LIX

MIS POETAS

El primero es Gonzalo de Berceo llamado,

Gonzalo de Berceo, poeta y peregrino,

que yendo en romería acaeció en un prado,

y a quien los sabios pintan copiando un pergamino.

Trovó a Santo Domingo, trovó a Santa María,

y a San Millán, y a San Lorenzo y Santa Oria

y dijo: Mi dictado non es de juglaría;

escrito lo tenemos; es verdadera historia.

Su verso es dulce y grave: monótonas hileras

de chopos invernales en donde nada brilla;

renglones como surcos en pardas sementeras,

y lejos, las montañas azules de Castilla.

Él nos cuenta el repaire del romero cansado;

leyendo en santorales y libros de oración,

copiando historias viejas, nos dice su dictado,

mientras le sale afuera la luz del corazón.