* NIÑO INTERIOR *
A medida que descubras los antiguos mensajes negativos que hay dentro de ti, sé dulce, bondadoso y consolador con tu niño interior. Piensa: «Todos los cambios que llevo a cabo son cómodos, fáciles y divertidos».
Me amo totalmente en el ahora
El amor es el borrador más grande que hay, borra incluso las impresiones más profundas, porque el amor cala más hondo que nada. Si las impresiones de tu niñez fueron muy fuertes, y tú sigues diciendo que la culpa era de «ellos» y que no puedes cambiar, te quedarás atascado. Trabaja mucho con el espejo, ámate en el espejo, de la cabeza a los pies, vestido y desnudo.
Mírate a los ojos y ámate, y ama al niño que llevas dentro.
Cada uno de nosotros está siempre trabajando con el niño de tres años que todos llevamos dentro.
Lamentablemente, nos pasamos la mayor parte del tiempo gritándole, y después nos preguntamos por qué será que nuestra vida no funciona.
Con amor abrazo a mi niño interior
Cuida a tu niño interior. Es él quien está asustado. Es él quien sufre. Es él quien no sabe qué hacer. Ocúpate de tu niño.
Abrázalo y ámalo y haz todo lo que puedas por satisfacer sus necesidades. No olvides hacerle saber que, suceda lo que suceda, tú estarás siempre a su lado. Nunca le volverás la espalda ni te escaparás de él. Siempre amarás a ese niño.
Observa lo que pasa en tu vida y reconoce que tú no eres tus experiencias.
Observo lo que sucede dentro de mí
¿Qué necesitas hacer para llegar a ese lugar donde podrías ser la persona más feliz y más poderosa de tu mundo? Si ya has trabajado mucho en ti y entiendes que lo que piensas y dices sale de ti y que el Universo te responde y te lo devuelve, entonces obsérvate. Vigílate sin juzgarte ni criticarte. Éste es uno de los obstáculos más grandes que tienes que salvar: conseguir mirarte objetivamente y mirar del mismo modo todas las cosas que te rodean. Limítate a verte tal como eres, a ver las cosas tal como son, sin hacer ningún comentario. Sólo observa.
A medida que aceptes tu propio espacio para adentrarte en él y empezar a observar cómo te sientes, cómo reaccionas y qué es lo que crees, obtendrás un espacio en donde estarás mucho más abierto.