Introducción

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Quizás hayas notado que en esta era de series relacionadas con lo inexplicable y la tecnología, la magia está volviendo a ganar adeptos. En la televisión vemos con mucha frecuencia espectáculos de magia. A lo mejor, la sociedad necesita un respiro del acoso tecnológico, o tal vez estamos en medio de un retorno a lo espiritual, pero no hay discusión sobre el hecho de que la magia, ya sea como pasatiempo, como arte escénica o como creencia, está floreciendo.

Un truco de magia crea una burbuja de incredulidad diminuta y fugaz. Los espectadores se dicen: “Tiene que ser un truco. Casi seguro…”. Durante una fracción de segundo, el mago atrae toda la atención de una manera que nadie considera injusta. La magia es la habilidad perfecta para el ejecutivo o el empresario que necesita una manera de romper el hielo; para el joven que busca una forma de aumentar su autoestima; para el torpe que quiere una alternativa positiva para atraer miradas; o para el romántico que quiere impresionar a la chica con quien sale (y funciona. ¡Si lo sabré yo, que conquisté a mi esposa con trucos de magia!).

Acerca de este libro

¿Quieres saber cómo David Copperfield hace desaparecer aviones? ¿Quieres partir a una bella mujer en dos con ayuda de un serrucho? ¿Quieres que tu truco de escapismo de un tanque de agua aparezca en TV?

Entonces has escogido el libro equivocado, lo siento.

En todo este libro no encontrarás un solo truco que requiera un equipo de personas, ni nada mayor que una nevera, ni accesorio alguno que implique el uso de una sierra. Resulta glorioso ver la magia de escenario de grandes dimensiones, pero espera a ver las caras de las personas cuando la magia aparezca en sus manos. Créeme: el quid de la cuestión no está en saber cómo lo hacen los demás magos, sino en ser tú el mago.

Te enseñaré a ejecutar pequeños milagros. Puedes realizarlos de repente, con objetos que pides en ese mismo instante: monedas, lápices, ropa, cubiertos. Te sorprenderá ver cómo un par de actos extraordinarios con elementos completamente comunes aportan carisma a tu personalidad, impresionan a tus amigos y quizás hasta te consigan un ascenso.

A propósito: en este libro no hay prestidigitación verdadera. Ni uno solo de los trucos exige días y días de practicar para llegar a hacer los pases y movimientos necesarios. Del cúmulo de innumerables trucos que existen en el mundo de la magia, me las arreglé para extraer estos, que son impactantes sin ser necesariamente difíciles. Pero eso ya lo verás con tus propios ojos.

Lo anterior no quiere decir que la magia no exija tener determinadas habilidades, no. Me refiero a que una increíble destreza manual no es requisito para ejecutar estos trucos. El talento necesario es cierto histrionismo, dominio escénico. Un pequeño porcentaje de la ejecución de un truco es el truco en sí. La mayor parte tiene que ver con la presentación: el sentido del tiempo y la oportunidad, el contacto visual con el público, el estilo y la manera de hablar. Si aprendes a hacer bien un truco de magia, encontrarás que también mejoras al pronunciar discursos, contar chistes y comprender la política.

De dónde han salido los trucos

En la mayoría de casos, el mago que inventa un nuevo truco no obtiene un céntimo por su creación. La idea se difunde a través de sus presentaciones, sus conversaciones o en encuentros de magos, y pasa de boca de mago en boca de mago, pero el creador no se va a hacer rico. Tal como lo puede confirmar cualquier abogado, uno no puede patentar una idea para defender sus derechos de autor.

El resultado es que, cuando escriben sobre algún truco, los magos tienen cuidado de mencionar a su creador. Los libros de magia y también los vídeos están plagados de dichos “créditos”. A veces, puede parecernos que resultan demasiado exhaustivos, pero es una tradición noble y considerada.

Si bien no es ilegal publicar una serie de trucos sin dar algún tipo de reconocimiento a quien los inventó, no se considera de buen gusto. Por eso los revisores técnicos de este libro y yo mismo hemos hecho todo lo posible por garantizar que se mencionen los nombres de quienes inventaron y refinaron los trucos que aquí aparecen. En el apéndice titulado “Trucografía” encontrarás el árbol genealógico de cada uno de los trucos.

El resultado es que todos los trucos que figuran en este libro son producto de los sueños y los esfuerzos mejoradores de los 36 magos que colaboraron, o bien son tan antiguos y tradicionales que nadie recuerda quién los inventó.

Sobre el uso de las manos

Para evitar que tanto tú como yo nos volvamos locos, escribí este libro pensando en un aficionado a la magia que fuera diestro. La mano derecha es la que controla casi todos los trucos. Sin embargo, si eres zurdo tienes dos alternativas: la primera, imaginar que donde dice “mano derecha” pone “mano izquierda”, o pasar todo el libro por un escáner y luego, con el procesador de textos, buscar todas las veces que aparezca “mano derecha” y sustituirla por “mano izquierda”.

Cómo está organizado el libro

El libro está dividido en secciones sobre temas específicos.

Parte I: Primeros pasos hacia la magia

Lo más difícil de iniciarse en la magia es superar lo que yo llamo el pánico escénico mágico. Se parece muchísimo al miedo que produce ponerse frente al público, pero además se le suma el terror de que alguien descubra el secreto del truco.

Por eso los dos primeros capítulos del libro no implican ningún riesgo de este tipo. Su propósito es que aprendas a sentirte seguro al ser el centro de atención, con trucos humorísticos o que implican algo de misterio (como los del capítulo 1), o que no pueden fallar (los del capítulo 2). De esa forma, aumentarás tu confianza en tus trucos.

Parte II: Magia en todas partes

Una de las cosas fabulosas de la magia es que puedes hacerla en cualquier lugar. Este tipo de trucos espontáneos, para los cuales apenas necesitas que alguien te preste algún objeto, se llaman magia impromptu. Encontrarás trucos con dinero, con material de oficina, prendas de vestir, etc.

Parte III: La zona del restaurante

Para un mago, un restaurante es como el Paraíso. Estos capítulos te ofrecen trucos que puedes ejecutar con los objetos de la mesa o con comida, y son ideales para un mago al que le guste comer.

Parte IV: Magia de fiesta

Muchos de los trucos que figuran en este libro se presentan en un escenario que no es mayor que la palma de tu mano. En estos cuatro capítulos, pasarás de los trucos de cartas (agrupados en un solo capítulo a pesar de su diversidad) a la magia de salón, con trucos que implican estar de pie frente a un grupo de personas sentadas, con elementos como cuerdas o rollos de papel higiénico, y que van del mentalismo a las dotes detectivescas.

Parte V: Los decálogos

Aquí encontrarás tres listas de diez cosas que te acercarán a la magia como pasatiempo y también como arte que ha hecho historia.

Apéndice: Trucografía

Este apéndice es un reconocimiento a los muchos magos que dejaron su huella en este libro.

Iconos utilizados en este libro

Los iconos sirven para orientarte y encontrar aspectos como los siguientes:

Image Este icono aparece cuando debes hacer algo antes de la ejecución del truco. Como este libro está enfocado hacia trucos que no requieren muchos preparativos, no encontrarás este icono muy a menudo.

Image Los trucos de este libro no son difíciles, lo cual no quiere decir que no exijan algo de práctica. Este icono señala los pasos que requieren más ensayos. Cuando los domines, el resto será muy sencillo.

Image Gran parte de la magia tiene que ver con actuar, e incluso con mentir y fingir. Debes pretender que violas las leyes de la naturaleza. Estos son los momentos donde debes echar mano de tus dotes histriónicas.

Image Distraer implica desviar la atención del público hacia otro punto, para poder así hacer el movimiento crucial del truco sin que nadie lo note. Este icono señala esas ocasiones.

Image A la mayoría de personas les gusta ver sesiones de magia. Sin embargo, hay algunas que ven en una presentación la oportunidad de descubrir a un charlatán. Este icono aparece en los momentos en que debes tener cuidado para evitar que un espectador atento y con malas intenciones eche a perder el truco.

Image Este icono señala los sutiles toques que te permiten aumentar la ilusión de magia al aprovecharte ligeramente de la naturaleza humana.

Image Sí, recomendaciones. Donde encuentres este icono, habrá un sabio consejo extraído de la experiencia en el campo de batalla de la magia.

El proceso de aprender un truco

¿Cómo se aprende un nuevo truco? Primero lees sobre él. Luego consigues los objetos necesarios y lo ensayas en privado. Por lo general, desde un principio ya puedes saber si el truco será bueno o no. Por ejemplo, no hace mucho probé un truco que implicaba hacer pasar un anillo por las cuatro esquinas de una servilleta de tela. ¿Las cuatro? Es como tratar de deslizar una manta por una pajita.

Si el truco parece prometedor, la mayoría de los libros recomiendan ensayarlo frente al espejo (y ahora ya sabes por qué los magos pasan tanto tiempo en el lavabo).

Un espejo es lo mejor para permitirte ver lo que ven tus espectadores, para asegurarte de que el secreto no se ve desde su punto de vista y para practicar los movimientos. Pero tiene un inconveniente grande: tienes que mirar el espejo mientras practicas y a veces eso es algo imposible.

En el mundo real, nunca vas a mirarte, sino que estarás haciendo el truco. Muchos trucos se basan en distraer la mirada del público, llevándola hacia otro foco de atención diferente al que tú también miras. Por eso resulta imposible practicar este tipo de distracción en el espejo, pues en cuanto dejas de mirar el espejo, no ves lo que haces.

Afortunadamente, tuviste la buena suerte de interesarte por la magia en plena era de las cámaras de vídeo. Con ellas puedes resolver el problema, pues te permiten ejecutar el truco tal como lo harías para el público, con los elementos de distracción, de contacto visual, etc. Y luego puedes analizar tus debilidades al mirar el vídeo.

No todo el mundo tiene una cámara, ni un conocido a quién pedírsela. Pero si la consigues, la diferencia en tu progreso será notable. Vale la pena hacer el esfuerzo.

Bienvenido al círculo

Escribir un libro como éste implica ciertos riesgos.

Hay algunos magos profesionales que consideran que la magia es un club privado, un círculo cerrado que no se abre a nuevos miembros. Un profesional que conozco, a quien llamaré el Gran Floyd, se enfadó muchísimo al enterarse de que estaba escribiendo un libro de magia para principiantes. “La magia es para los magos”, me dijo. “¡Si publicas ese libro vas a destruir nuestro arte!”.

Como coautor de Ópera para Dummies, ya estoy familiarizado con formas de arte que algunos consideran un club privado. Sé que hay una categoría superior de “expertos” que, tras años de esfuerzos para alcanzar ese nivel, se sienten amenazados por la idea de abrir las puertas de par en par a quienquiera que demuestre interés por el tema.

Pero mi opinión es que esta gente no entiende la idea. El arte de la magia desaparecerá si no se enseña, si la emoción de ejecutarlo no se difunde y se amplifica. Al fin y al cabo, ¿cómo empezó Floyd su carrera? Lo más seguro es que fue a partir de un libro o de las enseñanzas de algún mago. Estoy convencido de que todos deberíamos conocer al menos un par de trucos de magia. Cuanta más gente se interese por ella, habrá más interesados en verla, inventarla, cultivarla, e incluso en convertirse en admiradores y seguidores de magos como Floyd.

Así que te invito a demostrar que están equivocados. Haz que este arte evolucione aprendiendo a la perfección unos cuantos trucos, y verás que tu vida cambiará de manera inesperada. Te sentirás más seguro ante la mirada del público, tendrás más confianza en ti mismo en el trato cotidiano y te convertirás en una persona más entretenida. Puede que no creas en la magia, pero vas a explorar la magia de la física, de las palabras y de la psicología. En otras palabras, puede ser que descubras la magia de la magia.