8. YO QUE TÚ. BALLENAS

Fue así, con las ballenas, como me hablaste sin más preámbulos de Alessia y Livia, tus hijas. «Siempre he soñado con el agua, el mundo bajo el agua. Luego un día, cuando Alessia y Livia ya no estaban, soñé que estaba en una especie de ciudad de madera oscura, construida sobre pilotes, en medio del mar. Una ciudad flotante. Dentro de la manzana de casas, como si hubiera una especie de patio interior hecho de mar, había dos ballenatos jugando. Se perseguían, exhalaban soplidos altísimos, se tocaban morro con morro y luego desaparecían debajo para reaparecer de repente, un juego del escondite. Hacían un ruido sutil como si rieran. Ellos vivían allí. Eran las crías de ballena de la ciudad. Estoy segura.»