[1] No es este, por lo general, el caso de los cronistas militares, sobre todo de aquellos cuyo propósito es tratar de manera científica la guerra. Sería suficiente hacer referencia a los numerosos ejemplos en los que el pro y el contra de los razonamien¬tos se fagocitan unos a otros, hasta el punto de no restar ni la cola, como en el caso de la fábula de los leones.<<