LO INFINITO
si de la justicia el muro,
el alto, o de corvo engaño
escalo y así, a mí mismo
circunscribiendo, por encima
de mí vivo; he aquí sobre qué
de doble sentido tengo un
ánimo: decir exactamente eso[76].
Una broma del sabio, y el enigma casi no debiera ser resuelto. La vacilación y la lucha entre derecho y sagacidad sólo se resuelve, en efecto, en una relación total, que va de un lado a otro. «De doble sentido tengo un ánimo: decir exactamente eso». Que, por lo tanto, encuentro entre derecho y sagacidad la conexión, la cual tiene que ser atribuida no a ellos mismos, sino a un tercero, mediante el cual se conectan (exactamente) de modo infinito, tal es el porqué de que yo tenga un ánimo de doble sentido.