APÉNDICE

Jesús le preguntó a Pedro si lo amaba. Y Pedro estaba seguro de dos cosas: de que amaba a Jesús y de que Jesús lo sabíá. Pero dudaba de sus fuerzas.

Jesús en cambio confiaba en Pedro, y lo amaba de una manera tan especial que le encomendó sus ovejas.

Pero le aseguró que desde aquel momento, perdería la libertad de rumbiar para donde quisiera. La confianza que Cristo le demostraba al confiarle sus ovejas, lo ataba a la huella que lo conduciría finalmente a la cruz.

Lo mismo te ha de pasar a vos y a mí.