabo, un retrete, una regadera y una fosa séptica. Para disponer de agua corriente subió dos bidones a la azotea del baño e instaló una tubería. El agua la obtenía de un pozo y la subía mediante una bombita a los tinacos.

Así empezaron a vivir juntos, y como en Puerto Marinero no había ni juez ni cura ni autoridad municipal, tan pronto pudieron se fueron a Antequera y se casaron por la iglesia y por lo civil.