Tomi y los Cebolletas, todos menos Pedro, están sentados en el Pétalos a la Cazuela. Gaston Champignon enciende el televisor.

Ha llegado la tarde más esperada. ¡Nico está en las ondas con el Concurso de los Lumbreras!

—¡Ahí está! —exclama Becan.

—Por la tele parece mucho más guapo —comenta Sara.

—Y hasta más alto —añade João.

El presentador, con su cartulina en la mano, hace unas preguntas a los cuatro concursantes. El primer chico viene de Badajoz, el segundo de Ciudad Rodrigo, el tercero de Bilbao. Luego le llega el turno a Nico…

—Me llamo Nicolás —dice el número 10—, vengo de Madrid, me gustan mucho el colegio y el fútbol.

—¿El colegio? —repite Fidu con una mueca—. ¿Cómo se atreve a decir en la tele «Me gusta el colegio»?

Los compañeros lo mandan callar enseguida:

—¡Silencio!

—¿Y por qué has escogido la geografía de África como tema favorito? —le pregunta el presentador.

—Porque hace algún tiempo hice un viaje por ese continente y vi paisajes preciosos —contesta el número 10.

—Bien, Nico —concluye el presentador—. ¿Quieres mandar un saludo a alguien de casa?

—Sí —responde el capitán—, a mis compañeros del equipo Los Cebolletas, a nuestro entrenador Gaston y a Augusto y, en particular, a mi amigote Fidu, que se ha dislocado una muñeca. ¡Mucha suerte, Fidu!

Los Cebolletas aplauden entusiasmados delante de la pantalla.

Fidu está emocionado:

—Nico es un amigo de verdad…

El presentador todavía tiene una pregunta:

—¿Lo llamáis Fidu porque está muy delgado?

—No —precisa el número 10—, porque a lo que menos se parece es a un fideo. Nuestro portero come por cuatro…

En el estudio, los espectadores rompen a reír, como los Cebolletas en el restaurante.

Fidu hace otra mueca.

—Ese comentario se lo podía haber ahorrado…

El primer juego, que sirve para empezar a seleccionar a los concursantes, se llama «Sálvese quien pueda». El presentador explica las reglas:

—Tendréis que daros mucha prisa en apretar el pulsador rojo. El que acierte tres respuestas se salva. Pero el último será eliminado. ¿Alguna duda? ¿Estáis listos?

Los cuatro chicos, con la mano levantada sobre el botón, indican con la cabeza que sí.

Los Cebolletas siguen la retransmisión conteniendo la respiración.

—Veamos, primera pregunta —anuncia el presentador—. ¿Quién escribió El doncel don Enrique el Doliente?

Nico se adelanta a todos y contesta como un rayo:

—Mariano José de Larra.

—¡Respuesta acertada! —confirma el presentador.

En el estudio, los espectadores aplauden. Los Cebolletas lo celebran como si hubiera metido un gol:

—¡Oé, oé, oé!

El número 10 es el primero en salvarse. El chaval de Bilbao es eliminado. En la segunda prueba cae el de Badajoz.

—Nico y Mario, solo quedáis vosotros dos —anuncia el presentador—, pero uno de los dos está de más… La «Palabra misteriosa» decidirá quién es el vencedor de hoy. En pantalla se verán varios términos relacionados con nuestra palabra misteriosa. Cuando creáis haberla descubierto, apretad con decisión el pulsador. Pero, cuidado, debéis estar seguros porque quien se equivoque regalará automáticamente la victoria a su adversario. ¿De acuerdo?

En el Pétalos a la Cazuela no se oye volar una mosca. Sara se come las uñas de lo nerviosa que está. Hasta el dormilón de Cazo ha saltado sobre la mesa y sigue el concurso.

En el estudio se atenúan las luces.

En pantalla van apareciendo las palabras «marejada», «estrellas», «esquina»,…

Nico y Mario intercambian una mirada. En el salón, los espectadores están en absoluto silencio.

En cuanto sale la palabra «Raúl», Nico aprieta el pulsador y grita:

—¡Bandera!

—Dinos por qué, Nico —le pregunta el presentador.

—Cuando hay marejada, el vigilante de playa saca la bandera roja. La bandera de Estados Unidos está hecha de barras y estrellas. El saque de esquina se hace desde el banderín y Raúl ha sido hasta hace muy poco la bandera del Real Madrid y capitán de su equipo, como yo —contesta el número 10.

—¡Sí! ¡Respuesta acertada! —exclama el presentador—. ¡Nico, de Madrid, es nuestro nuevo campeón!

Las luces se vuelven a encender. En el estudio, los espectadores aplauden calurosamente. Nico les da las gracias y levanta los brazos en señal de triunfo.