Capítulo 6

15 de noviembre, 2015.

El teléfono sonó de madrugada. Fui despertando del mundo de los sueños para darme de frente con la realidad. Me dolía la cabeza, Carlos había insistido en tomar tantos vinos que el alcohol me había afectado de tal  manera, que nada más llegar a casa había caído de frente contra el suelo.

¿Quién es?

No hubo respuesta. Volví a preguntar. En ese momento se oyó una áspera voz quebrada de mujer mayor.

Soy yo, Marisela, quien tiene las respuestas. — Dijo, maliciosamente.

¿De qué me habla? ¿Quién es usted? — Pregunté, sentándome en la cama, adormilado.

¿No quieres saber por qué está sucediendo todo? ¿Por qué aquel sobre apareció entre tus cosas, si tú no lo habías puesto ahí? ¿por qué las fotos de un futuro? ¿No quieres saber por qué tus padres no están contigo? ¿No quisieras arreglar las cosas?

No sabía que decir, me quedé cortado.

Tenéis que viajar, tienes que resolver el problema, para que suceda lo que está escrito.

¿Qué está diciendo? ¡¿Dónde están mis padres?! — Grité, furioso.

Escúchame — Dijo en tono agresivo. — Debes estar atento a lo que te voy a decir ¿Vale? No debes culparte más, nada ha sucedido por tu culpa, tienes que estar atento o todo saldrá mal. Lo que va a ocurrir es muy importante y tienes que estar preparado. Tenéis que ir allí.

Intenté hablar, pero ella levantó la voz y me cortó.

Has oído lo que tenías que oír. Lo siento. Saber más, ahora mismo, te perjudicaría.

Se escuchó como la llamada se cortaba.

Estaba nervioso, esa llamada me había asustado y no tenía la menor idea de lo que estaba ocurriendo. Lo que si sabía, era que esa mujer había nombrado a mis padres. Decidí no llamar a la policía, sabía que no era una locura, pues cuando necesité su ayuda no me la prestaron lo suficiente, pensé.

Me puse a reflexionar, ahí sentado en la cama y con un dolor de cabeza tremendo.

Primero lo del sobre, que había aparecido por arte de magia entre mis cosas, a no ser que aquella mujer que había llamado fuera la que la que lo hubiera colocado donde yo lo encontré. Luego la fotografía situada en el futuro, después la foto de Elena, la hija de los señores que vivían en el pueblo, Mauricio y Belén, que salía en la otra fotografía, y ahora esa extraña llamada.

Parecía que todo se estaba complicando, que todo indicaba que mi destino era visitar aquel sitio, como si todas las respuestas estuvieran ahí y yo tenía que ir, o mejor dicho, teníamos que ir a Valle de Penuria. Lo que no sabía era quienes ¿María y yo? ¿Contaban aquellos dos que se nos habían unido? Pero ¿Tan importante era lo que estaba sucediendo, que una señora desconocida me había llamado en la madrugada? ¿Cómo sabía esa señora tantas cosas de mí? Y lo más importante ¿Qué era lo que estaba pasando?

Sabía que aquella noche no conseguiría dormir. Me acosté con la esperanza de, al menos, conseguir reflexionar sobre lo que estaba viviendo y lo que iba a suceder.