EROTISMO Y PORNOGRAFÍA

¿Erotismo o pornografía? ¿Erotía o pornografismo?

El término «erotismo» deriva del dios Eros. En Grecia, los hombres que mendigaban amor eran denominados «por dios Eros». Los romanos llamaron Cupido a Eros, y por eso el erotismo se llamó en Roma «cupidismo». Como Eros es Cupido, fue conocido también como «el dios de la saliva».

«Pornografía» deriva del griego porne, prostituta, y grapho, escribir. En el sentido estricto, pornografía significa «escribir sobre una prostituta», tarea muy complicada porque produce cosquillas en la infortunada mujer.

Definir la pornografía es un complejo problema, porque está demostrado que la moral pública cambia con el tiempo. No es lo mismo la pornografía cuando hay nubosidad baja y tendencia a la lluvia, que cuando tenemos sol y cielo despejado.

Cuando la crudeza del acto sexual pasa por la imaginación, se convierte en erotismo, y si no lo hace, es pornografía. Es decir, se habla de erotismo cuando el acto está cocido.

Para los animales y los hombres primitivos el sexo, igual que el comer, dormir, sudar y respirar, es algo que no tiene moral, pues ésta fue un agregado de la civilización. ¿Qué ocurriría si la moral se aplicara a todas las necesidades elementales? Probablemente se harían películas pornográficas acerca de la respiración o el sudor. Las almohadas y alimentos se venderían en lugares de pésima reputación. Pudorosamente se llamaría al comer «hacer la ingesta» o «tener relaciones gastronómicas», mientras el pueblo diría «mover la mandíbula» y «echarse una masticada».

Las obras que poseen valor artístico, social e histórico pertenecen a la esfera del erotismo; las otras son pornografía. Aunque hay que aceptar que ciertas esferas resultan francamente pornográficas. Esa distinción es muchas veces materia de gusto, y éste cambia según la época. Numerosas novelas, incluyendo Ulises y Lolita, fueron consideradas pornográficas cuando aparecieron. Hoy, en cambio, forma parte de las lecturas escolares Ulises y Lolita en la isla del sexo. Llegará el día en que Manual de empleo del programa Windows 8.7 en el Macintosh Performa 5320 llegue a ser leído con deleite sicalíptico. Verbigracia, por un robot.

Se ha denominado a los materiales pornográficos con la letra X. En algunos países muy conservadores se llegó a la prohibición de los rayos X.

Hay que distinguir entre la pornografía blanda y la dura, así denominadas por los diferentes efectos físicos que causan en los hombres.

Se discute mucho si la pornografía constituye una invitación a cometer atropellos sexuales, o un desahogo mental que impide que se cometan. Por lo pronto, todos aceptan que es una invitación al desahogo. Quienes piden prohibir la pornografía afirman que una persona inestable que presencia en su casa una película de alto contenido pornográfico bien podría salir y violar a alguien en la calle. Las personas que se oponen a prohibirla agradecen que el inestable salga a la calle, en vez de quedarse en casa y violar a la madre o a la hermana.

Lo indudable es que la pornografía trastorna a las personas. La actividad sexual, que debería considerarse como un don de Dios para perpetuar la especie, bajo la influencia de la pornografía se convierte en un mero acto animal en el que lo espiritual de la unión entre los sexos pasa a segundo plano y prevalecen los instintos primarios del gozo carnal descontrolado.

Por eso es tan sabrosa.