© Revista El Gráfico
«¡Se lo dedicamo’ a todos / la rep…!», el cantito se volvió un himno para nosotros. Y en el viaje de vuelta, más todavía. Los más quilomberos estábamos en el fondo, pero después copamos todo el avión, la primera clase donde iban los capangas… Terrible grupo se había armado. Como yo quería.