ESCENA VI

ENRIQUETA Y CLITANDRO

CLITANDRO.-Por muy poderosa ayuda que se prometa a mi amor, mi más sólida esperanza es vuestro corazón, señora.

ENRIQUETA.-Por lo que se refiere a mi corazón, bien seguro podéis estar de él...

CLITANDRO.-Yo no puedo ser dichoso, sino contando con su apoyo. ENRIQUETA.-Vos veis a qué unión pretenden obligarme.

CLITANDRO.-Mientras que vuestro corazón sea mío, no temeré nada. ENRIQUETA.-Voy a intentarlo todo en beneficio de nuestros más dulces anhelos; y si todos mis esfuerzos no me entregan a vos, existe un retiro donde nuestra alma se enajena, que me impedirá ser de otro hombre.

CLITANDRO.-¡Quisiera el justo cielo impedir en este día que reciba de vos esa prueba de amor!