LA MENTE DEL AVEN: JUEGO INTERNO
Hasta ahora hemos hablado mucho del juego. Hemos usado expresiones como «tu juego», «tener juego», «Juego Sólido», etc.
Sin embargo, aún no hemos mencionado nada sobre algo que, a largo plazo, resulta decisivo para este juego.
Hablamos de otro juego: el Juego Interno.
Los principales problemas de no contar con un buen Juego Interno son:
- Podemos extraviarnos del camino del Aven.
- Podemos parecer poco congruentes en el juego.
En definitiva, el Juego Interno se refiere a todo aquello que no se ve pero que fortalece tu Juego Externo, lo dota de congruencia y, a largo plazo, te hace progresar.
EL PESO DEL JUEGO INTERNO
La interacción humana es tan compleja que, a menos que realmente logres internalizar los comportamientos propios del Aven y hacer que estos pasen a formar parte de tu personalidad a un nivel profundo, va a resultarte muy difícil aplicar un Juego Sólido de manera congruente.
Otro de los problemas de tener un Juego Interno débil es que no disfrutarás del Juego Externo. Por el contrario, experimentarás constantemente una sensación de malestar, estrés e inquietud en general.
¿Por qué?
Porque no lo habrás internalizado. En consecuencia, lo que hagas no resultará automático, ni sentirás que estás actuando de una forma desenfadada y natural.
Piénsalo.
¿Te has preguntado alguna vez por qué los buenos actores dedican tanto tiempo a lo que ellos llaman «meterse en el papel»?
La razón es obvia. Conocen la importancia del Juego Interno.
Saben que solo tras haberse identificado a un nivel profundo con las creencias y actitudes de su personaje podrán plasmarlo con credibilidad hasta en el menor de los detalles. Detalles que, si bien pasan a menudo por alto nuestro análisis consciente, son percibidos a un nivel más intuitivos y nos dejan la sensación de haber presenciado una buena o mala interpretación.
Por supuesto, yo no te voy a pedir aquí que te conviertas en un buen actor. Sería exigirte demasiado. No te voy a pedir que, como ellos, dediques tu vida a «meterte» en diferentes papeles que apenas tienen algo en común unos con otros.
Lo que sí voy a aconsejarte es que no escatimes esfuerzos en «meterte» en este único papel que puede cambiar tu relación con las mujeres. El papel del Aven. El Hombre Alfa, el Héroe Romántico. Dispones del resto de tu vida para hacerlo. Y, créeme, es muy posible que valga la pena.
Una vez más, el Juego Interno es vital para el resto de tu juego.
Tomemos en consideración, por ejemplo, el lenguaje corporal[534]. ¿De cuántos detalles debemos cuidar para que este sea efectivo y congruente con lo que pretendemos proyectar?
Ahora bien, cuando tu Juego Interno es bueno, alinear todos estos detalles de manera convincente será mucho más sencillo. Y, a menudo, ni siquiera tendremos que esforzarnos, pues el ajuste de tales signos se llevará de manera inconsciente y automática.
UN EJERCICIO PRÁCTICO
Para que puedas experimentar por ti mismo lo que acabamos de decir, voy a proponerte un ejercicio.
Durante cinco minutos, ponte frente al espejo y actúa como el personaje que interpreta John Travolta en Grease. O, si puedes o lo prefieres, grábate con la cámara del móvil.
Ahora bien, vas a hacerlo dos veces y de dos maneras.
En la primera, presta atención únicamente a los detalles externos. A continuación, trata de hacerlo invocando las creencias, actitudes, sentimientos y sensaciones del personaje como si se tratase de alguien real.
¿Ves la diferencia?
Notarás además que ambos juegos, el interno y el externo, se refuerzan mutuamente. Cada vez que actúas como alguien y modelas sus palabras, actitud, lenguaje corporal, etc., te resulta más fácil sentirte como ese alguien; paralelamente, cuando te sientes dicha persona, te supone menos esfuerzo actuar como ella[535].
COMPONENTES DEL JUEGO INTERNO: ACTITUDES Y CREENCIAS
Aunque a veces es difícil establecer una división nítida entre la parte del Juego Interno que denominamos creencias y aquella que englobamos bajo el título actitudes, creo que estos son los dos factores cruciales en el Juego Interno de una persona. Con todo, debemos tener presente que las actitudes y creencias forman parte de un todo. De hecho, en la práctica se da una cierta interdependencia entre actitudes y creencias. Por ejemplo, cuando actuamos como si creyéramos que somos algo, podemos llegar a creerlo con más facilidad. Y si creemos algo acerca de nosotros esto va, a su vez, a tener un efecto decisivo sobre nuestras actitudes[536].
ASIMILANDO EL JUEGO INTERNO
Lo bueno de salir al campo a sargear es que, conforme vayas ganando práctica y competencia en el juego, más se irán anclando en tu interior las creencias y actitudes que necesitas.
Es decir, si tan solo te lanzas al ruedo y haces como si lo fueras hasta que lo seas, te sorprenderá la clase de resultados que puedes conseguir a este nivel.
Si, además, cuentas con amigos, conocidos o incluso personajes de ficción que te inspiren y a los cuales puedas modelar, los efectos serán aún mayores que si simplemente te guías desde principios teóricos.
Adicionalmente, hay muchas otras acciones que puedes llevar a cabo para acelerar este proceso de interiorización.
Por ejemplo, puedes hacerte listas de actitudes y creencias que tienen un efecto positivo para tu juego. A continuación, puedes realizar afirmaciones. Esto es, repetirlas en voz alta frente al espejo invocando el sentimiento que experimentaría una persona que realmente tiene juego.
Puedes incluso pedir a un profesional que te hipnotice para implantar dichas creencias y actitudes en lo más profundo de tu psique, como aquellas personas que se someten a la hipnosis para dejar de fumar con éxito. O puedes tratar de hipnotizarte tú mismo[537]:, sirviéndote de grabaciones con las afirmaciones que pueden resultarte más útiles[538].
En cualquier caso, recuerda que es muy importante desarrollar tu Juego Interno. Y no basta comprender los principios propios de un buen Juego Interno. Hay que ir más allá e interiorizarlos.
Dicho esto, paso a exponer algunas de las actitudes y creencias que suelen tener un impacto muy positivo sobre el juego en general. Recuerda que la lista es en principio inagotable, por lo que puedes añadir actitudes y creencias nuevas a las que te ofrezco. Lo importante es que apoyen tu juego. Si descubres otras que lo hacen, posiblemente sean buenas.
ACTITUD DEL AVEN
Uno de los mayores obstáculos que, a largo plazo, se interpone entre los estudiantes de las Artes Venusianas y su progreso es su propio ego. Me refiero al hecho de que nuestro ego se vea más implicado en esta que en otras áreas de destreza.
Aprender a conducir un coche puede costarnos más o menos, pero no nos sentimos demasiado mal si otros parecen hacerlo mejor. Lo mismo puede aplicarse a cualquier otro proceso de aprendizaje en el que nos embarquemos, ya sea aprender un nuevo idioma, adquirir la habilidad para practicar un nuevo deporte, adiestrarnos para el desempeño correcto de un nuevo trabajo o sumergirnos en una nueva afición.
Sin embargo, parece que tanto tomar la decisión de aprender como el hecho de encontrar dificultades en el progreso de un área tan personal como es el de nuestra capacidad para atraer al sexo opuesto, nos afecta especialmente.
Nadie experimenta una sensación de gozo cuando reconoce que no domina algo al nivel que desearía o que no le resulta fácil desarrollarse en dicha área, pero cuando lo hacemos en el campo de la atracción parece que nuestra valía como persona se ve especialmente cuestionada[539].
Debemos, pues, esforzarnos por cambiar esta perspectiva que tanto daño ocasiona en nuestras vidas. Comprometámonos a adoptar una actitud que propicie nuestro progreso, en vez de minarlo[540].
Porque la verdad es esta: la actitud es el componente de nuestro juego que más frutos puede darnos en el largo plazo. Pues, del talante general del Aven, algunas actitudes van a ayudarte en el momento mismo de la interacción, en tanto que otras lo harán a largo plazo.
Si deseas convertirte en un verdadero Artista Venusiano, es conveniente que no subestimes ninguna de estas dos vías de mejora.
AMOR A LA EXPERIENCIA
Sin experiencia, todos sus éxitos solo pueden llamarse una cosa: suerte, belleza física, casualidad, un millón de euros en el banco, etc.
Con experiencia no solo podrás aprender, sino que no serás capaz de evitarlo. Es decir, no podrás «no aprender». En serio. No podrás dejar de aprender, aun cuando te lo propongas.
La experiencia es crucial por varias razones: en primer lugar, te permitirá amoldar la teoría a la realidad práctica en la que vives, y jamás lo contrario. Un error del que pecan muchos teóricos es sentirse frustrados cuando la realidad no parece adaptarse a sus teorías. A menudo, terminan por mutilar su percepción de la primera, en lugar de servirse de ella para realizar ajustes de manera constante en su teoría. Nunca caigas en esta trampa[541].
Recuerda que la experiencia es la madre de toda teoría. Desarrolla un gran amor por ella.
NO QUIERES PESCADO: QUIERES SER PESCADOR
Cuando estés frente a una mujer, nunca te digas: «Debo conseguirla a toda costa».
Dichos planteamientos suelen emanar de una mentalidad de escasez, estropean tu juego y suelen desembocar en desequilibrios emocionales e incluso la toma de decisiones claramente erróneas en la vida.
El Aven no debe perder de vista su verdadero objetivo. Este no consiste en encontrar mujeres concretas que nos acepten. No.
Lo que el Aven persigue es mejorarse a sí mismo hasta el punto de que su relación con el sexo opuesto deje de ser un problema que obstaculice su desarrollo como ser humano pleno[542].
Por ello, no lo olvides: no persigues el fruto, persigues la semilla; no quieres un pez, quieres ser pescador. Y, lo que haces, no lo haces por esta o aquella chica en concreto: lo haces únicamente por ti[543].
NO REINVENTES LA RUEDA: ESTUDIA[544]
He hablado de lo fundamental que resulta la experiencia, pero eso no quiere decir que la teoría no sea importantísima.
Yo mismo he pecado a menudo de reinventar la rueda para, al cabo de un tiempo, comprobar que otro ya lo había hecho antes que yo y que, de haberlo leído o conocido, me habría ahorrado un montón de tiempo y energía que sin duda podría haber invertido en algo más útil.
Construir una ciencia está bien, pero ¿no es más inteligente tomar como punto de partida aquel tramo en el que otros la han dejado?[545]
Recuerda: no reinventes la rueda, la vida es demasiado corta para eso.
ADMIRA A —Y APRENDE DE— TUS RIVALES
Desde hoy, deja de odiarlos y empieza a admirarlos.
Especialmente a aquellos que no te superen por razón de fama, aspecto, dinero, etc., sino por otra clase de méritos. En cuanto a aquellos que tenían la partida ganada desde el principio, también siempre puede aprenderse algo de ellos.
Y, lo creas o no, la admiración es una de las herramientas más potentes a la hora de aprender, ya que esta motiva nuestra emulación. Y la emulación es un gran recurso para aprender de forma rápida y eficaz[546].
Por ello, admíralos. Además, aprécialos y aprende de ellos como lo harías en una competición deportiva. Pues también el juego es un deporte.
PROGRESA EN TODOS LOS FRENTES
No olvides que la seducción no se limita al rato que pasas frente a la chica. Se trata de una filosofía y una forma de vida, de modo que no aísles tu progreso a un solo aspecto y progresa en tantos frentes como puedas.
Piensa en las raíces de un árbol: crecen hacia donde pueden, pero su meta final es expandirse en todos los sentidos. Recuerda también que, al igual que ocurre con el árbol, ganar fuerza en un ámbito, te dará impulso y robustez para hacerlo en otros.
ADOPTA UN OBJETIVO DEFINIDO
No es necesario ser advino para predecir el futuro de una persona. Solo hace falta preguntarle cuál es su meta en la vida y qué ha pensado hacer para alcanzarla.
Si le hacemos esta pregunta a cien personas, noventa y ocho contestarán algo parecido a esto: «Quisiera tener una buena vida y llegar a triunfar en lo que me proponga».
La respuesta suena bien, pero si profundizamos un poco nos daremos cuenta de que esta persona nunca obtendrá nada de la vida excepto las sobras de la gente que realmente ha triunfado. Es decir, de aquellos que tienen un objetivo definido y una estrategia para alcanzarlo.
Si quiere tener éxito, debe decidir ahora mismo cuál es su objetivo y los pasos que tiene que seguir para conseguirlo.
No hay otra manera.
Y no te lo digo yo, sino Napoleón Hill, que es el autor de las palabras que acabas de leer[547]. Las cuales, huelga decirlo, suscribo.
ADOPTA EL PRINCIPIO DE MEJORA CONSTANTE[548]
W. Edwards Deming está considerado el Padre de la Calidad Moderna.
Entre los muchos logros de este gurú de la empresa moderna, destaca lo que hizo por la economía y la industria japonesa cuando estas se encontraban en su peor momento, sobreponiéndose a los efectos de la guerra.
Los japoneses lo invitaron a Japón, escucharon y cambiaron su forma de pensar, su estilo de administrar y su trato a los empleados. Con la filosofía de Deming, el país nipón no tardó en dar un giro a su economía y productividad por completo para convertirse en el líder del mercado mundial.
Pues bien, de todas las aportaciones de Deming, hay una que resulta fundamental para esta disciplina.
Hablo del principio de mejora constante.
Este se basa en crear un propósito constante hacia la mejora de los productos y servicios. En este caso, tú y tu juego.
Así pues, toma un aspecto cualquiera de ti o de tu juego.
Hazlo útil y eficaz. Una vez logrado esto, te preguntas: ¿cómo puedo mejorarlo?
Las respuestas que surjan las llevas a la práctica hasta que logres optimizar dicho aspecto y, una vez hecho esto, pregúntate cómo podrías perfeccionarlo aún más[549].
PERSIGUE EL ESTADO DEL «NO EGO»[550]
Con que solo interiorizases a fondo este principio, te estarías condenando a convertirte en un gran Aven. Así que, por favor, presta atención:
Deja de creer —sentir, más bien— que el resultado del experimento es un reflejo de ti como persona y empieza a darte cuenta de que solo es un reflejo del experimento. Recuerda que no hay correlación entre tu juego y tu valor personal.
Solo cuando hayas interiorizado totalmente esta idea podrás alcanzar el estado del no-ego. Dicho estado se caracteriza por una ausencia total de nervios, emociones que nos sabotean o cualquier otro estado mental negativo y por la capacidad de pensar y percibir con absoluta claridad[551].
NO PIERDAS LA MIRADA DEL TIGRE
Puede que Rocky III no sea una obra maestra del arte cinematográfico, pero nos aporta una lección valiosa:
Con las mujeres, jamás pierdas la mirada del tigre.
¿Qué quiere decir esto?
¿Has sentido alguna vez que alguna mujer es demasiado poderosa? ¿La has visto alguna vez como una diosa invulnerable y muy por encima de tus inquietudes de mortal? ¿Has sentido qué no existes para ella ni tienes ninguna posibilidad de hacerlo? ¿Qué no hay forma de que le impactes?
¿Has estado tan seguro de esto que has entregado tu poder antes de que ella te lo arrebate siquiera? ¿Has tirado la toalla antes de empezar?
Ya sabes lo que quiero decir: ella te dice algo y tú respondes con la mirada baja. Sabes que ella te desprecia y que tú nunca podrás estar a su altura.
En cierto modo, estás reconociendo ante ella y ante ti que eres indigno de una mujer tan poderosa. En otras palabras, le estás reconociendo sumisión.
Eso es lo que se conoce por perder la mirada del tigre[552].
PREPÁRATE PARA SUS TENTATIVAS DE SUCCIÓN
Antes de nada, grábate esto a fuego: la seducción es una guerra mental. Tu mente —y con ella tu Realidad— debe imponerse a la suya. Ella va a intentar lo contrario[553].
Te va a ocurrir una y otra vez: van a tratar de encerrarte en Marcos que no te convienen. El caso más común es: ella es el Premio, tú el aspirante.
Tu misión es esperarlo y estar preparado. Y, por supuesto, no dejar que esto ocurra, pues es tu Realidad la que debe prevalecer.
En definitiva, no dejes que nada de lo que haga para succionarte hacia su marco te afecte. Por así decirlo, sigue en tus trece. Fortalece tu Realidad hasta que sea más sólida que la suya, y aprende a ser congruente cuando te comuniques desde ella.
Al final, aquel cuya realidad sea más fuerte y su comunicación mejor, terminará arrastrando a la otra persona hacia su propio universo.
Por ello, sé congruente y no renuncies a tu Marco. Lucha por tu Realidad. Merece la pena[554].
OLVÍDATE DEL SEXO
¿Sabes en qué radica el éxito del Aven? En su juego.
¿Por qué?
Porque su juego es distinto del que juegan normalmente la mayoría de hombres y mujeres. En tanto que el segundo se centra en nuestros puntos débiles, el juego del Aven se centra en los de su Objetivo[555].
Y, ya que hablamos de puntos débiles, quiero aprovechar para señalar tu mayor punto débil: el sexo.
Por ello, jamás veas al Objetivo como una golosina sexual hasta que os encontréis desnudos bajo las sábanas.
Si lo haces, va a resultarte muy difícil parecer congruente cuando intentes despojarla de su principal poder[556].
NO VAS A RECIBIR, VAS A DAR
Si acudes a una interacción desde la actitud de dar, frente a la de recibir, ni siquiera tendrás que esforzarte por no prestar atención a sus armas sexuales. Lo harás automáticamente.
De hecho, uno de los problemas más frecuentes en los Fruscos es que, ya desde el primer momento, se acercan a la interacción con psicología de rapiña.
Por supuesto, esto crea toda clase de inseguridades y, además, es rápidamente detectado por el Objetivo.
¿Cómo actuarías si, por el contrario, estuvieses convencido de que tienes algo que ofrecer que ellas son libres de aceptar o no? ¿Y si supieras con toda seguridad que, en caso de rechazarte, ellas pierden más que tú?
Pues bien, eso es exactamente lo que tienes que pensar. Que vas a ofrecerles emociones nuevas, únicas, que nadie más puede darles.
VIVE EN EL MOMENTO
Eres un monje recién escapado del templo de Shaolín. Hablas como tal, te mueves como tal. Respira. Profundamente, llevando el aire a tu diafragma. Relájate[557].
Relájate. Olvídate de ti mismo por un momento y cobra conciencia de cuanto ocurre a tu alrededor. Fúndete con el entorno. Siente las sensaciones de cada parte de tu cuerpo que, por así decirlo, han pasado también a formar parte de cuanto te rodea. Abre cada uno de los poros de tu sensibilidad. Cobra conciencia de ti mismo y de cada uno de los átomos de ese universo que te envuelve. Respira. Relájate.
El pasado y el futuro han dejado de existir. Solo hay una realidad: tú, el entorno, el juego…
ESCUCHA TU LADO FEMENINO
Hay una parte de ti que está hecha para entender a la mujer. Se llama tu lado femenino. Puede que el estruendo provocado por el torrente de tu testosterona te impida oírla. Pero esa vocecita está ahí, susurrándote, deseando ser oída. ¿La escuchas? Es tu lado femenino[558].
Todos lo tenemos y, como cualquier otra parte de ti, solo tienes que ejercitarlo para que se haga más palpable. Ejercítalo, porque se trata del puente. Puede que no llegues a entender a la mujer completamente[559], pero podrás intuirla. Cultiva esa voz. Escúchala.
Para el Aven, conocedor del juego, esa pequeña vocecita supone a veces la diferencia entre un buen o un mal Calibraje, entre una conexión de calidad o echar a perder la interacción[560].
PREPÁRATE PARA EL SABOTAJE DE TUS EMOCIONES
Es importante que seas consciente de que tus emociones van a intentar sabotearte. Es normal.
A fin de cuentas, tu circuito emocional no está diseñado para abordar mujeres desconocidas o que no te hayan mostrado claramente su interés[561].
Además, te han adiestrado para fracasar. En cierta medida, eres un experto en ello porque llevas toda una vida sometido a dicho aprendizaje.
Las buenas noticias son que eres muy bueno aprendiendo. Si no fuese así, no serías tan eficaz cuando se trata de estropear tus oportunidades con las mujeres[562].
Te digo esto para que te entiendas y te perdones por sentirte mal. Es natural pero, solo cuando comprendas esto, podrás reinvertir el proceso.
Porque, por suerte, puedes reprogramarte. Y esto es algo que sí eliges tú.
ARTISTA EN LA ACCIÓN, CIENTÍFICO EN LA REVISIÓN
El Aven piensa en resultados, pero no deja que estos afecten a su actuación presente.
Estos se analizan científicamente después de cada actuación, de un modo y sin permitir que estos nos afecten personalmente. Afectan solo a la teoría. En otras palabras, los resultados solo se tienen en cuenta a la hora de diseñar, revisar y retocar estrategias[563].
En suma, teoriza antes y después, no durante. En el momento de la acción, solo tu actuación (tu obra artística) importa y solo en ella te deleitas.
EL AVEN NO NECESITA GANAR
No caigas en la trampa del seductor novato. Jamás te digas: «soy un Aven, estoy más preparado que el resto. Por lo tanto, tengo que ser yo quien la consiga».
La llamamos la trampa del alumno avanzado, pero no del maestro[564].
Yo te recomiendo el camino de la maestría humilde, por dos razones:
- Siempre hay cosas que aprender, y solo el humilde no deja de progresar en ellas. ¿Por qué? Porque, no importa cuánto mejore, siempre sigue creyendo que aún tiene mucho que aprender[565].
- Si necesitas ganar[566], acabas de darle todo el poder a la mujer, pues estás empezando a habitar su Realidad[567]. Dicho de otra forma: si necesitas ganar, te falla la base del juego.
Recuerda, pues, que no pasa nada porque no pase nada. Si permites que tu propia sabiduría se vuelva contra ti, estarás actuando como alguien poco sabio.
GÚSTATE
Haz lo que sea, pero gústate.
Gustarse supone algo distinto para cada persona, pero en general todos tendemos a gustarnos más cuando tenemos un proyecto vital que hemos elegido desde la honestidad con nosotros mismos, nos dedicamos a él y experimentamos progreso.
Repito que para cada uno es distinto[568]. Pero, desde luego, no voy a ser yo quien te diga lo que tienes que hacer para gustarte. Si tú tampoco lo sabes, experimenta hasta que lo descubras.
Pero eso no cambia la conclusión: gústate. Hazlo.
CONCIBE EL JUEGO COMO UN VIDEOJUEGO
Es como salir a matar soldados alienígenas. Te preparas, coges todas tus armas, usas estrategias e intentas improvisar en los momentos desesperados. Te matan. Game Over…
Lo bueno es que solo tienes que presionar «Start» para volver a empezar.
Con el juego ocurre exactamente lo mismo. Ya sea porque no pases un test, porque te descalifiquen o porque te den el peor de los cortes, vas a tener que perder muchas partidas. Las buenas noticias son que puedes iniciar otra cuando quieras. Es gratis.
Y sí, al igual que en los videojuegos, cada vez que pierdes debes empezar desde el principio. Y, cuanto más juegues, más bueno acabarás siendo. De hecho, si logras llegar hasta el final una o dos veces, resulta más probable que puedas hacerlo a menudo a partir de ese momento.
Graba bien el principio en tu actitud. Se trata de un videojuego. No te estás jugando nada y, si te matan, puedes resucitar apretando un simple botoncito… ¡Qué empiece la acción!
CREENCIAS DEL AVEN
Habrás oído muchas veces la expresión: «ver para creer». Se basa en la postura de que, para creer algo, hace falta verlo primero, esto es, tener constancia de ello.
En el Juego de la Atracción esta es una postura, cuando menos, peligrosa.
Los Aven, conscientes de ello, hemos adoptado un lema diferente:
«Creer para ver».
Verás, el juego no existe fuera de las mentes de quienes interactúan en él. En otras palabras: el juego es subjetivo. O, más exactamente: el juego es el resultado de las interacciones de las percepciones subjetivas que intervienen en él.
Graba la frase que acabas de leer a fuego en tu memoria.
Y, como ya hemos mencionado en otras ocasiones, cuando varias personas interactúan, aquella con creencias más arraigadas y mejores dotes a la hora de comunicarlas, acabará succionando a las otras hacia su propia realidad[569].
Pues bien, en el Juego Externo nos ocupamos de cómo comunicar nuestra Realidad. En el Juego Interno, de cómo fortalecerlas a través de creencias sólidas. De ahí el peso que nuestras creencias tienen en el conjunto de la ecuación y de ahí la importancia del principio: creer para ver.
Porque, como ya sabes, Juego Externo no basta. Si este no está respaldado por un edificio de sólidas creencias y de una actitud que permita desarrollarlas y robustecerlas, se desmoronará —no importa cuán brillante o elegante sea— como un castillo de naipes[570].
Pero, ante todo, el principio es importante porque no existen fronteras entre creencia y realidad. ¿Por qué? Porque esta última es solo explicable desde las creencias.
Así, tener unas creencias u otras ya no es una cuestión de honestidad. Desde el momento en que cobramos conciencia de cómo nuestras creencias sobre la realidad pueden afectar a ésta, ya no basta con preguntarnos qué es real.
A menudo, mucho más útil resulta preguntarnos qué queremos que sea real.
Quien conoce a fondo este aspecto del funcionamiento de la mente humana sabe que poner límites a la realidad resulta, en el mejor de los casos, insensato.
Pregúntate: ¿Qué quiero ver? Y, por lo tanto, ¿qué debo creer?
A continuación te ofrezco algunas creencias típicas de los mejores seductores.
TODAS LAS MUJERES ESTÁN POR MÍ O PODRÍAN ESTARLO
Todas las mujeres están por ti.
Si no lo están, lo estarán pronto. Aun cuando al final de nuestra interacción no te hayan dado evidencias de ello sabes que, con el tiempo suficiente y las circunstancias adecuadas, podrían estarlo.
Puede que esta creencia te choque o parezca descabellada, pero lo cierto es que no es ni más ni menos cierta que la de: «soy una persona que no gusta a las mujeres» o «solo gusto a un determinado tipo de mujeres» o «solo podría gustar a las mujeres si cumpliese con tal o cual requisito que no cumplo».
Olvida todo esto. Déjalo atrás y repite conmigo:
«Todas las mujeres están por mí. Si no lo están, lo estarán pronto. Aun cuando al final de nuestra interacción no me hayan dado evidencias de ello sé que, con el tiempo suficiente y las circunstancias adecuadas, podrían estarlo».
LE VOY A OFRECER ALGO QUE NADIE LE HA DADO JAMÁS
Está bien creer que cualquier mujer puede estar por ti. Ahora bien, ¿no crees que te resultará más fácil hacerlo si tu creencia se sostiene sobre una buena razón?
Pues bien, ¿qué tal esta?
Con el tiempo suficiente y las circunstancias adecuadas, cualquier mujer puede caer rendida a tus pies porque, sencillamente, no va a encontrar en su vida a otro hombre como tú.
Y es que tú le vas a decir cosas que no le ha dicho nadie, te vas a comportar de maneras como no se han comportado nunca con ella y le vas a hacer sentir emociones que no ha sentido jamás.
LA MUJER ES ADAPTABLE: SU TIPO APENAS CUENTA
Puedes atraer a una mujer aunque yo no sea lo que «quiere», «busca» o «su tipo». ¿Por qué? Porque su tipo apenas cuenta.
Me explico.
Por supuesto que cuenta, pero solo inicialmente.
Lo cierto es que su tipo es, invariablemente, o bien alguien que les recuerda a alguien con quien ya han estado y de quien se han enamorado[571] o bien un modelo de calzoncillos con la piel bronceada y el pene enorme. Sin embargo, las mujeres siguen saliendo con —y sintiéndose atraídas por— tipos que no son su tipo pero que pronto pasan a serlo[572].
De hecho, no ser su tipo supone a veces una ventaja, ya que activa menos sus mecanismos de defensa[573].
Recuérdalo. No existe tal cosa como el «no soy su tipo» o «no le gusto». La mujer es adaptable. Se adaptará si tu Realidad es más fuerte y se dan —o creas tú mismo— las condiciones para que puedas mostrársela.
HABITO EN MI REALIDAD[574]
«Habito en mi Realidad y tú eres un huésped en ella».
Díselo. Díselo cada vez que la mires. Díselo con tu voz. Con tus gestos. Díselo con tu comportamiento. Díselo cuando la toques, cuando la acaricies, cuando la beses.
Ella es solo un huésped en tu Realidad.
De hecho, todos lo son. ¿Por qué? Porque tu propósito es sólido y firme.
No importa cuanto suceda fuera de ti, porque tú te encuentras a gusto en tu Realidad y no vas a abandonarla. Si quiere jugar, será dentro de tu Realidad y con tus condiciones. De otro modo, no habrá juego.
SI ALGO ES SIMPLE PARA MÍ, LO SERÁ PARA ELLA
¿Sabes lo que ocurre cuando tú muestras una actitud abierta y relajada frente al sexo[575] pero a ella la notas tensa, cohibida y con muchos asuntos por resolver en este tema?
Invariablemente, una de estas dos cosas: ella será absorbida hacia tu Realidad, o tú lo serás hacia la suya.
Por eso es importante que no creas que algo es complicado, a menos que quieras que realmente lo sea. Al final, si sabes comunicarte bien, ella aceptará como válida cualquier cosa que verdaderamente forme parte de tu Realidad[576].
Ahora bien, si abogas por algo que en el fondo no te terminas de creer, algo de lo que secretamente te avergüenzas, de lo que no te sientes digno o que te provoca sentimientos de culpa, ella lo detectará de inmediato. Y esto se aplica a todo, incluido el sexo con todas sus fantasías, formas y variantes.
Adopta, pues, esta nueva creencia: «si hago una montaña de algo, también lo hará ella. A la vez, cualquier cosa —sexo incluido— que no suponga nada del otro mundo para mí, tampoco lo supondrá para ella».
EL MUNDO ES MI LABORATORIO
Empieza a ver el mundo como el laboratorio ideal del que servirte en tu estudio de Las Artes Venusianas.
No existen los fracasos, solo los resultados.
LA SOLUCIÓN ESTÁ EN EL ENTORNO
Cuando quiera que interactúes con una mujer o grupo, parte siempre con la certeza de que la solución a cualquier reto que se te presente está en el mismo entorno en que te encuentras.
¿Recuerdas lo que hemos dicho sobre creer para ver? Pues bien, cuando interactúes es especialmente importante que vuelques todos tus sentidos en la situación que te envuelve con la absoluta fe de que todas las respuestas que necesites se encuentran precisamente en dicho contexto. Solo si crees esto podrás ver la mayoría de soluciones que permanecerían ocultas para ti de cualquier otro modo.
HAY OTRAS ESPERANDO
Hay más mujeres esperando a que las conozcas de las que jamás tendrás tiempo de conocer. Métete esto bien en la cabeza.
Por ello, si no sale bien con esta, tienes a otra. Y si no tienes a otra, es que estás haciendo algo mal. En dicho caso, solo tienes que cambiar algo de tu vida o de tu juego.
De ahí que la mentalidad de escasez, propia de tantos Fruscos, carezca de todo fundamento.
AFIRMACIONES
Las afirmaciones son solo un recurso práctico para mejorar tu juego, tanto a nivel interno como externo.
La idea es disponer de una lista de aserciones sobre tu persona —ya hagan referencia a tu Juego Externo o Interno— que quieres que lleguen a ser verdaderas. Por lo general se inspiran en los principios que has aprendido, cuando no es que los parafrasean literalmente.
El paso siguiente es trabajar en interiorizarlas, ya sea repitiéndolas, memorizándolas o incluso sirviéndonos de la hipnosis[577] para cristalizarlas en nuestra personalidad y nuestro juego. La idea es modificar el condicionamiento negativo con el que muchos de nosotros partimos, reprogramarnos de forma que seamos efectivos en aquello que queremos.
Mi consejo es que elabores tu propia lista y la utilices de la manera que más efectiva y práctica te resulte. Encuentra aquellas frases que realmente te sugestionan y tienen un mayor efecto positivo sobre ti. No importa que contengan tacos, expresiones ridículas, etc., pues son solo para ti.
A continuación te ofrezco algunas a modo de ejemplo. Puedes usarlas si quieres, pero lo ideal es que encuentres esas que te inspiren y electrifiquen hasta el punto de provocarte escalofríos en la espina dorsal.
- Tengo una confianza absoluta en mí.
- Transmito control sobre mí y sobre la situación.
- Tengo una personalidad fuerte, que ella puede sentir a la legua.
- No suelo quejarme o lamentarme. Me parece un desperdicio de tiempo y energía.
- Mis movimientos son calmados y armoniosos. Mi voz es grave y relajada.
- Le toco las narices ganándome su complicidad
- Mis acciones me desmarcan del resto, que es fácil y predecible.
- Tengo algo que le gusta mucho y que no puede encontrar en nadie más.
- Soy impredecible. Creo suspense y expectación.
- Pienso antes de hablar.
- Me pongo fácilmente en el lugar de la persona con la que hablo.
- Estoy a gusto y cómodo con las mujeres.
- Sé que la interacción puede derivar a sexo en cualquier momento y me siento cómodo ante dicho pensamiento.
- Disfruto rompiendo el hielo. Me divierte.
- Me limito a invitarla a mi Realidad y mi juego. En su mano está aceptar la invitación o no. Si no la acepta, sé que se pierde algo grande que otra mejor disfrutará.
- Soy un hombre con opciones. Cuando no las tengo, las creo.
- No permito a nadie pensar que me tiene.
- Nada de lo que ella haga o diga puede alterarme.
- Lo importante no es este resultado concreto, sino la persona en que me quiero convertir.
- Jamás olvido cuáles son mis e intereses.
- La realidad es nuestra percepción.