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El baile

EL BAILE: VENTAJAS Y LIMITACIONES

Una mujer, a quien conozco y de quien me fío, me dijo una vez que, en su humilde opinión, un hombre incapaz de bailar probablemente es incapaz de follar. Si bailas bien demuestras que te sientes cómodo con tu cuerpo y que sabes controlarlo con precisión.

JAKE THOMSON, ASF

A lo largo de la historia, la danza ha sido siempre un ritual previo al apareamiento y el principal criterio para la elección de pareja. Si se te da bien, bailar es una manera estupenda de atraer a las mujeres. Ponte a bailar con las más guapas y captarás su atención y la de todo el mundo en la pista de baile y fuera de ella.

Pero aceptémoslo: la mayoría de nosotros no somos grandes bailarines. Esa es una de las razones principales por las que una discoteca no es el mejor lugar para conocer mujeres (además de ser caras y de que ponen la música demasiado fuerte para hablar con tranquilidad). Una posibilidad es dedicar mucho tiempo y entusiasmo a aprender a bailar. No estoy diciendo que la idea sea mala, y probablemente mejorará tu habilidad para los movimientos entre las sábanas… pero no es necesario.

En todo caso, ten siempre presente que tu finalidad última no es bailar con una mujer. Es, como mucho, una herramienta que te acerca a tus auténticos objetivos: estar lo suficientemente cerca de ella para besarla, sentir su cuerpo y su lengua, hacer que se corra en la misma pista de baile, hacer que se corra más tarde en tu casa, o, mejor aún, conseguir todo esto. Pero el verdadero objetivo del baile no es que se vuelva loca contigo, sino utilizar las viejas herramientas del PAS, que siempre vienen bien en cualquier situación: la sonrisa, el contacto visual, un poco de kino en el momento oportuno.

Resumiendo, bailas, te diviertes, sacas a tu chica de la pista y te la llevas a un sitio tranquilo donde puedas enrollarte mejor con ella y hacer que salten chispas.

La excepción a esa regla es cuando bailas con una de las conocidas como «chicas kino». A estas les encanta que las toques y tocarte ellas a ti. Si te encuentras con una de ellas (y puedes creerme, te darás cuenta enseguida), no abandones la pista de baile. Sigue tocando, acariciando, besando y achuchando. Cuando el contacto físico se vuelva íntimo, sal de la pista y llévala al coche. A ese tipo de chicas no les gusta nada hablar, o sea que no pierdas el tiempo. Lo normal es que, mientras les sueltas tus frases, se aburran y se pregunten por qué no las tocas. Dejar frustrada a una chica por no saber interpretar lo que quiere es típico de los TPF.

EL INICIO DEL CONTACTO

Si estás en una discoteca, es muy importante que te metas en la pista de baile. Quedarse en el borde es para los solitarios. A esa fila de hombres que rodean la pista de baile se la conoce como «el corredor de la muerte». Y el término está bien empleado. Esos tipos están ya condenados. Seguro que no quieres que todas las chicas estupendas que están allí te asocien con esos cadáveres ambulantes. Recuerda que tu objetivo es atraer a las mujeres fuera de la pista y llevarlas a un lugar tranquilo, y para poder hacerlo no tienes más remedio que entrar en la pista a por ellas.

La mejor manera de conseguir que una chica baile contigo no es hablar con ella, sino iniciar el contacto físico. Bailar es una actividad puramente física, así que aprovéchate del ambiente que te rodea y tócala. Y el mejor lugar para hacerlo no es el borde de la pista, sino la propia pista.

Si la chica que es tu objetivo ya está bailando, gana la posición y empieza a bailar con ella. Enseguida te darás cuenta de si ha entrado al trapo. Con un grupo de chicas es más fácil que todo funcione. Normalmente son muy receptivas a que un hombre se meta serpenteando en mitad del círculo, y es probable que una de ellas se una a ti bailando de manera insinuante. Otra cosa es que luego quiera irse contigo (está con sus amigas y tiene que pensar en su reputación), pero interpretando su lenguaje corporal podrás aventurar hasta qué grado de intimidad está dispuesta a llegar. Además, si le gustas, siempre está a tiempo de escabullirse contigo un poco más tarde, así que no le quites ojo.

La otra posibilidad que tienes es ponerte a bailar cerca del borde de la pista y, cuando pase una chica, meterla dentro contigo. Si prefieres esta estrategia a la de introducirte en un círculo de chicas que están bailando (lo cual es más recomendable si no bailas bien), utiliza este método:

Acércate al objetivo desde fuera de la pista. Cógela de la mano con una gran sonrisa (este es el paso más importante), señala la pista con la cabeza y dile: «Vamos». Si parece reacia a seguirte, dale un empujoncito cariñoso hacia la pista (y hacia ti) y dile: «Venga, vamos». Si pone una excusa (como «Estoy cansada»)… bueno, al menos has empezado una conversación. «¿Estás cansada? La verdad es que aquí hay mucho ruido y está lleno de gente. ¿Por qué no nos sentamos en algún sitio tranquilo para relajarnos un rato?». Y, por supuesto, siempre cogida de la mano, la conduces lejos de la pista a ese rincón tranquilo que ya tenías fichado.

Pero ahora está bailando con…

Si bien es bastante fácil incorporarse a la pista en el fragor del baile, no es tan sencillo quedarse con la chica que te gusta. Vilius (en ASF) plantea una solución para romper una pareja de baile (incluso, a veces, aunque el chico sea un amigo):

Interrúmpelos acercándote al chico y poniéndote a bailar con él. Después de unos treinta segundos, puedes darte la vuelta, coger a la chica, separarla un poco y seguir bailando con ella.

Es una buena sugerencia, aunque plantea un par de problemas de poca importancia. En principio, no debes hacerlo con un amigo, a no ser que veas claro que está a punto de dejar el baile. No estaría bien. Por otro lado, treinta segundos son muchos. Es mucho mejor que evalúes la reacción de la chica y actúes por instinto. Si no estaba a gusto con su pareja, o no le conocía de nada, podría volverse hacia ti casi inmediatamente. En ese caso, lo mejor es que reacciones cuanto antes, porque no solo está libre, sino que te debe una por haberla rescatado de un pardillo incompetente.

Esta estrategia también puede aplicarse a dos mujeres que estén bailando juntas. Empieza a bailar con la que menos te guste, y céntrate en tu objetivo solo cuando la primera se haya comportado con amabilidad y la hayas impresionado. A esto se le llama desarmar obstáculos, ¿lo recuerdas?

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Del manual del pardillo: Sacar a bailar a una chica

Naturalmente, puedes ir directamente hacia una chica y preguntarle: «¿Te gustaría bailar conmigo?». Después de todo, siempre es bueno comportarse de manera suplicante y humilde, cediendo el control a la chica y dejando que tenga la oportunidad de rechazarte antes de haberte conocido.

Esta es una manera de actuar típica de un TPF: perder la iniciativa, dejándolo todo a merced de ella. Cuando la sacas a bailar, si dice que sí, estupendo, pero como diga que no… te ha jodido. Puedes intentar salvar la situación entablando una conversación, pero si has empezado con una negativa, la tarea es bastante más difícil.

Por supuesto, siempre estás a tiempo de ir a por otra chica, pero, por desgracia, ya ha visto cómo te han rechazado. ¿Quién te has pensado que es? ¿Una «fresca» de poca monta que va recogiendo los desperdicios que van dejando otras mujeres? Estás exponiéndote a pasar por la experiencia más humillante: ir de chica en chica hasta que no queden más porque todas te han dicho que no. Es verdad que no es fácil que eso ocurra. Al final siempre habrá alguna dispuesta a bailar contigo, pero probablemente será (ya lo has adivinado) la menos atractiva de todas. La única que está tan desesperada que acepta bailar con un TPF, a pesar de que este lleva el estigma del rechazo.

Y lo peor de todo es que el rechazo no es necesariamente algo personal. ¿Por qué? Porque al comportarte como un TPF suplicante, permites que entren en juego factores incontrolables. ¿Y si está cansada? ¿O está esperando a un amigo? ¿Acaso tiene un novio que anda por allí? ¿Y si sencillamente no le gusta bailar? (aunque en ese caso tampoco le apetecerá follar, y si es así, ¿qué más da?). Si le suplicas, la estás incitando a poner una excusa. Si por el contrario eres directo y decidido, y no le das la oportunidad de decir que no, todos esos recelos saltarán por los aires, como ocurrirá con el pardillo de su novio, que es lo suficientemente estúpido como para dejar que una chica tan guapa se quede sola junto a la pista de baile.

Por supuesto, aunque lo intentes y te digan que no, puedes salvar la situación si la siguiente mujer a la que te dirijas acepta tu propuesta. Ya sabes que no hay nada que excite más a las mujeres que ver que otras están encantadas contigo. O sea que, en cualquier caso, no pierdas el tiempo en discutir con una mujer porque no quiere bailar contigo. Siempre puede haber, justo al lado, otra mujer, más guapa y enrollada, que te vea como al hombre que siempre ha esperado.

Y esta vez no cometas el mismo error de preguntarle si quiere bailar contigo.

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Defiende tu dignidad

Has pedido a una chica que baile contigo (a pesar de mis consejos) y, mira por dónde, te ha dicho que no. Lo único que puedes hacer es soltarle una fresca y marcharte de allí. Las frases siguientes no van a hacer que quiera estar contigo, pero como se trata de una causa perdida (y solo has tardado dos segundos en llegar a esa situación, todo por un simple error), pues, ¡qué cojones!, por lo menos puedes levantar un poco el ánimo a su costa.

Opción 1

: ¿Quieres bailar conmigo?

Ella: No.

(con aire de perplejidad): Oye, oye. Que lo que te he dicho es que esos pantalones te hacen parecer más gorda.

Opción 2

: ¿Quieres bailar conmigo?

Ella: No.

: ¡Venga ya! No piques tan alto. Ya ves que yo no lo hago.

BAILAR AGARRADO

Después de la fornicación en público, lo mejor es bailar agarrado. Por eso has aceptado el consejo de tu hombre de apoyo de empezar la noche en esa discoteca. En cuanto oigas que ponen música lenta, tienes que actuar. Lleva a la pista de baile a la chica con la que estés hablando… evidentemente, a no ser que estés en un momento de mucha intimidad. Si acabas de dejar a una y aún no has ido a por otra (se supone que no has perdido el tiempo simplemente mirando a esos cuerpazos, incapaz de acercarte a sus dueñas, ¿verdad?), puedes volver inmediatamente a la chica que acabas de dejar (si aún estás cerca de ella) o ir a por el primer objetivo disponible que divises.

La clave del baile agarrado es actuar con atrevimiento, pero a la vez ser sensible y atento. Compórtate con audacia y mantenía muy cerca de tu cuerpo mientras le acaricias la espalda. Presta atención: observa sus reacciones y lánzate a la menor oportunidad. Si no reacciona positivamente, sigue trabajándola aún más de cerca, sintiéndola, dándole la oportunidad de responder. A lo mejor es tímida y necesita un poco de calentamiento. Si no lo necesita, dale las gracias al terminar la canción y sugiérele un lugar más tranquilo para charlar. ¡No olvides tenerla siempre cogida de la mano!

Si empieza a acariciarte los hombros, el pecho o el cuello, acércate y aprieta tu cuerpo contra el suyo. Si empieza a achucharte, respóndele de la misma manera y empieza a besarla en el cuello. Pasa a besarla detrás de la oreja, después en el lóbulo, en la mejilla y en la boca. En ese momento olvídate de hablar… es una chica kino. Puedes quedarte en la pista, besándola y abrazándote a ella, lenta y deliciosamente, aunque pongan una canción rápida, o bien llevarla a un rincón y pasar a daros un lote de más calado. Al final, querrás llamar a un taxi o, aún mejor, ver si el guardarropa de la discoteca está vacío.

DESPUÉS DEL BAILE

No es necesario que te diga que no puedes acabar de bailar e irte con un «Gracias, ya nos veremos». No has venido a menear un poco el esqueleto. O sea que tampoco dejes que ella se despida de ti sin más.

Cuando termine el baile, cógela de la mano y sácala de la pista para llevarla a un rincón tranquilo, aunque ella quiera seguir bailando (a no ser, claro está, que sea una «chica kino»). No le sueltes la mano. Si te parece que está apunto de rajarse, inclínate sobre ella y susúrrale al oído algo como: «Quiero decirte una cosa». Probablemente ella te preguntará: «¿Sobre qué?». Simplemente responde: «Te lo diré cuando nos sentemos».

Básicamente, estás usando la misma estrategia que usarías para separar a una mujer de un grupo. Solo que en este caso el «grupo» está compuesto por la música y la pista de baile.

De bailar suelto a bailar agarrado

Ya lo has visto muchas veces: un chico y una chica en la pista de baile, abstraídos de todo el mundo, meneándose muy marchosos al ritmo de la música y después bailando lento, concentrados el uno en el otro, tocándose, besándose. ¿Una pareja de recién casados en su viaje de novios? Piénsatelo dos veces porque ese chico podrías ser tú.

He aquí una transición clásica del baile rápido al baile lento según las observaciones de Maniac High. La clave de esta técnica es la paciencia. Un PAS nunca se da prisa con una mujer. Se asegura de que está preparada para el siguiente paso antes de darlo… y no hace nada de tipo sexual, nada de nada, hasta que ella está húmeda y a punto de explotar.

La escena es la típica que has visto mil veces. Una pista llena de gente, luces de neón, y el mismo mix de canciones de ritmo acelerado, pinchado sin parar en todas las discotecas del mundo.

  1. Empieza a bailar mirando a la mujer. Trata de imitar sus movimientos y mantén siempre el contacto visual con ella. (Duración: 3 minutos aproximadamente.)
  2. Empieza con el kino, arrimando un brazo a su costado. Lentamente, con un ligero toque, mueve el brazo hacia su espalda. Sigue el ritmo de la música y mantén el contacto visual. Una vez que tengas un brazo en su espalda, haz lo mismo con el otro, pero todavía no la acerques a ti. (Duración: 2 minutos aproximadamente.)
  3. Lentamente acaríciale la espalda con las manos, presionando un poco para que levante los brazos (recuerda que no tienes que forzarla ni lo más mínimo). Acaricia sus brazos de un extremo al otro, y después sigue tocándola despacio hasta llegar al culo. Pon las manos en sus caderas. No le metas mano (todavía). Mientras haces esto, baja sutilmente el ritmo al que te mueves. Ella también lo bajará, imitándote, y puede que ni siquiera se dé cuenta de que ya no sigues la música. (Duración: 4 minutos aproximadamente.)
  4. Con las manos en sus caderas, inclina lentamente la cabeza y respira suavemente sobre su cuello. Todavía no intentes besarla.
  5. Desliza las manos muy despacio por su espalda, arriba y abajo. Mientras lo haces mueve la cabeza junto a su cuello, respirando suavemente. Mantenía cerca de ella. No cierres los ojos y mírala. Puede ser que en ese momento ella cierre los ojos llevada por la sensualidad del contacto. (Duración: 3 minutos aproximadamente.)
  6. Mueve la cabeza y las manos recorriendo su cuerpo hacia abajo, manteniéndote cerca de ella mientras lo haces. Ve bajando las manos hasta llegar a las rodillas, luego vuelve hacia arriba, manteniendo el cuerpo inclinado y cerca del suyo. En este momento ella debería estar contorsionándose lentamente. Baja la cabeza hasta su estómago. Intenta no prestar especial atención a las tetas. La estás excitando, pero sin hacer nada abiertamente sexual. Después de incorporarte, exhala otra vez tu aliento en su cuello. (Duración: 3 minutos aproximadamente.)
  7. Mueve las manos por su espalda, incitándola otra vez a que levante los brazos. No obstante, esta vez, cuando la recorras hacia abajo, atráela hacia tu cuerpo. Sus ojos deberían estar cerrados, pero no cierres los tuyos, a no ser que te mire directamente. Si lo has hecho todo bien, ella debería estar en trance. (Duración: 3 minutos aproximadamente.)
  8. Vuelve a rozarle los brazos hasta llegar arriba del todo, pero esta vez interrumpe el contacto ahí mismo y deja tus manos al aire. Mantente cerca. Ella debería entender la insinuación y empezar a tocarte a ti. (Duración: 4 minutos aproximadamente.)
  9. Dale la vuelta de manera que quede de espaldas a ti. Este es un momento difícil porque se rompe el contacto y ella sale del trance. Inclínate, exhala un poco de aliento en su cuello y susúrrale algo al oído («Me gusta ver cómo bailas»). Recuerda que, hasta este momento, no habíais intercambiado una sola palabra, por lo que el simple sonido de tu voz actuará como un poderoso narcótico.
  10. Continúa con la misma rutina (manos al aire, caricias de arriba abajo hasta las rodilla), pero no le toques las tetas ni la entrepierna. Estás creando suspense. (Duración: 4 minutos aproximadamente.)
  11. Vuelve a darle la vuelta y, cuando la tengas de frente, acércala a ti y respira sobre su cuello. También ella debería respirar sobre ti. A estas alturas, la chica ya debería inclinarse hacia ti, pero tú tienes que seguir creando suspense. Estáis bailando muy lentamente y muy cerca el uno del otro, a pesar de la música ensordecedora. Tómate las cosas con calma. (Duración: 5 minutos aproximadamente.)
  12. Acerca tu cara a la suya, apenas a unos centímetros de sus labios, pero no la beses. Ella no sabrá si estás esperando a que tome la iniciativa, o si quieres que se ponga de los nervios ante tanta expectación. No importa. En ese momento prácticamente está pidiéndote que te decidas. (Continúa 4 minutos —sí, 4 minutos— con tus labios a solo un milímetro de los suyos y confundiéndose vuestros alientos.)
  13. Y entonces os unís en un beso, largo, largo… muy largo.

¿Existe una manera mejor de pasar treinta y cinco minutos en una pista de baile? Creo que no. ¡Y en ese tiempo no está incluido el beso!