A escribir este libro me han animado poderosamente las numerosas cartas que mi viejo amigo R. M. Robertson, antiguo inspector del Departamento de Caza de Sorrento, Columbia Británica, me ha escrito desde que por primera vez recorrió conmigo Meldrum Creek y la floresta de sus alrededores. Vaya también mi gratitud al antiguo guarda de caza Mottishaw, hasta hace poco en activo, en el distrito de Quesnel, y actualmente retirado y con residencia en la isla de Vancouver, Columbia Británica, cuya entrega de aquellas cuatro cajas de hojalata a Arroyo Meldrum, hace dieciocho años, significó para mí quizá más que el mejor regalo que haya podido recibir. Deseo expresar también mi sincero agradecimiento a Bill Rae, redactor-jefe del Outdoor Life, que tanto me ha animado a escribir durante todos estos años. Fue en el Outdoor Life donde aparecieron mis primeros escritos importantes acerca de mi vida en los bosques del Canadá. Gracias, también, a Joan Scott, de Riske Creek, Columbia Británica, que me ayudó a hacer el mapa y preparar el manuscrito definitivo.
ERIC COLLIER.