Otros tiempos y los robots del futuro

En 1920, una obra del autor dramático checo Karel Capek titulada RUR hizo historia. Desde entonces, la palabra checa, robot, que significa «siervo», se ha utilizado para describir un aparato manufacturado capaz de hacer el trabajo de los seres humanos. En la ficción, un robot adopta por lo general aspecto humanoide, pero el nombre ha llegado a aplicarse a muchos aparatos que realizan acciones, obra de alguna parte del cuerpo humano, como los brazos robotizados de una fábrica automatizada para manipular herramientas.

La mayoría de los relatos de ficción e incluso de la especulación científica está relacionada con el futuro de la robótica, un término que utilizó Isaac por primera vez sin darse cuenta de que estaba acuñando algo nuevo. Pero Isaac también contribuyó en gran manera al desarrollo actual de la robótica al escribir Yo, robot, una serie de relatos que influyeron en la elección de la carrera de muchos pioneros destacados en la robótica y la inteligencia artificial. Pienso que a Isaac le habría gustado poner al día a los lectores sobre alguno de los avances actuales de los robots prácticos.

Para ser realmente práctico, en nuestros términos, un robot debería ser capaz de ayudarnos en nuestro mundo. Ya contamos con robots capaces de moverse por el espacio exterior, haciendo fotos para nosotros, extrayendo muestras de la Luna y de Marte. Otros robots descienden a las profundidades del océano para examinar las criaturas extrañas que viven de las bacterias que se alimentan del azufre proveniente de las grietas de la corteza terrestre.

No podemos hacer ninguna de estas cosas por nosotros mismos. Pero ya sea que un robot se aventure en reinos fuera del alcance de los humanos o que nos ayude simplemente en la vida diaria, es más fácil para nosotros que el robot pueda ver como vemos nosotros y manipule los objetos tal como lo hacemos. Es preferible que un robot haga estas cosas mejor. «Mejor» es la palabra clave. En la Operación Tormenta del Desierto, los robots de vigilancia nocturna mostraron a los soldados objetos que el ojo humano no podía ver en la oscuridad. Pero las imágenes eran comprensibles, tal como si los hombres hubieran adquirido de repente una magnífica visión nocturna.

En la actualidad, el Field Robotics Center de la Carnagie Mellon está construyendo un robot que puede acceder al exterior fuera de los transportadores espaciales, inspeccionar los paneles y realizar el mantenimiento. Más cerca de casa de uno existe el proyecto del robot esquilador de ovejas de la Universidad de Australia Occidental.

Con su ayuda se puede esquilar una oveja en 17 minutos, lo que probablemente es mejor tanto para la oveja como para la industria lanar.

Michael Ali es un estudiante licenciado por el Centro Estatal de Nueva York para la Tecnología Avanzada en Automatización y Robótica (pruébese su uso en un himno escolar). Ha diseñado una mano robótica tan similar en forma y actividad a la nuestra que es más fácil aprender a utilizarla. Operada a distancia, esta mano imita lo que pueden hacer las manos humanas, pero en lugares en las que éstas no podrían actuar con seguridad. A lo mejor, algún día, la mano robótica de Ali formará parte de robots humanoides… pero a eso voy, a soñar sobre el futuro.

Volviendo al presente, se están diseñando robots útiles para las reparaciones. Los expertos de la Universidad de Northwestern tienen uno que repara con rapidez los baches, ruina de los felices automovilistas estadounidenses. En la Universidad de California en Davis, un robot de reparación puede reconocer y reparar las grietas de las autopistas.

Se están realizando mejoras en la visión robótica. Los sistemas de visión electrónica que se utilizan en la actualidad son lentos, ya que imágenes de las cámaras de vídeo deben ser digitalizadas y analizadas por ordenador. No sabemos exactamente cómo reconocen los objetos el ojo y el cerebro humanos, pero no hay duda de que los humanos somos más rápidos para ello y, a menudo, mucho más precisos con un mínimo de datos. Podemos ver sólo una parte pequeña de la cabeza de una persona y ser capaces de reconocerla. Hay un test para la «visualización estructural» humana que consiste en presentar un dibujo que se parece a un rompecabezas de unas pocas piezas resuelto. A su alrededor se sitúan rompecabezas parecidos con las piezas desordenadas y separadas: la idea es elegir los dibujos de piezas aisladas que representan exactamente el rompecabezas original. Los artistas y los ingenieros de construcción e incluso muchos médicos lo resuelven bien. Las máquinas no.

Algunos aparatos robóticos pueden ser equipados con un sistema visual óptico en vez de electrónico. Los sistemas ópticos son complejos porque utilizan haces de rayos láser para transportar las imágenes del objeto observado y del objeto que se compara. Este «correlacionador de conversión conjunta» puede distinguir los objetos que cambian con mucha rapidez. Si los creadores pudieran acoplar el test de visualización estructural así… pero hasta ahora no funciona bien cuando los objetos son de distintos tamaños o se observan bajo un ángulo diferente.

La Transaction Research Corporation de Joseph F. Engelberger se especializa en robots útiles para los seres humanos normales. Mientras se ocupa en mejorar la visión de los robots, utilizando imágenes electro-ópticas «con coordenadas polares», su robot repartidor HelpMate rueda por los pasillos de los hospitales, en los ascensores, almacenes y cocinas entregando comidas, medicamentos y material estéril día y noche. Las enfermeras no tienen que abandonar a los pacientes para conseguir medicamentos en la farmacia del hospital, ya que HelpMate los recoge y entrega. HelpMate aprende los caminos y evita los obstáculos a su paso, incluidas las personas. Cuando su camino está bloqueado, lo advierte y pide que le quiten el obstáculo.

Cuando le enseñen a HelpMate a cocinar, me compraré uno.

Fronteras II
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
IndiceAutor.xhtml
Introduccion.xhtml
Parte1.xhtml
Ensayo1.xhtml
Ensayo2.xhtml
Ensayo3.xhtml
Ensayo4.xhtml
Ensayo5.xhtml
Ensayo6.xhtml
Ensayo7.xhtml
Ensayo8.xhtml
Ensayo9.xhtml
Ensayo10.xhtml
Ensayo11.xhtml
Ensayo12.xhtml
Ensayo13.xhtml
Ensayo14.xhtml
Ensayo15.xhtml
Ensayo16.xhtml
Ensayo17.xhtml
Ensayo18.xhtml
Ensayo19.xhtml
Ensayo20.xhtml
Ensayo21.xhtml
Ensayo22.xhtml
Ensayo23.xhtml
Ensayo24.xhtml
Ensayo25.xhtml
Ensayo26.xhtml
Ensayo27.xhtml
Ensayo28.xhtml
Ensayo29.xhtml
Ensayo30.xhtml
Ensayo31.xhtml
Ensayo32.xhtml
Ensayo33.xhtml
Parte2.xhtml
Ensayo34.xhtml
Ensayo35.xhtml
Ensayo36.xhtml
Ensayo37.xhtml
Ensayo38.xhtml
Ensayo39.xhtml
Ensayo40.xhtml
Ensayo41.xhtml
Ensayo42.xhtml
Ensayo43.xhtml
Ensayo44.xhtml
Ensayo45.xhtml
Ensayo46.xhtml
Ensayo47.xhtml
Ensayo48.xhtml
Ensayo49.xhtml
Ensayo50.xhtml
Ensayo51.xhtml
Ensayo52.xhtml
Ensayo53.xhtml
Ensayo54.xhtml
Ensayo55.xhtml
Ensayo56.xhtml
Ensayo57.xhtml
Ensayo58.xhtml
Ensayo59.xhtml
Ensayo60.xhtml
Ensayo61.xhtml
Ensayo62.xhtml
Ensayo63.xhtml
Ensayo64.xhtml
Parte3.xhtml
Ensayo65.xhtml
Ensayo66.xhtml
Ensayo67.xhtml
Ensayo68.xhtml
Ensayo69.xhtml
Ensayo70.xhtml
Ensayo71.xhtml
Ensayo72.xhtml
Ensayo73.xhtml
Ensayo74.xhtml
Ensayo75.xhtml
Ensayo76.xhtml
Ensayo77.xhtml
Ensayo78.xhtml
Ensayo79.xhtml
Ensayo80.xhtml
Ensayo81.xhtml
Ensayo82.xhtml
Ensayo83.xhtml
Ensayo84.xhtml
Ensayo85.xhtml
Ensayo86.xhtml
Ensayo87.xhtml
Ensayo88.xhtml
Ensayo89.xhtml
Parte4.xhtml
Ensayo90.xhtml
Ensayo91.xhtml
Ensayo92.xhtml
Ensayo93.xhtml
Ensayo94.xhtml
Ensayo95.xhtml
Ensayo96.xhtml
Ensayo97.xhtml
Ensayo98.xhtml
Ensayo99.xhtml
Ensayo100.xhtml
Ensayo101.xhtml
Ensayo102.xhtml
Ensayo103.xhtml
Ensayo104.xhtml
Ensayo105.xhtml
Ensayo106.xhtml
Ensayo107.xhtml
Ensayo108.xhtml
Ensayo109.xhtml
Ensayo110.xhtml
Ensayo111.xhtml
Ensayo112.xhtml
Ensayo113.xhtml
Ensayo114.xhtml
Ensayo115.xhtml
Ensayo116.xhtml
Ensayo117.xhtml
Ensayo118.xhtml
Ensayo119.xhtml
Ensayo120.xhtml
Ensayo121.xhtml
Ensayo122.xhtml
Ensayo123.xhtml
Ensayo124.xhtml
autor.xhtml