Mi destino, desde ahora mi dicha,

acataré como un predestinado;

dócil mártir, réprobo inocente,

cuyo fervor se aviva en el suplicio,

A mon destin, désormais mon délice,

j’obéirai comme un prédestiné;

martyr docile, innocent condamné,

dont la ferveur attise le supplice,

y beberé, para acallar mi rencor,

el nepente y la buena cicuta

en los idalios pezones de tu pecho,

que nunca alojó corazón alguno.

je sucerai, pour noyer ma rancoeur,

le népenthès et la bonne ciguë

aux bouts charmants de cette gorge aiguë

qui n’a jamais emprisonné de coeur.