Paella de callos a la eurocopa
Había oído hablar de ella pero pensaba que era una leyenda
urbana. Algo así no podía ser real. Sin embargo, aquel día, viendo
a España ganar la Eurocopa, la receta apareció en mi mente. AI hilo
de los goles, del "podemos" y el dulce sabor de la victoria
futbolística, imbuido de patriótico fervor, tuve una
visión.
Vi el arroz maridando con los callos en la mezcla más racial que hayan conocido los tiempos: la paella de callos. Y de repente sentí el vértigo triunfal y goleador de Villa ante la portería contraria, el subidón de autoestima de Casillas deteniendo penaltis, la sabiduría de Aragonés jubilándose como un héroe. Me sentí con la sartén como Torres en ese mágico gol que detuvo el reloj de la historia de nuestros humillantes fracasos futboleros. Vamos, en plan un poco esquizofrénico, pero como muy a gusto. Mientras ellos ganaban la Eurocopa en televisión, yo ganaba la Eurosartén en mi cocina. España y yo estábamos haciendo historia. Hice la "flecha", hice la ola y me besé a mí mismo. Oye, y porque no tenía una fuente cerca, que si no me tiro.
Ingredientes para dos comensales: 3 vasitos de arroz blanco de los preparados para el microondas, 1 lata de callos a la madrileña, 2 puerros medianos, V2 cebolla, 2 dientes de ajo, 1 brick de caldo de pollo con verduras, pimentón picante, romero, aceite de oliva virgen extra, sal.
Preparación: abrimos los vasitos de arroz y los deshacemos en un bol para que se descompacte. En una sartén amplia ponemos a sofreír en aceite el ajo y la cebolla picaditos. Cuando empiecen a coger color añadimos los puerros troceados y sazonamos con un poco de sal. Mientras se va haciendo el gozoso sofrito, calentamos en un cacillo el contenido de la lata de callos. El objetivo es que la salsa que traen se licúe. Una vez que estén caldosos los callos y con una cuchara, los vamos echando en la sartén con su choricillo y demás, pero desechando en la medida de lo posible la compacta grasaza circundante (impostores sí, pero con tipazo). Removemos bien, le añadimos un poco de pimentón picante y un poco de romero, le damos una vuelta y agregamos el arroz. Mezclamos adecuadamente y encharcamos cubriendo con caldo del brick. Dos vueltas de cuchara y a hervir con el fuego alegre. Cuando el caldo se evapore (cosa que sucederá en pocos minutos) el prodigio se habrá obrado. Una vez más "podemos".