Las hormigas y el reino animal
La Biblia considera a las hormigas como ejemplo de laboriosidad y previsión, trabajadoras sin descanso y almacenando comida para el invierno. Dice: «Ve, ¡oh perezoso!, a la hormiga; mira sus caminos y hazte sabio» (Proverbios, 6,6). También la popular fábula de la cigarra y la hormiga compara la laboriosidad de la hormiga con el hedonismo de la cigarra.
Tampoco la ciencia se olvida de la hormiga. Además, ha tenido lugar recientemente un «Primer Simposio Internacional sobre las Interacciones de Hormigas y Plantas». Sin llegar a las asombrosas complejidades que marcan la relación entre las hormigas y las plantas de las que se alimentan y a las que explotan, podemos considerar algunas curiosidades sobre ellas.
Toda la vida existente está dividida en unos treinta grandes grupos llamados «phyla». Digo unos treinta porque los biólogos no están absolutamente de acuerdo en extremos de algunas clasificaciones.
Por supuesto el phylum que mejor conocemos es el que se refiere al hombre: el Chordata. Los cordados incluyen todos los animales con esqueleto interno que se parecen entre sí en determinadas características fundamentales. Abarca los mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces. Los seres humanos, los gorriones, las serpientes, las ranas y las caballas son todos cordados.
Para la mayoría de nosotros, todos los demás phyla podrían parecer despreciables. Incluyen seres tales como chinches y gusanos, plantas y bacterias. No son el tipo de especies que imaginamos a Noé conduciendo al arca. Cuando vemos ilustraciones de los animales avanzando de dos en dos hacia el arca, casi todos son cordados.
Por supuesto, si nos paramos a pensar en ello, incluso los chinches y los gusanos son importantes, pero ¿cuán importantes? Pues bien, hay un phylum llamado «Arthropoda» que incluye a cangrejos y langostas, termitas y arañas, ciempiés y miriápodos, e insectos. Cualquiera que estudie los distintos phyla tiene que admitir que los artrópodos son por lo menos tan importantes como los cordados y, en algunos aspectos, mucho más extraordinarios.
Cada phylum se divide en muchas especies, que no se pueden entrecruzar. Los seres humanos, por ejemplo, son una especie de cordados, y no pueden entrecruzarse con ninguna otra especie de cordados. Hay decenas de millares de diferentes especies de cordados en total.
Puede parecer, por tanto, que los cordados son un ejemplo de un phylum que presenta una gran variedad de especies diferentes, pero el número de especies de cordados palidece en comparación con el de artrópodos. Hay por lo menos un millón de especies distintas de artrópodos, muchas más que el número de especies de todas las otras formas de vida juntas. Y, en realidad, no hemos estudiado y descrito todas las especies vivas sobre la Tierra y la mayoría de los biólogos cree que las especies sin descubrir son casi todas artrópodos. En la actualidad puede haber hasta diez millones de especies de artrópodos en la Tierra.
De los distintos tipos de artrópodos, la mayoría de las especies, con gran diferencia, son insectos. Y de éstos, los más comunes son los escarabajos. Se conocen 700 000 especies de escarabajos, y quién sabe cuántas más quedan por descubrir.
¿Por qué tantos insectos? Son criaturas pequeñas que cada año dan lugar a una nueva generación muy numerosa. Muchos individuos y muchas generaciones significan que el proceso evolutivo es enormemente rápido en comparación con la multiplicación lenta de los cordados.
Se están formando continuamente nuevas variedades de artrópodos y cualquier extraterrestre que estudiase la Tierra podría llegar a la conclusión de que los escarabajos eran sus habitantes más importantes, al menos por lo que a cantidad y variedad se refiere.
No obstante, los escarabajos se cuentan entre los insectos más grandes. ¿Qué pasa con los insectos más pequeños? En concreto, ¿qué pasa con las diminutas hormigas? Las hormigas son un grupo mucho menos diversificado que los escarabajos. Sólo se conocen 15 000 especies de hormigas y aunque es posible que haya muchas más por descubrir, nunca se podrán comparar con los escarabajos en cuanto a su variedad. (No obstante, el número total de especies de mamíferos -los cordados de sangre caliente con pelo, incluido el hombre- es sólo de 4237, así que es evidente que hay mucha más variedad en las hormigas que en los mamíferos).
Sin embargo, consideremos el número de individuos y no el de especies. Los científicos han estudiado pequeñas áreas de bosques y han recontado los insectos. Parece que las hormigas llegan a sumar el 70% entre todos los insectos, mientras que sólo el 10% de ellos son escarabajos. Para decirlo de otra forma, si se imaginase una balanza enorme que en uno de sus platillos contuviera todas las hormigas del mundo y en el otro todos los demás insectos, las dos pesarían lo mismo. El peso de las hormigas existentes es igual al del resto de los insectos juntos.
En realidad podemos imaginar algo mucho más dramático. Piénsese de nuevo en la balanza enorme. En un platillo se han amontonado los innumerables billones de hormigas. En el otro, se colocan todos los demás animales, excluidos los insectos. Ello incluye los 5000 millones de seres humanos, todos los elefantes, hipopótamos, ganado, caballos, ratas y ratones, avestruces y águilas, serpientes, atunes, gusanos, langostas, etc. No importa. Las hormigas pesan más.