Ayer

Jueves, 27 de octubre de 2005 (12:08)

Hace ya cerca de un año que la vi por primera vez.

Suelo actuar de manera indiferente en estos casos, pero no en esta ocasión. No pude evitarlo, me quedé embobada mirándola por un buen rato. No fue hasta un tiempo después que me di cuenta de que me recordaba a otra persona importante para mí. Contemplar esos mismos rasgos provocaba una agridulce emoción en mi interior.

Ocasionalmente he seguido encontrándomela, de tanto en tanto, pero nunca me he atrevido a hablar siquiera con ella. No sé, supongo que me afecta pensar que no estoy a la altura, que nunca podría ocurrir, eso sin olvidar que, llegado el momento, tendría que dar muchas incómodas y siempre delicadas explicaciones.

Pero es tan fuerte la atracción que siento...

Sin embargo, cuando menos lo esperaba, me cruzo con ella a solas y empezamos a hablar. Fue ayer por la tarde. Espero que no se notase demasiado lo nerviosa que estaba. Muy agradable, muy simpática y esa sonrisa que me pierde. Probablemente fue un cuarto de hora el tiempo que estuvimos charlando, pero a mí se me pasó volando hasta que nos interrumpieron.

No ocurrió nada, ni visos de que en un futuro fuera a suceder algo. Pero guardo la ilusión de que la simple charla de ayer sirva para que haya una próxima, y otra después...

Y otra, y otra...