Escena XVIII
LA TÍA MÓNICA, FERMINA, DON PEDRO, ISABEL, LEONARDO
La TÍA MÓNICA, llena de abatimiento, se sienta junto a la mesa.
FERMINA ¡Marchose por la ventana
el pícaro! Allí no hay más
que una chupa desgarrada,
un sombrero viejo, un par 1245
de calcetas... nuestra bata
de boda, en una gatera,
cubierta de telarañas;
la cuerda que le ha servido
de escalera, y unas chanclas. 1250
DON PEDRO Aquí debe aparecer
lo demás. Mira, una caja,
(Irá mostrando lo que dicen los versos.)
y ésta es la tuya, un pedazo de galón, una cuchara de plata...
FERMINA ¡Qué picardía! 1255
La que le di esta mañana
con el vaso de conserva.
DON PEDRO Un estuche, dos barajas,
un anillo... también tuyo...
y a que hay dinero... Él estafa, 1260
pero restituye.
FERMINA Es hombre
de conciencia delicada.
TÍA MÓNICA Bien está; dejadme sola;
idos, que ya es tarde... Baja,
Pascual, y cierra las puertas. 1265
Idos.
DON PEDRO ¿Qué pasión te afana?
TÍA MÓNICA ¡Picarón!... ¡Maldito!... ¡y yo tan sencilla, tan bonaza! ¡Y burlarme así!
ISABEL ¡Querida madre!
LEONARDO No es tiempo de tanta 1270
aflicción.
DON PEDRO Un error breve,
que no ha producido infaustas resultas, puede ser útil; porque instruye y desengaña. Quisiste salir de aquella 1275
humilde esfera en que estabas, y te expuso esta ilusión a un abismo de desgracias. Horror me da contemplar, cuantos males preparaba 1280
tu ceguedad.
TÍA MÓNICA Ya lo veo,
y eso me angustia y me mata. DON PEDRO Mira tu consuelo aquí. Sobrina, llega y abraza a tu madre.
(ISABEL abraza con ternura a su madre. DON PEDRO asiendo de la mano a LEONARDO le obliga a que se acerque. ISABEL y LEONARDO se arrodillan a los pies de TÍA
MÓNICA.)
TÍA MÓNICA ¡Ay, Dios!
DON PEDRO Tus hijos 1285
son estos, y sólo aguardan
tu bendición para ser
felices... No temas nada,
Leonardo, llega; que ya
mudaron las circunstancias. 1290
TÍA MÓNICA Es verdad... ¡Ay! ¡Hija mía!... (Abrazando con ternura a ISABEL y a LEONARDO.)
Y tú... perdóname tantas locuras, Leonardo... Tuya es Isabel.
LEONARDO ¡Madre!
(Los dos besan la mano a la TÍA MÓNICA, se levantan y abrazan a DON PEDRO.)
ISABEL ¡Amada madre!
TÍA MÓNICA Perdonadme.
(Se levanta y se acerca a DON PEDRO, que asiéndola de ambas manos, la habla cariñosamente.)
DON PEDRO ¿Ves 1295
como a este placer no iguala
otro ninguno? Esta es
la felicidad más alta,
esta... y los sueños que excita
la ambición, promesas falsas. 1300
Vive contenta en el seno
de tu familia, estimada,
querida y en dulce paz;
que el fausto, la pompa vana
de las riquezas no pueden 1305
hacer que disfrute el alma
estas dichas... ¡Infeliz
el que no sabe apreciarlas!