Séptimo sentido

Un toro cariñoso y consentido,

picándole algún mal bicho,

embistió a suamo

dejándolo alfilo del otro lado.

Arrepentido desu furor,

el pobrecillo perdió más de cien kilos

durante los meses previos a su venta.

Qué pasó por sus cuernos

es de difícil respuesta.

Es posible que ellos también tengan

certezas sin pruebas,

anticipaciones sobre el futuro,

lectura de sentimientos ajenos

o el fenómeno chic del déjà vu.

Aunque lo másseguro,

debió vislumbrar por un instante

su aciago final.

****