FÁBULAS Y MÁXIMAS

Traducidas del hindú; su autor, Culo Sucio, es el gran Confucio del Bramanismo.

LOS DOS LOBOS

—Qué olor tan insoportable hay aquí —dijo un lobo a otro lobo—. ¿Has cagado tú?

—No —le respondió el otro.

—Entonces —dijo el primero— debo de haberme cagado yo.

Y así era. La moraleja de esta fábula es que aunque siempre estamos listos para hablar de los defectos de los demás, siempre estamos dispuestos a olvidar nuestras propias imperfecciones.

EL PERRO Y EL GALLO

—Vaya tipo grande que eres —dijo el gallo al perro—. Yo puedo joderme a media docena de gallinas mientras tú sólo la has metido la mitad de tu tamaño.

—Es muy posible —dijo el perro—, pero cuando yo la meto, me quedo todo el tiempo que quiero. Mira mi polla y compárala con la tuya. Lo que tú haces yo no me atrevo ni a llamarlo echar un polvo, pues se acaba casi antes de que empiece.

Esta fábula nos enseña que polla grande ande o no ande.

EL MONO Y EL CONSOLADOR

Un cachorro de mono que había visto cómo su dueña llenaba el consolador con crema, esperó hasta que ella hubo acabado de usarlo, pues había recibido una llamada de fuera.

—Bien —dijo el mono—, ahora me despacharé la crema.

Y empezó a chupar el consolador. Pero la dama había contraído sífilis y el mono terminó muriendo entre convulsiones.

La moral de esta fábula es que habiendo pollas tan hermosas para qué gastar el tiempo chupando consoladores tan apestosos.

EL ZORRO Y EL GANSO

—Lo que tú necesitas es una buena polla dura en el culo —dijo el zorro cuando se dio cuenta de que no podía cazar al ganso.

—Ya tengo una, siempre la llevo metida —dijo el ganso, burlándose.

—De nuevo me pisan el sitio, qué tonto tan idiota soy —dijo el zorro totalmente deprimido.

Esta fábula nos enseña que no por mucho madrugar amanece más temprano, o lo que es lo mismo, no todas las pollas sirven para un mismo culo.