Hasta ahora hemos visto dos herramientas de las cuales nos servimos para superar obstáculos y dificultades en nuestro camino hacia el aprendizaje de un instrumento musical. La atención y la visualización. Ambas habilidades nos permiten entrar en un estado de concentración profunda que nos permite bloquear cualquier tipo de distracción. Además, nos facilitan alcanzar un estado de carencia de tensión y ansiedad. Para continuar recorriendo nuestro camino hacia lo más profundo de nuestra mente y hacer salir a flote nuestra mejor música debemos trabajar otra capacidad más. La confianza.
Puede que hayas practicado correctamente infinidad de horas con las técnicas vistas hasta ahora, que seas capaz de ejecutar perfectamente cualquier pieza musical por complicada que sea. Todo esto sirve de poco si cuando llega el momento de la verdad, es decir interpretar música delante de unos amigos o en un concierto, tu mente comienza a edificar excusas y avisos de peligro que destruyen todo lo que has construido. Todos esos avisos aparecen para decirte que las cosas podrían escaparse de tu control. Es entonces cuando comienzas a dudar de tu capacidad y talento. Es entonces cuando pierdes la confianza en ti mismo y todo se viene abajo.
Cuando interpretamos música, la perdida de confianza aparece principalmente por tres razones:
- Cuando tenemos la sensación de que las cosas están fuera de nuestro control (que ocurrirá si en mitad de la canción se rompe una cuerda de mi guitarra, que ocurrir así el resto de la banda se equivoca en un pasaje musical).
- Cuando aparecen dudas sobre nuestra propia capacidad (he sido capaz de tocar el solo de piano en los ensayos perfectamente, pero no sé si seré capaz de hacerlo ahora delante de tanta gente, ¿seré capaz de no olvidar las diferentes partes de ese tema tan complicado?).
- Cuando nos preocupa la imagen que estamos dando, lo que los demás piensen de mi si cometo algún error. El miedo a hacer el ridículo (después de tanto ensayar podría perder toda mi reputación por equivocarme en algún momento).
Es difícil que tengamos la sensación de pérdida de control en un ensayo o cuando estamos practicando en la intimidad de nuestra habitación. En ese momento no tenemos ningún tipo de presión, simplemente hacemos lo que tenemos que hacer. No nos preocupa “intentarlo” porque no hay miedo al fallo. Podemos parar y repetir las veces que sea necesario. Pero es totalmente diferente cuando tenemos un público delante.
Sabemos cómo practicar, sabemos como escuchar, sabemos como centrar nuestra atención en el movimiento de cada uno de los músculos implicados.
Lo que ocurre es que cuando llega el momento de la verdad aparece un invitado no deseado. Supongo que a estas alturas te habrás dado cuenta de que lo que ocurre cuando hay público delante es que aparece nuestra voz interior con sus mensajes catastróficos. Para aumentar la confianza en nosotros mismos debemos eliminar todos esos mensajes y permitir que salgan a flote todas nuestras capacidades. Esas capacidades son las que hemos estado trabajando en los anteriores ejercicios. Sabemos cómo hacerlo, no permitamos que la presencia incomoda de preocupaciones artificiales eliminen nuestra confianza.
Una de las grandes enseñanzas para la vida que nos ofrece el Mindfulness es la aceptación de la realidad tal y como es. No importa que esa realidad sea buena o mala. Se trata simplemente de aceptarla y no luchar contra ella. Acepta las interferencias internas y externas. Acepta a esa persona que en mitad del concierto está gritando y está distrayendo tu atención. Permite su presencia, no luches contra ella. Tu elección está en atender la interferencia o dirigir atención a tu instrumento. No hay más elección. Una interrupción es una interrupción cuando tú la percibes como tal. Por tanto deja que este ahí. Cuando se lo permitas sin luchar contra ella, tu mente volverá tranquilamente a su tarea que es la de centrarse en la música. Desgraciadamente, en la realidad las cosas no son tan sencillas como hacer esta simple elección.
Al principio del libro te decía que durante años me he dedicado a practicar duramente para llegar a ser un gran guitarrista sin lograr los resultados que el número de horas dedicadas merecía. Sin embargo, éste no ha sido el principal problema en mi vida como músico. Durante años he sufrido un terrible miedo escénico. Todo el trabajo que realizaba en mi casa practicando duramente era tirado a la basura en el momento en que realizaba una actuación en directo. Era incapaz de demostrar en el escenario todas mis habilidades y capacidades como guitarrista. El bloqueo mental y muscular me impedían hacer lo que sabía hacer. Aplicar técnicas de Mindfulness antes y durante el concierto, me ha ayudado enormemente con este gran problema que me ha atormentado durante toda mi vida como guitarrista. Ha funcionado para mí quiero y que funcione para ti. Por tanto en las próximas páginas te voy a mostrar cómo he logrado superar (no completamente, pero sí significativamente) mi miedo escénico.
Recuerda esto siempre, nuestra voz interna aparece para sabotear y arruinar tu interpretación. Nuestra habilidad y capacidad innata es el músico real que está dentro de nosotros. Por tanto nuestra labor es aumentar la confianza en nosotros mismos de manera que podemos expulsar esa voz interior y permitir que aparezca todo nuestro talento.