Capítulo 16
SOS Chicas.
“Estoy en un lio chicas”
Fue lo primero que hice nada más levantarme, mandar un mensaje de wasap al grupo de amigas.
No había subido todavía el café cuando una tras otra empezaron a contestar.
(Carlota) ¿qué has hecho ahora?
(Sonia) ¿Qué ocurre?
(Marta) cuenta que te pasa
(Cris)¿es sobre tu ayudante? ¿necesitas un café?
No las deje con la intriga y les conteste.
(yo) chicas necesito que me echéis una mano con un chico, si Cris es con él.
(Cris) ¿hablas en serio?
(Marta) ¿Dónde? ¿Cuándo ese café?
(Carlota) ¡yo me apunto ehh!
(Sonia) y yoooo
Listo y hecho esta tarde vendrán a casa a tomar café. ¡Dios me ampare!
Empezaron a llegar puntualmente.
¡Hola! ¡Cuánto tiempo sin verte! —le dijo Cris a Sonia
¡Serás pava! Si me has visto hace tres minutos aparcando el coche.
¡Isaaa! Ese café y siéntate a contarnos. —me reclamó Cris.
Ya voy
Primero quien es y cuál es el problema. —me pregunto Marta.
Umm. Está bien.
Cris tú ya sabes algo cuenta. —Le dijo Sonia
Ssss. Yo solo sé que le está ayudando con su nueva novela y que han follado.
Después de contarles todo, las caras de mis amigas en ese momento eran un poema mirándose unas a otras, hasta que un estruendo de risas resonó en mi salón.
A ver, ¿qué? Joder, ¿Dónde está la gracia?
Es que tú siempre has sido muy… —me recordó Cris – remilgada con los tíos. —y… te lo advertí los follo-amigos enganchan.
¡Joder! Sonia, ¿quieres dejar de reír? —Marta la miró mal.
Lo siento me hizo gracia lo de remilgada—le respondió Sonia.
Isa te podemos echar una mano en el tema de ayudarte un poco con tu imagen pero con lo otro…
Nena eso es cosa tuya. Pero si no te sientes a gusto contigo misma los complejos no se van a ir.
En eso tenían razón. La que tenía que cambiar la manera de pensar era yo.
Nuevamente lo único que se escuchaba en mi casa eran risas y después de un buen rato se despidieron. Cada una tiró a su rutina diaria.
*****
¿Para qué preocuparme más por lo de la otra noche? Nuestra aventura tenía fecha de caducidad. Ella terminaría su novela y yo volvería a retomar mi vida anterior.
Después de lo vivido con Casandra me prometí a mí que ninguna mujer volvería hacerme daño.
Deje mi casa por ella. Todo iba bien al principio hasta que sus celos se convirtieron en mi peor pesadilla.
El que me cogiese el móvil y revisara mis wasap y mis llamadas entrantes como salientes no me importaba porque no encontraría nada. Pero cuando empezó a desconfiar de mis compañeros de trabajo, de mis amistades… las cosas empeoraron.
No quiero ni acordarme cuando vino a buscarme a las clases de natación. Aquello no era una mujer. Y no paró hasta que consiguió que lo dejase.
Me fue alejando poco a poco hasta de mis amistades. Sus críticas, sus humillaciones, siempre regañando y desvalorizándome en público. Encontraba cualquier excusa para ridiculizarme frente a otras personas. Consiguió que prefiriese quedarme en casa a salir aunque solo fuese a tomar un café.
Casandra paso de ser una dulce y alegre muchacha a convertirse en una mujer grosera y prepotente.
Cuando la deje caí en una profunda depresión. Llegue a creerme que todo era culpa mía, que yo había provocado todo aquello.
Después de un tiempo de tratamiento me prometí que ninguna mujer volvería hacerme sentir así.
No puedo enamorarme de Isa. No debo.
Ella no está enamorada solo quiere mi ayuda con su libro.
Hola ¿Qué tal va todo?
Hola… bien estuvieron unas amigas en casa.
Vaya entonces entretenida hoy
Si. Y tú qué tal?
Bien. Me estoy planteando volver a la natación.
¡Ainssss! Me alegro. Iré un día a verte.
Al escucharle aquello un miedo aterrador apareció en mí.
¡Justo! ¿Qué ocurre? ¿estás ahí?
Si, disculpa.
Pensé que se cortó.
No estaba retirando la cafetera del fuego.
Ah! Bien. De verdad me alegra que vuelvas a practicar natación.
Es algo que me ha gustado de siempre.
No te pregunte nunca ¿Por qué lo dejaste?
Por mi ex. (guardé silencio)
Ya entiendo.
No quiero hablar de eso
Ok. De acuerdo. ¿sigue en pie nuestra cita del sábado?
Sí claro.
Venga hablamos luego que pases un buen día.
Tú también.
*****
Al colgar el teléfono me dio la impresión de que a Justo le pasaba algo. Su tono había sido serio y distante en toda la conversación.
No le di mucha importancia y seguí con mi rutina.
Todos tenemos cambios de humor y un mal día de vez en cuando.