Capitalismo

«Miren al continente africano actual, observen qué posición ocupa en esta tierra y se darán cuenta que hay una pelea entre Oriente y Occidente… Entre los países asiáticos, o bien son comunistas, o socialistas: no se encuentran, hoy día, muchos países capitalistas. Casi todo país que ha logrado su independencia, ha ideado algún tipo de sistema socialista, y esto no es accidental. Esta es otra de las razones por la que les digo que ustedes y yo, aquí en los Estados Unidos —que buscamos trabajo, que buscamos mejor vivienda, que buscamos una mejor educación— antes de comenzar a tratar que se nos incorpore, o integre, o desintegre, en este sistema capitalista, debemos mirar allí y averiguar cuáles son los pueblos que han conquistado su libertad optando por proveerse a sí mismos de mejor vivienda y mejor educación y mejor comida y mejor ropa.

Ninguno de ellos opta por el sistema capitalista porque se dan cuenta que no pueden. No se puede dirigir un sistema capitalista, a menos que se sea «buitresco»; para ser un capitalista hay que tener sangre de alguien que chupar. Muéstreme un capitalista, y les mostraré un vampiro. Si se trata de un capitalista, no puede ser más que un vampiro. Tiene que sacarla de cualquier lugar que no sea él mismo, y ahí es de donde la saca… de cualquier lugar o de cualquier otro que no sea él. Por eso, cuando miramos al continente africano, cuando miramos la pugna que hay entre Oriente y Occidente, nos encontramos que las naciones en África están desarrollando sistemas socialistas para resolver sus problemas.»