Capítulo 5

Trucos con la ropa de los demás

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En este capítulo

Image Tirar de anillos prestados a través de cordeles prestados

Image Tirar de cuerdas a través de cinturas prestadas

Image Tirar de bufandas a través de cuellos prestados

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Desde el punto de vista de tus víctimas (quiero decir de tu público), las cosas que haces con tus pertenencias son sorprendentes. Pero cuando haces magia con sus pertenencias, la magia se vuelve increíble.

En este capítulo aprenderás cómo hacer trucos con las posesiones más personales de tus espectadores: sus prendas de vestir.

Que alguien me dé un anillo... y un cordel

Lo divertido de este efecto clásico es que en realidad no es magia. Quiero decir que no es que hagas un truco: aquí no hay secreto. Pero la expresión de las caras de los espectadores demostrará que están convencidos de que hiciste algo paranormal.

O al menos anormal.

El efecto: Pides prestado un anillo. Lo ensartas en una lazada de cordel sostenida por los dedos de un voluntario y, una vez allí, te las arreglas para hacer unos cuantos giros hábiles y sacar el anillo del cordel.

El secreto: Todo lo que tienes que hacer es manipular el lazo original, tirando hacia un lado y hacia el otro. Pero tienes que hacerlo correctamente o parecerás un aprendiz de mago que no practicó lo suficiente.

Eugene Burger, del panteón de consejeros, me sugirió una solución brillante para el problema de cómo aprender a manipular los objetos: pon trozos de cinta adhesiva en los lugares correctos del cordel, como se muestra en la foto A de la figura 5-1. Etiqueta estos puntos con las letras X, Y y Z, como se muestra en la figura. (Recuerda quitar la cinta antes de ejecutar el truco ante el público, pues no querrás que tus fanáticos piensen que no te lo has aprendido.)

Image Aquí hay otro consejo para que domines el truco: ensaya haciendo las lazadas en los dedos de los pies, en lugar de en los pulgares de otra persona. De esa manera, puedes fracasar varias veces sin arruinar el truco anticipadamente para tu familiar, mejor amigo o pareja.

1. Ata los extremos de una pieza de cordel para formar un lazo. Pídele a una persona su anillo.

“Para este truco, voy a necesitar pedir prestada una de sus preciadas pertenencias. Cuanto más costosa y personal, mejor. Algo con mucho valor sentimental. ¿Un piercing para la nariz? ¿Alguno lleva? ¿Nadie? Bueno, ¿un piercing para lengua? ¿Tampoco? Bueno, supongo que nadie lleva un anillo en el ombligo. Está bien. ¿Me presta su anillo de matrimonio, señor? Sólo será unos minutos. Le prometo que se lo devolveré. Espero que con la misma forma”.

2. Ensarta el anillo en el lazo de cordel. Busca un voluntario y pídele que sostenga el cordel extendido y horizontal entre los pulgares, como se muestra en la foto B.

El anillo deberá estar aproximadamente centrado entre los dedos.

“Ahora quiero hacerle la forma de los postes de una portería de fútbol. Señora, tenga la amabilidad de hacer el gesto de aprobación de los emperadores romanos con las dos manos, levantando el pulgar, como si le hubiera gustado la función”.

“Perfecto. Voy a pasar el cordel por el anillo, así, y luego a usar sus pulgares como los postes. Creo que estará de acuerdo en que, a menos que hoy haya una alteración profunda de las leyes de la física, no hay manera de sacar el anillo del cordel, sin quitar el cordel de los pulgares o romper algo de manera permanente”.

A menos que tu voluntaria no esté familiarizada con las leyes de la naturaleza, sin duda estará de acuerdo.

“Pero soy un mago y por eso mi trabajo es romper la leyes de la física cuando sea posible. Voy a sacar este anillo sin dañar nada y sin sacar el cordel de sus pulgares”.

3. Toma el punto X del hilo más distante con tu índice izquierdo. Tira hacia ti, por encima del hilo más cercano.

Tu dedo izquierdo con el punto X sigue en esta posición hasta el paso final (como puedes ver en la foto B).

4. Casi simultáneamente, sujeta el punto Y (en el hilo cercano) con tu índice derecho, y tira de él hacia arriba y a la izquierda con la mano izquierda. Pasa ese lazo por encima del pulgar de la izquierda, de adelante hacia atrás.

La foto C muestra cómo hacer esta maniobra de forma relativamente clara; durante el proceso, haz caso omiso del anillo.

Mientras haces estos nudos sobre el pulgar (deberías tardar mas dos segundos), di: “¡Uno!”.

5. Con la mano derecha, tira el punto Z (en el hilo más cercano) hacia la izquierda, exactamente como lo hiciste con el punto Y. Esta vez, pásalo sobre el mismo pulgar de la voluntaria, pero de atrás hacia adelante, como se ve en la foto D.

Una vez más, deberás hacer todo esto en unos segundos. Ahora di: “¡Dos!”.

En realidad, el truco ya se ha acabado. La única cosa que retiene el anillo en la cuerda es tu mano izquierda, que sigue sosteniendo el lazo original (foto E).

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Figura 5-1: Para practicar más fácilmente, adhiere etiquetas a tu cordel de práctica (A). Comienza enlazando el hilo distante en el punto X y el hilo próximo en el punto Y (B). Lleva el lazo Y sobre el pulgar situado a tu izquierda (C). Haz lo mismo con el lazo Z en el hilo cercano (D). Finalmente, sujeta el anillo (E) y sácalo (F)

6. Quita la mano izquierda. Mueve el anillo con la mano derecha mientras lo tiras hacia abajo y hacia afuera de las cuerdas.

El anillo queda completamente libre y se oye un aplauso atronador; mira la foto F.

Pero ¿dónde está la teatralidad en todo esto? Si te interesa hacer que el efecto sea un poco más mágico, quita el anillo como se indica a continuación.

Image Tapa el anillo con la mano derecha. Libera el punto X que tenías sujetado con la izquierda y desliza el puño derecho que guarda el anillo hacia adelante y hacia atrás un par de veces, como si fueras un mago. Finalmente, deja que el anillo caiga en la mano izquierda, que lo estará esperando. Al mismo tiempo, di: “¡Tres! Aquí está el anillo, ya libre”.

La voluntaria está en la posición inicial, con un lazo de cordel sobre los pulgares. Recoge el anillo de la mano izquierda, muéstralo a todo el mundo y acepta las flores que te lanzan.

Pasa a través de las cuerdas

Casi toda la magia que más me gusta se hace sin preparación: sólo con objetos comunes y corrientes que no se han preparado en secreto, y de manera espontánea. Pero, de vez en cuando, me topo con algún truco que, a pesar de requerir un poco de preparación, es tan sorprendente que resulta irresistible.

Este truco es uno de esos grandes éxitos. Es tan desconcertante que algunos espectadores llaman a su psicólogo después de la función.

El efecto: Tiras de dos cuerdas de manera que pasan a través del cuerpo de un voluntario y de su ropa.

El secreto: La cuerda de la que estamos hablando es una cuerda como las que se usan para las cortinas, pero de algodón en lugar de nylon. Es blanca, de algodón trenzado, y se consigue fácilmente en las tiendas. Ésta es la cuerda mágica con la que se realizan los trucos. Es un elemento básico del juego de herramientas de los magos porque es suave, versátil y en el escenario se ve muy bien.

Image Necesitarás dos piezas de 2,5 m de cuerda. Antes de salir al escenario, tienes que hacer una tarea sencilla. Pon las cuerdas una junto a la otra en una mesa, con los extremos iguales, y pasa un lazo de hilo blanco alrededor del centro exacto. Si es hilo resistente, tal vez dos vueltas sean suficientes; si es de grosor estándar, deberás dar varias vueltas antes de atar el nudo. El resultado deberá parecerse a la foto A de la figura 5-2; de hecho, el hilo es tan difícil de ver que resulta casi invisible, incluso en la foto.

Una vez que las cuerdas estén preparadas así, pasa unos cuantos minutos manipulándolas en privado. Descubrirás que la pequeña hebra blanca en el centro no es visible a una distancia de un metro o más. Incluso puedes sostener las cuerdas por los extremos (siempre y cuando las cuerdas cuelguen, paralelas y contiguas), sujetarlas por el medio (con lo que ocultarás el hilo), moverlas mientras hablas, y así sucesivamente.

1. Invita a dos voluntarios a ayudarte. Uno debe llevar una chaqueta puesta.

Cualquier clase de chaqueta funcionará: gabardina, americana, impermeable, parka, anorak... cualquier cosa. En este momento, deberás estar sosteniendo las cuerdas por su centro atado con el hilo, dejando que los extremos cuelguen de los extremos opuestos de la mano; si abrieras la mano, verías algo parecido a la foto A de la figura 5-2.

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Figura 5-2: Manipula las cuerdas principalmente por el centro, ocultando el hilo blanco (A). Cuando llegue el momento, cambia la forma de sujetar la cuerda de modo que los extremos de cada una de las cuerdas salgan de cada lado de la mano (B). Ayuda a tu voluntario a ponerse la chaqueta, haciendo que las cuerdas crucen su espalda (C). Finalmente, cruza una cuerda de cada lado (D), entrega el extremo a otro voluntario (E) y tira con fuerza (F)

“Bienvenidos al escenario. ¿Cómo se llaman?” (La etiqueta ante los voluntarios es un rasgo que distingue a los magos que tienen estilo.)

“Espero que no les moleste que les haya llamado, pero no pude dejar de fijarme en la chaqueta de él. Estoy seguro de que, cuando la compró, sabía que estas chaquetas tienen algunas propiedades especiales. ¿Ya sabe que esta chaqueta le otorga poderes especiales? Bueno, además de protegerle del frío y atraer las miradas de la gente”.

Mientras hablas, puedes juguetear con las cuerdas. Por ejemplo, deslízalas por un puño entreabierto.

“En realidad, puedo demostrarle lo curiosa que es esta chaqueta. Pero, primero, necesito que se la quite. Sí, quítese la chaqueta”.

2. Mientras tu ayudante se quita la chaqueta, estás sosteniendo el centro de las cuerdas con la mano izquierda. Desliza los dedos por entre las cuerdas para realinearlas. Deben quedar como se muestra en la foto B.

Image Permite que la gravedad te ayude a modificar tu punto de sujeción. Deja que el peso de los extremos de la cuerda larga te ayude a reconfigurar los extremos de la cuerda. Ahora, los dos extremos de la misma cuerda sobresalen de cada lado de tu mano izquierda. El hilo mantiene juntos los centros. (Por supuesto, has practicado lo suficiente para saber cuánta presión y roce romperían el delgado hilo y arruinarían el truco antes de empezar.)

“Excelente. Muy bien. Esta chaqueta es muy buena. La podría vender fácilmente por una buena cantidad en el mercadillo de los magos”.

“Ahora, si no le molesta, quiero que sostenga un par de extremos en cada mano y luego vuelva a ponerse la chaqueta. Vamos, le voy a ayudar”.

3. Colócate detrás de tu voluntario y pon dos de los extremos de la cuerda en su mano derecha, y los otros extremos en la izquierda.

Por supuesto, cuando te pares a pensarlo, te darás cuenta de que le acabas de poner ambos extremos de la misma cuerda en la mano derecha, y ambos extremos de la otra cuerda en la izquierda.

Pero no tienes que preocuparte por dar un tirón y romper los hilos que mantienen juntas las cuerdas. Al fin y al cabo, las cuerdas miden 2,5 m de largo, y tu ayudante sostiene los extremos. La única manera en que podría aplicar tensión a los puntos medios sería si tuviera unos brazos descomunales.

“Aquí está su chaqueta mágica, señor”, podrías decir, imitando a un mayordomo. Abre la chaqueta para que se la ponga.

4. Ayuda a tu voluntario a volver a ponerse la chaqueta mientras pasa los extremos de las cuerdas por las mangas (foto C).

El extremo atado de las cuerdas está ahora en la espalda de tu voluntario, bajo la chaqueta.

“Muy bien, ahora está donde empezamos, excepto que tiene dos cuerdas que pasan por las mangas y por su espalda”.

“Muy bien, puede soltar las cuerdas. No se pueden escapar”.

5. Sujeta dos cuerdas, una de cada manga y átalas en un nudo sencillo, como en el primer paso del nudo para atarte los zapatos (ver la foto D).

Aquí la idea es devolver un extremo de cada cuerda al extremo opuesto, como ves en la foto D. No hagas un nudo doble o ciego, o tendrás que dar muchas explicaciones más tarde.

“De hecho, sólo para asegurarme de que no se va a ir, quiero atarle con un nudo como éste. Ya sabe que uno tiene que ser muy cuidadoso con los voluntarios que se ofrecen a participar en los trucos de magia”.

6. Pide a tu segundo voluntario que sostenga un par de extremos de cuerdas. Sostén el otro par de extremos.

“Si no le importa sujetar estos extremos de las cuerdas, se lo agradecería. Yo cogeré los otros”.

Da un paso hacia atrás, para que la pose final se parezca a la foto E.

“Hace rato dije que su chaqueta tiene poderes poco comunes y lo digo en serio. Seguramente, gracias a su vasta cultura, recordará algunas prendas de ropa famosas: el traje de Superman le hace invulnerable a las balas, el de Spiderman tiene mecanismos que le permiten tender telarañas y el de Batman tiene una ferretería entera en el cinturón. Pero su chaqueta puede hacer que camine a través de objetos sólidos. Lo digo en serio”.

“De hecho, se lo demostraré. En este momento, tiene dos cuerdas en la espalda y salen por sus mangas. Cuando cuente tres, quiero que dé un paso hacia atrás. Quiero que se concentre en lograr que usted y su chaqueta pueden disolverse a través de las cuerdas. Que las cuerdas pasen a través de su cuerpo, a través de la chaqueta, y le dejen completamente libre. Sé que parece imposible, pero tiene que creer en su ropa”.

7. Da las instrucciones finales a tu segundo voluntario... y luego sorpréndelos.

“Voy a contar hasta tres. Cuando llegue a tres, usted y yo vamos a tirar de las cuerdas mientras nuestro amigo se disuelve. Tire con fuerza, porque no queremos que las cuerdas se atasquen en el hígado o en las costillas. ¿Listo? Uno... dos... tres”.

Cuando cuentes tres, da un tirón fuerte a tus extremos de las cuerdas, al mismo tiempo que tu segundo voluntario. Ese tirón rompe el hilo blanco que está en algún lugar de la espalda del propietario de la chaqueta. En una fracción de segundo, ambas cuerdas quedarán repentinamente ante el propietario de la chaqueta, que está ahora totalmente libre de ataduras (foto F). Todos los presentes (público y voluntarios) también se mostrarán asombrados. Para este momento, la pequeña pieza de hilo blanco se habrá quedado enredada en algún lado o habrá caído al suelo sin que nadie se diera cuenta. El público puede examinar las cuerdas y la chaqueta.

“Esto es fabuloso. Piense en las posibilidades: cuando salga de aquí, podrá caminar a través de las paredes”.

Este truco es magnífico. No lo rechaces sólo porque es preciso que lo lleves preparado en secreto: consigue unas cuerdas de algodón e inténtalo.

Decapitación con bufanda

Éste es un fabuloso efecto de decapitación que puedes adaptar a casi cualquier circunstancia: puedes traspasar tu cuello con cualquier cosa que sea larga y suave. Una bufanda funciona bien, pero también puedes usar una corbata, un trozo de cuerda o cordel, un pañuelo o chal (si es suficientemente largo), hilo dental, cualquier cosa.

En las figuras que ilustran este truco (revisa la figura 5-3), he indicado con las letras X y Y los dos lugares donde colocarás la bufanda.

El efecto: Te envuelves el cuello con una bufanda y luego la haces pasar a través de tu garganta.

El secreto: En realidad, la bufanda nunca está alrededor del cuello, gracias a cómo la envuelves desde el principio. Lamento que estas instrucciones tengan tantas palabras para un truco de 10 segundos pero, a falta de una demostración personal, ésta es la mejor manera de enseñártelo. Sigue las fotos, ensaya 15 minutos frente al espejo y tendrás un milagro de alta costura.

1. Envuélvete el cuello con la bufanda. El extremo derecho deberá estar más abajo que el izquierdo.

“De niño, me enfadaba si mi mamá me abrigaba cuando hacía frío. Una capa de ropa encima de otra y otra y otra. Camiseta, otra camiseta, suéter, bufanda, gorro, guantes. Así no hay manera de que uno pueda jugar con los otros niños”.

2. Sujeta la parte derecha de la bufanda (marcada con X) con la mano izquierda más o menos a la altura de la axila, como se muestra en la figura 5-3, foto A. Al mismo tiempo, toma la parte izquierda de la bufanda con la mano derecha (marcada con Y).

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Figura 5-3: Sujeta con cada mano un extremo opuesto de la bufanda (A) y no lo sueltes. Tira de X hacia la izquierda, formando un nudo que quede sujeto contra tu cuello por el otro extremo, que envuelves a la izquierda a lo ancho de tu pecho, hacia arriba, detrás del cuello y hacia atrás y hacia abajo por el lado derecho (B y C). La parte difícil ya ha pasado: sujeta los extremos (D) y tira de ellos (E)

Observa que la mano izquierda está más arriba que la derecha. Observa que las manos se cruzan sobre el pecho para sujetar los extremos opuestos de la bufanda. Todo esto pasa al mismo tiempo y dura menos de un segundo.

3. Tira del extremo X a la izquierda, rodeando la parte delantera del cuello. Simultáneamente, mueve el extremo Y primero hacia arriba, luego a la izquierda, y por último hacia atrás, alrededor de la parte trasera del cuello.

La foto B deberá aclarar el procedimiento. Básicamente, estás tirando del extremo X para dejarlo a un lado mientras se produce la verdadera acción: el extraño movimiento de la mano derecha hacia adelante, hacia arriba, alrededor de la cabeza y por detrás de ella.

Image Mientras la mano derecha tira del extremo Y para que quede hacia la parte de delante del cuerpo (que ahora está en el lado derecho de la cabeza), tira del nudo X (que la mano izquierda ha estado sosteniendo todo este tiempo) para que quede en la parte posterior del cuello y fuera de la vista del público. En la foto C, el nudo va hacia atrás mientras la mano derecha se mueve hacia abajo y al frente. Levanta ambas manos.

“Pero incluso entonces, yo ya era un niño mago. Si mi mamá me ponía algo que no me gustaba...”

4. Sujeta ambos extremos de la bufanda, como se muestra en la foto D. Cuando hayas captado la atención de todos, tira de la bufanda a través del cuello (foto E).

“Entonces me lo quitaba, pasando a través de mi cuerpo”.

Image Sugerencia: Si emites un gruñido fuerte, sacudes la cabeza hacia atrás y finges que estás haciendo un esfuerzo, mejorarás la ilusión.