Capítulo XVII
—¿PERO qué ha pasado con el chico negro? Usted sabe que nosotros no podemos actuar así y menos sin consultarlo —instigan a Olivié—.
—No he hecho nada, de verdad.
—Nos han dicho que fue usted quien iba con él la última vez que lo vieron. La policía estaba investigando a otra gente y se cruzaron en su camino. ¿Puede explicarme que estaban haciendo allí?
Olivié acaba de recibir la llamada de un miembro de los Náufragos del Mundo aunque desconoce su identidad.
—Fuimos allí a saldar una antigua cuenta pendiente que tenía, el chaval contrajo una deuda con un camello al que le había comprado hachís. No era mucho, pero le había dicho que tenía que pagarle ya. Por lo que me dijo, le compró una buena pieza y el hombre le invitó incluso a comer y a elegir una de sus hijas para pasar la noche con ella. Estuvimos esperando al hombre y como no venía y yo tenía que irme le dejé el dinero para que pagase y me fui.
—Espero que sea así, no podemos vernos relacionados con asuntos por el estilo.
—Por supuesto, ya sabe que estoy al cargo del chico y eso fue hace bastante tiempo. Me comprometí a saldar la deuda porque sabía que desde entonces no había vuelto a drogarse.
—Manténgame informado de todo lo que ocurra, ya le contactaremos nosotros, gracias por su colaboración. Por cierto, ¿sabe el nombre del camello?
—Ni idea, como no paraba de regañarle no le dejé ni explicarse.