EPÍLOGO
¿Somos las personas lo que somos, o lo que nos dejan ser?. A lo largo de la historia innumerables ejemplos, sobre todo los relacionados con la barbarie y la guerra, demuestran que muchas personas se alzan todo lo que pueden hasta alcanzar el techo impuesto por el mundo que les rodea. Hitler, Stalin y otros grandes dictadores y asesinos son pruebas extremas. En lo mundano y corriente, todo el mundo guarda un muerto bajo la cama, que podrían ser más. En los negocios, en la amistad...
¿Qué haría el lector si tuviese la oportunidad de conocer a Milton Cooper?. ¿Qué cosas haría a ese otro lado si pensase que nada quedaría al regresar?. ¿Somos como somos o como nos dejan ser?.
Igualmente, una sola experiencia puede cambiarnos la vida. La forma en que respondemos a ella es capaz de marcar cómo reaccionaremos al resto de retos vitales. Pasar del blanco al negro es fácil. Se puede negar uno sistemáticamente a hacer el mal, una ocasión tras otra, y convertirse en alguien fuerte frente a las tentaciones. Pero se puede perder irremediablemente ese estatus entregándose a cualquiera de ellas en cualquier momento.
El bueno pelea cada día para hacerse mejor y más fuerte, pero puede pasar de bueno a malo en un solo instante.
La vida es, pues, una continua lucha entre nuestro ser y nuestro entorno.
Espero que al lector le haya gustado este relato corto. El objetivo del mismo es hacernos pensar en lo explicado anteriormente, aderezando la historia con tintes fantásticos y eróticos.
¿Ha deseado en algún momento obtener el poder de Érika?. Érika es usted, querido lector. Si su respuesta es afirmativa, quizá esté ahora tratando de perforar su propio techo.
C. Argenziano