1956

 

 

La sucesión del Movimiento Nacional es el propio Movimiento Nacional sin mixtificaciones.

Franco

 

 

 

Aparecía cada vez con mayor evidencia que España necesitaba de un golpe de timón económico que desterrara viejos y arraigados vicios especulativos. Se había producido ya una concentración de poder de signo capitalista, bien visible en el auge bancario con la proliferación de sucursales de las grandes entidades, cuya expansión estaba ocupando los locales de viejos y acreditados cafés que otrora albergaban afamadas tertulias. La concentración se registraba, asimismo, en el Anuario Financiero y de Sociedades Anónimas, que daba cuenta de la presencia reiterada de unos nombres en los que se reunía todo el poder económico y oligárquico acumulado en la España de la posguerra. Así, Delclaux aparecía en treinta consejos de administración; Chavarri en veintiséis; Mateu, en otros tantos; Bordegaray, en igual suma; Botín, en veintiuno; Aguirre Gonzalo, en veintitrés. Y no se quedaban muy atrás los Collar, Blasco Oller, Aresti, Oriol, Arteche... Entre 1950 y 1954, los seis grandes bancos del país duplicaron sus beneficios, y las seis mayores empresas pasaron, en el mismo período, de 231 millones de beneficios a 489 millones.

El año vivió un gran fasto deportivo: el Real Madrid conquistó la primera Copa de Europa de fútbol, torneo creado por el rotativo francés L'Équipe. Con este éxito se abrió una época de oro del balompié español, y no diremos del nacional, porque la vía libre al fichaje de jugadores extranjeros hizo que la presencia de argentinos, húngaros (a raíz de la tragedia de su país), uruguayos, franceses, etc., aventajara al fútbol de clubes, en tanto que la selección nacional no superaba los tiempos gloriosos de Zarra.

 

Prohibidas las casas de tolerancia

 

Un decreto-ley del 3 de marzo declaraba la prostitución como «un tráfico ilícito». La disposición entendía «velar por la dignidad de la mujer», y se daba un plazo de tres meses, a partir de la entrada en vigor del decreto, para el cierre de este tipo de establecimientos. El artículo quinto del decreto-ley en cuestión fijaba: «La reeducación y adaptación social de las mujeres que hayan sido objeto de lo que se declara tráfico ilícito corresponderán al Patronato para la Protección de la Mujer.»

El periódico Arriba, comentando la disposición, exponía: «Nuestro sentido de viejo pueblo que procura guardar celosamente las virtudes morales y los valores del espíritu, nos dice claramente que se acaba de dar un gran paso en la defensa de la dignidad humana.»

La antigua y arraigada institución de las mancebías, con su dueña, su encargada, su ritual grito de «¡Niñas, al salón!», y sus demandas de «¡Agua al siete!», dejaba de existir legalmente, con lo que también desaparecían las cartillas y los reconocimientos médicos periódicos a que obligaba el ejercicio de una actividad que, durante muchísimos años, se tuvo como lógico desahogo para los varones, lugar de tertulia provinciano y escudo para salvaguardar a las honestas.

Alguien, con mucho escepticismo a cuestas, vaticinó: «Ahora no habrá casas de putas. Ahora estarán las putas en las casas.»

 

Nace la televisión

 

El día 28 de octubre se inauguraron oficialmente las emisiones de la televisión española. El diario Arriba daba cuenta así del acontecimiento: «El Ministro de Información y Turismo, don Gabriel Arias Salgado, inauguró ayer tarde oficialmente la estación de televisión de Madrid, instalada en la avenida de La Habana, 77.

»E1 transmisor de la imagen y del sonido permitiría la recepción de televisión en el círculo de un radio de 50 a 60 kilómetros alrededor de Madrid. Las pruebas han demostrado que se recibe perfectamente en Toledo...

»La emisora se abrió a las ocho y media de la noche y, previas unas palabras del locutor, el prelado doméstico de Su Santidad, monseñor Bulart, celebró la santa misa, la primera que se televisaba en España, en un altar instalado en el estudio, presidido por una bella imagen de Santa Clara, Patrona de la televisión española...

»El Ministro de Información y Turismo, de quien dependerá el nuevo organismo, pronunció las siguientes palabras:

»"Hoy día 28 de octubre, Día de Cristo Rey, a quien ha sido dado todo el poder en los cielos y en la tierra, se inauguran los nuevos estudios de televisión española.

»"Mañana, 29 de octubre, fecha del XXIII aniversario de la Fundación de Falange Española, darán comienzo de manera regular y periódica los programas diarios.

»"Hemos elegido estas dos fechas para proclamar así los dos principios básicos, fundamentales, que han de presidir, sostener y enmarcar todo el desarrollo futuro de la televisión en España: la ortodoxia y rigor, desde el punto de vista religioso y moral, con obediencia a las normas que en tal materia dicte la Iglesia Católica, y la intención de servicio a los principios fundamentales y a los grandes ideales del Movimiento Nacional."»

El minutado de aquel programa inaugural, quedó finalmente establecido de este modo: «A las 18.00: Carta de ajuste. A partir de las 18.15: Cabecera de presentación. Misa oficiada por monseñor Bulart. Discursos inaugurales del Ministro de Información y Turismo, señor Arias Salgado, y del camarada José Ramón Alonso, director de Programas y Emisiones. Programa dedicado a Santa Clara. España Hoy. Actuación de Coros y Danzas de la Sección Femenina, del Distrito de la Latina. Estreno de NO-DO A. Más actuación de Coros y Danzas. Estreno de NO-DO B. Documental "Blancos Mercedarios". Documental "El Greco y su obra maestra". Grupo provincial de Coros y Danzas de Málaga. La orquesta de Roberto Inglez.

Actuación de José Cubiles, pianista. Himno Nacional y banderas de cierre.»

 

Los sucesos de febrero

 

Aires de fronda sacuden la universidad. Grupos contestatarios se manifiestan en pro de la realización de un Congreso de Escritores jóvenes. Los sectores oficialistas, SEU y Falange, se oponen. El enfrentamiento deriva en choque abierto en la calle Alberto Aguilera, entre falangistas y estudiantes contestatarios. Un disparo, probablemente casual, hiere al falangista Miguel Álvarez gravísimamente en el cráneo. Se crea una tensísima situación, presagiándose una «noche de cuchillos largos» si el herido fallece. Prohombres liberales aperturistas, en el punto de mira de los falangistas, buscan refugio en casas de amigos. Ante la difusión de estos rumores y la amenaza de las centurias, el laureado general Rodrigo, capitán general de la I Región, en tajante decisión, sentenció: «¡Sin mi permiso, aquí no se mueve ni Dios!»

Afortunadamente, Miguel Álvarez salvó la vida y todo quedó en unas detenciones y en un relevo equilibrado en la composición del ministerio. Cesaron Ruiz Giménez y Fernández Cuesta, sustituidos por Rubio y Arrese.

 

«Fichas conocidas»

 

Hechas públicas las detenciones —tras los sucesos— de Miguel Sánchez Mazas Ferlosio, Ramón Tamames, Dionisio Ridruejo, Javier Pradera, Enrique Múgica, José María Ruiz Gallardón y Gabriel Elorriaga, como responsables de las corrientes disidentes y a los que se atribuía estar entre el núcleo de los contestatarios, La Vanguardia publicó el 10 de febrero un editorial con el título que encabeza este epígrafe, debido sin duda a Luis de Galinsoga, al que pertenecen estos significativos párrafos: «...Las fichas de algunos de los detenidos por la Policía ilustran bastante sobre el origen y el carácter de la agitación que se incuba y del contubernio que se trama. Entre estos detenidos hay algún tránsfuga, apóstata y resentido a quien recordamos en tiempos pasados, pero no olvidados, como uno de los más feroces adulteradores del credo de la Falange, so capa de mostrarse el más demagogo defensor de ella. Si la suerte política fue adversa para él, y para otros elementos que, entonces como hoy, le acompañaron en sus resentimientos y en sus ambiciones, nadie tiene la culpa sino su propia impotencia e incapacidad para ser adalides de nada, por muy aromáticas y evanescentes que sean las formas poéticas que envuelven el fraude de su seudoapos- tolado. Felizmente, la Falange auténtica pudo depurarse de aquellos sujetos que crispaban mucho los puños, demasiado, para confundirse con el puño cerrado consabido... Pues son estos resentidos y estos fracasados los que, una vez más, repiten en España la triste historia de hace un cuarto de siglo... Porque el ciclo es archiconocido: los filósofos, los retóricos, los clínicos, las clases seudointelectuales consabidas, alientan la rebelión juvenil, por entre cuyas generosas e inconscientes vehemencias se filtran sutilmente los elementos de acción, fáciles a cualquier algarada y gananciosos, siempre, en el río revuelto de cualquier inquietud para apoderarse rápidamente de la rebeldía, desbordar a los profesores y a los poetas y a los médicos levantiscos, y producir la conflagración comunista a que llegó España en 1936... Porque los alevosos inductores podrán engañar a cualquiera menos a quien tenga ficha de ellos. Fichas conocidas, de maleantes o de zascandiles.»

 

Aparece Federico Sánchez

 

Por las mismas fechas de febrero, los periódicos nacionales reprodujeron un artículo aparecido en Mundo Obrero, editado en Toulouse, precediendo su contenido con estas líneas: «Adelantándose en más de veinticuatro horas a unos propósitos estudiantiles, que ayer han entorpecido en Madrid el normal funcionamiento de algunos servicios docentes, el órgano oficial del Partido Comunista para España, Mundo Obrero, publicó el día 7 un artículo de Federico Sánchez, conteniendo consignas para la juventud comunista española.

«Tales consignas demuestran dónde está la mano instigadora de ciertas sospechosas actitudes, y el móvil posible de quienes tratan de convertir a nuestra juventud universitaria en primer objetivo para los fines de una amplia maniobra política.

»En este artículo, que revela cómo una fuerza que pretendía mantenerse en el secreto sigue queriendo perturbar la vida normal de los españoles, el citado editorialista de Mundo Obrero dice un texto que, ayer mismo, fue retransmitido por Radio España Independiente.»

Como es bien conocido, «Federico Sánchez» era Jorge Semprún que, andando el tiempo y las circunstancias, fue ministro en un gobierno socialista en España.

 

Los mártires de la Iglesia

 

Éste era el título de un libro cuyo autor constaba ser fray Justo Pérez de Urbel, personalidad destacada de la comunidad benedictina, y que llegó a abad mitrado de la basílica del Valle de los Caídos. En la obra se describía la España prerrevolucionaria de 1936 de esta manera: «Después del establecimiento de la República, en 1931, se oía blasfemar en todas partes. La blasfemia contra Dios estallaba en los labios de los enemigos del cristianismo con satánico furor, lo desbordaba todo, lo inundaba todo: la vida pública, los establecimientos, las oficinas, las tabernas... Lo mismo sucedió con las palabras obscenas, con las canciones escandalosas, con las conversaciones inmundas, con los gestos y las acciones depravadas. La impiedad, la incultura y la suciedad, enseñoreada en algunas almas, se desbordaron al exterior y se mostraron en toda su repugnancia a los ojos de todos, grandes y niños, hombres y mujeres. El ambiente de la calle era ambiente de blasfemia y de inmundicia, sobre todo después de haberse establecido el terror en 1936...

»La influencia del ambiente en las almas de los niños fue corrosiva y criminal. En la calle, en las guarderías infantiles y en algunas escuelas, los niños estaban sometidos a la influencia de la blasfemia, de los ejemplos horripilantes, de la suciedad...

»Por las plazas, mientras corrían y jugaban, se les oía que blasfemaban con refinamiento y que cantaban obscenidades y decían palabras inmundas...

¡Niños que blasfemaban con refinamiento satánico! ¡Niños que cantaban y decían obscenidades como viles degenerados!»

Muy luego se ha sabido que el verdadero autor de la obra fue el destacado periodista Carlos Luis Álvarez, Cándido, ejerciendo de negro ilustre en tiempos difíciles.

 

¡Al archivo!

 

Octubre de 1956. Hungría se alza contra la opresión soviética. El mundo está pendiente del resultado de aquel movimiento patriótico popular. Pero nadie ayuda a los húngaros sublevados. Llegan los primeros documentos gráficos del levantamiento. En la redacción de La Vanguardia de Barcelona se reciben unas fotos escalofriantes. Unas reflejan la ejecución de unos miembros de la policía al servicio de los comunistas. Otra ofrece la visión espantosa del cadáver de un sicario, lapidado y colgado de los pies.

Un redactor del periódico corre apresurado, en posesión de las fotos, al despacho del director, que es Luis de Galinsoga. El hombre, lleno de emoción, pronuncia estas palabras:

—¡Don Luis! ¡Vea qué documentos tan impresionantes! ¡Ya tenemos portada para mañana!

Galinsoga coge las fotos: las mira y las remira, reflexiona un momento y dice:

—Páselas al archivo. Esto aquí es impublicable, no vaya a ser que cunda el ejemplo.

 

La «tercera fuerza»

 

La imprescindible evolución de la economía española hacía necesaria la aportación de expertos tecnócratas. Esta premisa auguraba la presencia, en las esferas del poder, de unos hombres que, con finalidades técnicas, llevaran a una cierta neutralidad política. Un artículo de Rafael Calvo Serer en la prensa extranjera, hablando de la necesidad de la creación de una «tercera fuerza», denominación que encubría el emergente Opus Dei —en 1950, la Obra había visto aprobada su constitución por decreto pontificio—, mereció esta contestación del falangista Javier Martínez de Bedoya: «... la Falange habla claro frente a los que quieren esconderse detrás de unas técnicas para crear un Estado administrativo anodino, sin alma ni coraje, y frente a aquellos otros que, instalados pomposamente en la anchura nacional del Régimen, están con el vencedor pero sueñan con el futuro distinto, aspirando a desplazar a las juventudes entusiastas y fieles de los puestos de gestión pública y a dejarnos sin porvenir, más tarde, mediante los malabarismos de un Derecho constitucional... Sepamos cerrar el cuadro en torno al Caudillo, y sus principales políticos orgullosos del hoy, pero seguros del mañana...»

 

En la muerte de Pío Baroja

 

El día 30 de octubre murió en su casa de la calle Ruiz de Alarcón el gran novelista Pío Baroja. A él dedicó César González Ruano un espléndido artículo, publicado en Arriba, del que son estos fragmentos: «Me duele en la memoria viva su memoria muerta. Me duele el saber que, desde ahora, él no sólo no está, sino que ya no es.

»Me duele el corazón, el oído donde su voz habita, las uñas que arañaron su noble amistad, los ojos que le lloran lejos, todo lo que como escritor le debo y no llegué a pagar, todo lo que le debe España. Y el mundo. El mundo universal y avaro, el mundo sueco de este octubre frío.

»Me duele saber que ya ninguna tarde llamaré a su casa. Yo llamaba a su casa: "¿Puedo ir a verle, don Pío? ¿Estará en casa?" Era como un dulce engaño de vieja cortesía. "Sí, claro, claro." Él hacía años que no se asomaba a la calle, salvo en su última escapada a Vera...

»Ya que él no salía a la vida, la vida venía a verle. En forma de amigos habituales que lo mimaban, que le seguían la corriente, que le oían todos los días las mismas cosas. Yo también iba. Y me duele la pluma. Yo también iba.

»Baroja era ya su propia estatua...

»Me duelen en la memoria viva, una a una, sus palabras. Creo acordarme de todas, calentándose como castañas en la estufa del despacho adosado a la chimenea francesa, junto a la que estaba cada 28 de diciembre, día de los Inocentes, su cumpleaños.

»—Pues ya tiene uno nombres raros. Yo me llamo Pío Inocencio. ¡Qué demonios! No sé por qué me pondrían a mí Inocencio.

»—Pues porque nació usted el día de los Inocentes, don Pío.

»—¡Ah, ya! Pues a lo mejor fue por eso. ¡Vaya usted a saber!

»Me dolerá ya siempre en el calendario el 28 de diciembre... No puedo pensar en aquella manta a cuadros. En aquellas zapatillas, donde anticipada estaba la muerte, entre el calor y el frío.»

 

Adiós a Marruecos

 

En el año 1956, el protectorado español en Marruecos dio paso a la independencia. Previamente, Francia había tenido que aceptar la pérdida de su hegemonía en su zona marroquí, lo que obligó a España a hacer lo propio, constituyéndose desde entonces en un imperio dotado de unidad territorial y con el sultán convertido en Su Majestad Imperial Mohamed V.

Un viejo oficial legionario, curtido en el Rif, asociando la pérdida de las tierras que habían hecho de él un africanista con la supresión de los burdeles, exclamó nostálgico: «¡Sin Marruecos y sin putas, a esta España no la conoce nadie!»

 

Vaticinio de Franco

 

En su mensaje de fin de año, refiriéndose a las negociaciones para la creación de la Comunidad Económica Europea, dijo: «Los Estados Unidos de Europa nunca serán una realidad. Las viejas naciones europeas se han forjado a lo largo de los siglos su propia personalidad.»