Aplicándolo a la vida diaria

Como te acabo de comentar, practicar meditación no debe reducirse a cerrar los ojos durante unos minutos cada día. Lo cierto es que puedes practicar Mindfulness mientras das un paseo, disfrutas de una comida, tocas un instrumento musical, te acuestas en la cama o desarrollas cualquier otra actividad.

No es sencillo vivir una vida siendo conscientes y con atención plena puesta en cada una de las tareas. Requiere una considerable cantidad de esfuerzo por nuestra parte estar alejados de pensamientos y distracciones para poder disfrutar cada actividad de manera consciente.

Seguramente ahora mismo te estarás preguntando cómo dar un paseo con los ojos cerrados mientras permaneces concentrado en la respiración. Evidentemente esta no es la forma de hacerlo. Cuando estés dando un paseo, centra toda tu atención en cada una de las partes de tu cuerpo implicadas en el movimiento. Siente cómo se coordinan cada una de las piernas junto con tu cadera, abdomen y brazos para ir dando un paso tras otro. Siente cada pisada. Concéntrate en la armonía de movimientos que supone una tarea tan sencilla como andar. Permanecer cien por cien concentrado en las sensaciones físicas que supone caminar, evita estar perdido en otro tipo de pensamientos qué nada tiene que ver con lo que estás haciendo en ese momento.

Pero esto es sólo un ejemplo de Mindfulness fuera de lo que es la práctica habitual de la meditación. El esfuerzo por tu parte consiste en darte cuenta en qué momento has quedado atrapado en tus pensamientos para volver a atraer la atención al momento y la actividad presente. Esto se consigue con entrenamiento. Por eso es tan importante tenerlo presente a lo largo de todo el día e incorporarlo en todo lo que hagas, ya sea comiéndote una manzana sintiendo la sensación que provoca en tu lengua, abriendo una simple puerta o lavándote los dientes.

No solo experimentarás todo lo que hagas de una manera mucho más plena, sino que además te sentirás mucho más calmado. Y cuando la calma esté presente en tu cabeza aparecerá algo mucho más poderoso, la claridad. Con la claridad podrás reconocer por qué piensas y actúas de una manera determinada. Comenzarás a darte cuenta de los patrones que sigue la mente. Y cuando los descubras, dejarás de estar atrapado por ella constantemente. Imagínate lo que esto puede suponer de cara a formarte como músico. Tener tu mente al 100% concentrada en tus manos y en tus oídos, recibiendo información continua de lo que está sucediendo en cada momento para que puedas ir corrigiéndolo si es necesario.

Lo que nos ha traído a ti y a mi a este libro es aplicar esta poderosa técnica a desarrollar todo nuestro potencial con nuestro instrumento musical. Te aseguro que la recompensa es infinita. Depende de ti dedicarle esfuerzo a estas técnicas porque van a suponer un antes y un después en tu interpretación.

Una vez que has aprendido a practicar Mindfulness en su manera tradicional, la siguiente parte del libro está dedicada a aplicar técnicas de atención plena durante el estudio, ejecución e interpretación en vivo con nuestro instrumento musical.