NOTA SOBRE LAS FOTOGRAFÍAS

A veces las fotografías tienen un efecto raro y simple: a primera vista ves cosas que luego descubres que no están. O, mejor dicho, cuando vuelves a mirar ves cosas que al principio no captaste. En la fotografía de Milt Hinton de Ben Webster, Red Alien y Pee Wee Russell, por ejemplo, al principio me pareció que el pie de Allen descansaba sobre la silla que tenía delante, que en realidad Russell estaba fumando, que...

El hecho de que la imagen no se corresponda con lo que recuerdas es una de las virtudes de la fotografía de Hinton (o de cualquier otra, para el caso), porque, aunque retrata una fracción de segundo, la duración que captamos se alarga varios segundos antes y después de ese momento congelado para abarcar, o parecerlo, lo que acababa de ocurrir y lo que estaba a punto de pasar: Ben echándose el sombrero hacia atrás y sonándose la nariz, Red agachándose a cogerle un cigarrillo a Pee Wee...

En los cuadros reina un extraño silencio incluso en la Batalla de Inglaterra o de Trafalgar. La fotografía, en cambio, puede ser tan sensible al sonido como lo es a la luz. Las buenas fotografías tienen que escucharse además de mirarse; cuanto mejor es la foto, más hay que escuchar. Las mejores fotografías de jazz están saturadas por el sonido del tema. En la foto de Carol Rieff de Chet Baker tocando en el Birdland oímos no solo a los músicos que llenan el pequeño escenario del encuadre, sino también la charla de fondo y el tintineo de los vasos del club. De igual modo, en la foto de Hinton oímos a Ben pasando las páginas del periódico y el roce de la tela cuando Pee Wee cruza las piernas. Si tuviéramos los medios para descifrarlas, ¿no podríamos ir todavía más allá y usar fotografías como esta para escuchar lo que se estaba diciendo? O incluso, ya que las mejores fotografías parecen prolongarse más allá del momento que describen, lo que acababa de decirse, lo que estaba a punto de decirse...

Pero hermoso - Un libro de jazz
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_031.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_032.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_033.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_034.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_035.xhtml