6. ESQUELA

Cuando murió Mathias su madre publicó en el periódico una esquela con mi apellido después del suyo. Mathias Schepp Lucidi. Algo completamente sin sentido. Los hombres no toman el apellido de la mujer en ningún lugar del mundo, que yo sepa. Desde luego no en Suiza. Además él era suizo alemán, yo italiana. Él hombre, yo mujer. Valía menos –a sus ojos– desde cualquier punto de vista. Cuando estábamos juntos, antes, ni siquiera me llamaban por mi nombre: mi mujer, mi nuera, mi cuñada. Me señalaban y me presentaban así. Un papel junto a un atributo de posesión. Nunca, casi nunca, les oí decir: Irina. Quizá sólo en los reproches. Luego él se suicidó, y su madre puso aquella esquela. Mi apellido, italiano, impreso después del suyo en un periódico alemán.

¿Por qué lo hizo? No lo entiendo.

¿Qué quiso decir?

No me lo explico, no lo entiendo.