Alabado sea Dios, que ha dispuesto las cosas para que las anécdotas placenteras sirvan como instrumento para pulir la inteligencia y limpiar el óxido de nuestros corazones.

AHMAD AL-TIFASHI, Los deleites del corazón

Todo es contable. Basta con empezar una palabra tras otra.

JAVIER MARÍAS, Corazón tan blanco

¡Qué infiernos, purgatorios y paraísos tengo en mi interior! Pero ¿quién me ve hacer algo que esté en desacuerdo con la vida, a mí, alguien tan sereno y tan pacífico?

FERNANDO PESSOA, El libro del desasosiego