La Torre de Marboré

En 1958, el grupo fuerte de escaladores de Montañeros de Aragón aprovechó sus vacaciones de verano para escalar en la vertiente septentrional del Pirineo. Su objetivo era la cara norte de la Torre de Marboré, una atalaya caliza colgada sobre el circo glaciar de Gavarnie, en el Pirineo central. Los hermanos Jean y Pierre junto con Claude Dufourmantelle habían escalado una nueva ruta a lo largo de un húmedo sistema de fisuras y diedros en la cara norte de la Torre durante los días 29 y 30 de septiembre de 1957.

Rafael Montaner (con la rueda), José Antonio Bescós, Pepe Díaz (calzando la rueda), Julián Vicente Villanueva Nanín (tumbado) y Alberto Rabadá (de pie).

No fue hasta agosto de 1958 cuando Rafael Montaner, Julián Vicente Nanín, Alberto Rabadá, José Antonio Bescós y Pepe Díaz salían de Zaragoza con la intención de realizar la primera repetición nacional de la ruta francesa de la Torre de Marboré.

Salvoconducto especial de fronteras expedido a nombre de Alberto Rabadá Sender para circular por la zona fronteriza con Francia.

Después de un interminable viaje llegaron al valle de Ordesa y cruzaron hasta el refugio de Serradets, ya en la vertiente francesa. El grupo entonces se dividió en dos: Rabadá y Bescós decidieron acercarse a la base de la pared y comenzar la escalada, mientras el resto descansaba en el refugio.

Billete de tren de Lourdes a Canfranc de los años cincuenta.

Tras una gran tormenta durante la noche, al amanecer los dos grupos de escaladores continuaron la ascensión. Rabadá y Bescós iban por delante cargando los gruesos tacos de madera que Alberto había fabricado en su taller para empotrar en las fisuras. Unos largos más abajo les seguían Díaz, Montaner y Nanín.

Como consecuencia de la gran tormenta de la noche anterior, por la pared caía una cascada de agua tan intensa que obligó a desnudarse al primero de cordada.

Así progresaron por la roca húmeda, con el líder tiritando en calzoncillos, hasta alcanzar al final del día un amplio nido de buitres que les sirvió de lugar de vivac. Desde la base de las paredes del circo de Gavarnie un grupo de curiosos había seguido la ascensión con prismáticos. Los aragoneses no lo sabían, pero un grupo de chicas con las que pensaban encontrarse al finalizar la ascensión les había visto escalar en las posturas más acrobáticas ataviados sólo con la ropa interior.

Al día siguiente alcanzaron la cumbre y descendieron a su cita en el valle.

Rafael Montaner en Gavarnie. Al fondo, la Gran Cascada.