EUFORIÓN

Natural de Cálcide, ciudad de Eubea (cf. el 425 de Teodóri-das): plantea dudas el vegetal citado (776, 23) por Meleagro. El Suda sitúa su nacimiento en el 275, pero probablemente hay que retrotraer esta fecha quizás hasta el 290. Fue discípulo en Filosofía de Lácides y Prítanis y en poesía de alguien con quien tuvo relaciones íntimas, Arquebulo de Tera, isla del Egeo. Protegido por Nicia, esposa de Alejandro, tirano de Eubea (Plutarco dice en Mor. 472 d que se hizo amante de una vieja rica), se trasladó a Siria, donde gozó de la confianza de Antíoco III el Grande (nacido el 243 y rey desde el 223 al 187), convirtiéndose en director de la gran biblioteca de Antioquía, ciudad en que murió para ser sepultado en ella o en la también siria Apamea. Era considerado como hijo adoptivo de Atenas o al menos tuvo gran relación con ella (cf. también el 437 de Teodóridas donde pueden verse, como en el 575 de Crates, datos sobre sus supuestas costumbres). La gran mayoría de sus obras, varias de las cuales se han conservado fragmentariamente en papiros, eran poemas épicos de estilo barroco y ampuloso, con glosas y juegos de palabras del estilo de Calimaco, pero sin la gran personalidad de éste. Gustó, sin embargo, en cierto sector de la sociedad literaria romana, los cantores Euphorionis de que habla Cicerón (Tusc. III 45).

447 (VI 279)

Dedicación ritual a Apolo, llamado aquí el Flechero (cf. el 242 de Fédimo), de los cabellos de un niño a quien se le cortan por primera vez; pero parece que la tonsura es más tardía que en el 424 de Teodóridas, como en el 425 del mismo y en una inscripción de Paros (cf. el 378 de Teócrito) en que se consagra a Asclepio (cf. el 365 del mismo) e Higía, la diosa de la salud, la melena de un mozo nunca rapado hasta la efebía (cf. el 444 de Teodoro). Al parecer Eudoxo pensaba dedicarse al teatro y por eso se pide que en algún triunfo escénico su cabeza se orne con la usual guirnalda de yedra (cf. el 362 de Simias).

Al comenzar a cortar sus cabellos hermosos,

de su niñez ornato, los donó Eudoxo a Febo.

Que en lugar de sus bucles, Flechero, le adorne el encanto

de la yedra de Acamas que florece perenne.

448 (VII 651)

Polimedes, que no era nativo de la ciudad en que se erige su cenotafio, se ve imposibilitado para ser objeto de su hospitalidad, porque ha naufragado cerca de ícaros, que antiguamente se llamaba Dólica (cf. el 57 de Teeteto), situada en la parte del Egeo que suele llamarse mar Icario; el Drácano es una colina que se halla al NE. de la isla. El monumento está en el territorio de los Dríopes, probablemente en las cercanías de la ciudad de Traquine, próxima al monte Eta y no alejada de las Termópilas (cf. el 293 de Calimaco), en Tesalia.

Este acebuche no cubre tus huesos ni pesa

sobre ellos esta piedra con sus fúnebres signos;

las olas icarias tritúranlos entre las guijas

de Dólica y el Drácano; mas yo, que a Polimedes

albergar debería, me yergo cual túmulo vano

en las secas yerbas del país de los Dríopes.