Nunca he sentido pasión por la fotografía «en sí misma», sino por la posibilidad de captar —olvidándome de mí mismo— en una fracción de segundo, la emoción que el tema desprende y la belleza de la forma. En otras palabras, una geometría desvelada por lo que se ofrece.
El disparo fotográfico es uno de mis cuadernos de esbozos.
8-2-94