XLIV

AL JOVEN MEDITADOR JOSÉ ORTEGA Y GASSET

A ti laurel y yedra

corónente, dilecto

de Sofía, arquitecto.

Cincel, martillo y piedra

y masones te sirvan; las montañas

de Guadarrama frío

te brinden el azul de sus entrañas,

meditador de otro Escorial sombrío,

y que Felipe austero,

al borde de su regia sepultura,

asome a ver la nueva arquitectura

y bendiga la prole de Lutero.